¿Qué diría Polo sobre la Inteligencia artificial?

 


Polo, al describir la cibernética como un modelo tecnológico que imita el crecimiento de la vida, nos enseñó a superar el método analítico, y también a mejor comprender cómo crece la vida real. Por ejemplo, entendiendo que el crecimiento de la vida incluye la causa final.

 

Quizá, hoy día, con los éxitos de la Inteligencia artificial, Polo nos enseñaría a servirnos del estudio de otro modelo tecnológico que, esta vez, imita el crecimiento del espíritu. Por ejemplo, entendiendo que el crecimiento del espíritu incluye el crecimiento irrestricto.

 

La Inteligencia artificial, a mi parecer, puede servir a la persona para aprender a desvelar cada vez más cómo crece su “ser”.

 

Pero es la persona la que desvela su “ser” al ir alcanzando su Réplica de Dios. “Ser” que ofrece como don, en su Amor personal.

 

Le pregunto al profesor Juan A. García qué entiende él por Inteligencia Artificial.

 


Para mí la informática es la reproducción artificial de la imaginación: almacenamiento de datos, y sobre todo procesamiento de la información y comunicación de la misma.


Lo que la IA añade es interconexión entre datos y procesos.

 

Para una calculadora los datos son extrínsecos, se introducen con el teclado, y ella los procesa según las reglas de la matemática.

 

La IA forja procesos con los mismos datos acumulados; por eso son tan importantes los centros de datos, para almacenar muchos y establecer procesos entre ellos. Se consigue así reproducir la memoria, la prospectiva, la imaginación creadora, y mil cosas que la imaginación permite.


Es un avance notable, aún en ciernes.

Y, como todo lo técnico, susceptible de uso bueno y malo; no la veo especialmente maligna, no más que la misma imaginación humana.

 

Comentario de Louis Cardona a la respuesta del profesor Juan A. García

 


¿Reproducción artificial de la imaginación?

Es una opción.

 

Para mí también son técnicas que buscan simular la vía generalizante de la inteligencia (p.ej. en la estructuración de la información a partir de Internet) y la simulación del funcionamiento de los hábitos adquiridos de la razón (al transformar los programas en "datos", esos sistemas son capaces de "autoprogramarse": p.ej. "recordándose de conversaciones pasadas" para adaptar su modo futuro de conversar con cada uno, o para seguir jugando a ajedrez con una "estrategia coherente": son los algoritmos generativos; pueden conocer que conocen...)

De hecho, los mecanismos del así llamado "lenguaje natural" buscan simular la comunicación humana.

 

Desde hace pocas semanas están apareciendo los "agents" que, a mi modo de entender, buscan simular el querer-yo. Porque formulan estrategias de resolución de problemas en las que hay objetivos en distintos niveles. El utilizador indica lo que desea (la causa final), y el sistema decide los medios (fines intermedios) para satisfacer ese deseo. Es mucho más que un "jugador de ajedrez".

 

Como sucede con todo conocer humano aquí en la tierra, es necesario el uso de la imaginación.

 

Así que lo que he dicho no está en contradicción con lo que dice Juan A. García.

 

Pero reducir el conocer humano a la imaginación me parece un poco extremo.

 Está claro que la inteligencia es inmaterial y la imaginación tiene soporte orgánico y sobrante formal: por eso se podría asimilar un sistema de IA a la imaginación.

 

También se puede buscar un paralelismo con el instinto animal. A mí me parece que esos sistemas, sin ser inteligentes, tienen inteligencia suficiente para simularla parcialmente de modo artificial (y, en las últimas semanas, también algo más que la inteligencia).

 

Lo que no se puede simular es la libertad. Porque, para ello, el sistema tendría que saber de sí, y no sólo simularlo. La dimensión personal es la que no se consigue simular, aunque se consiguiese simular la individuación de cada sistema.

 

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Y el profesor Juan A. García respondió :

Bastante conforme.

¿Qué es el sentido personal?

 .

La persona humana va hacia Dios, hacia su Réplica, hacia el Hijo. 

La persona humana es réplica de la Réplica. 

La persona humana es además. Es hacia

Ése es su sentido.


Don Leonardo, ¿qué es el sentido personal?

 .

Mª Victoria Cadavid contó durante el Congreso Mundial poliano de 2021 que el profesor Sellés la llevó a casa de don Leonardo y aprovechó la ocasión para preguntarle qué es el “sentido personal”, objeto de su tesis.
Polo le dijo que ella lo sabía bien: Jesucristo.
 
