¿Cuándo la libertad alcanza su destino?

 



La  libertad alcanza su destino cuando el don de nuestra vida, nuestro don, nuestra esencia humana, se une al Don siempre nuevo de Dios.

 

Ésa es la respuesta adecuada a mi vocación : al Don de Dios para mí, siempre creciente, se añade mi don, el don de mi vida : es el Don-don.

Entonces la libertad ya no puede volverse atrás pues vive eternamente unida al Don de Dios, al Espíritu Santo.

 

La libertad de destinación ha alcanzado su destino: ser siempre Amor, Comunión con Dios.

 

Sabremos que lo hemos alcanzado en el momento de nuestro Juicio particular, que es cuando Dios acepta mi don, que deviene Don-don.

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