Así se aclara una vez más que nuestra Réplica es el Hijo. El sentido de mi vida es ser hijo en el Hijo.
Mi réplica de la Réplica.
 
Mi sentido personal es ir hacia mi réplica en la Réplica.
 
Mi sentido personal es ser además.

Aquí viene muy bien la preposición "hacia" que expresa la aproximación y la dirección.
La persona humana se aproxima. Es la réplica que se aproxima y va hacia la Réplica.

01 ¿Qué triquiñuela nos ofrece el profesor Sellés para aceptar que los trascendentales personales son tres?

 


Pues nos dice que los trascendentales personales se abren a las Tres Personas divinas.

Al Padre por la esperanza: libertad personal.

Al Hijo por la fe: conocer personal.

Al Espíritu Santo por la caridad: amar personal o donal.

 

¿Y qué trascendental personal se abre a María? Me atrevo a preguntar yo.

Nos abrimos a María por la humildad: co-ser o coexistencia trascendental.

 

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Les animo a escuchar directamente al profesor Sellés: A partir del minuto 44.

 

https://www.youtube.com/watch?v=InRFobbeYxo&t=2072s

01 ¿Quiénes distinguen bien entre naturaleza y persona?

 


Pocos en la historia.

 

Kierkegard se da cuenta, pero cae muy pronto en el fideísmo cuando quiere explicar la persona como espíritu.

 

Entre todos destaca el segundo SCHELER, que profundiza en el ser como intimidad y es capaz de describir los rasgos de la Intimidad : Amar, Conocer y Libertad.

 

También se acerca Maurice Nedoncelle, gracias a sus estudios de patrística.

 

Y Viktor Frankl, desde la Biblia.

 

Cabe mencionar a Guardini.

 

Y el profesor Sellés tiene una anécdota muy buena con Polo cuando le enseñó la página de Ratzinger en Introducción al cristianismo, donde habla del método para abandonar el conocimiento objetivo

 

Y ahora estamos los polianos.

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https://www.youtube.com/watch?v=InRFobbeYxo&t=2072s

¿Método?

 .


"Método" equivale a acto intelectual.
 
O como dice Sellés: El término ‘método’ significa, en los escritos de L. Polo, un determinado nivel de conocimiento humano. La palabra ‘tema’ designa, en dichos escritos, a la realidad conocida por tal nivel.
Por tanto, ‘tema’ no tiene para Polo una acepción significativa distinta de la que de ordinario tiene esta voz.
 
 
Por ejemplo, los actos de la razón o los actos del intellectus ut habitus (hábito de los primeros principios), son actos intelectuales que nos permiten conocer la temática metafísica.
 
Los actos del intellectus ut co-actus (inteligir personal con hábito de sabiduría) son actos que nos permiten conocer los temas de la antropología trascendental.
 
En Antropología trascendental. Tomo I. La persona humana. p. 103.2, Polo escribe sobre este asunto.

¿A qué llamamos método?

 .


Toda actividad intelectiva puede ser calificada en general de metódica.
 
Con mayor exactitud, lo metódico es la “operación” ejercida.
 
Lo metódico es pues, exactamente, cualquier “operación” intelectual :
-la abstracción,
-la generalización,
-la razón,
-las operaciones unificantes.
 
Pero también, en sentido más amplio otras actividades intelectivas:
los hábitos lingüísticos,
los hábitos de ciencia (racional o positivas),
el hábito de los primeros principios
el hábito de sabiduría.
 
Glosa a Juan José Padial. El abandono del hogar y el alcance de la intimidad. II Conversaciones de AEDOS. Unión Editorial. p. 88.2


¿Con qué método se conoce a Dios?

 


Cada nivel de conocimiento tiene un tema distinto, propio.

El método que conoce a Dios es su Réplica, el Verbo.


Y el método para conocer a María es la apertura trascendente llamada humildad.

.

Rápidamente : tres aperturas de la persona humana.

 

Cada vez me gusta más la respuesta rápida del profesor Juan A. Gonzáles sobre las aperturas de la persona humana.

Tres aperturas

. hacia afuera es la extensión de la interioridad, 

. interior es la intimidad y 

.hacia adentro es la búsqueda de su Réplica de Dios.

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01. El hombre es persona



 El hombre es persona

El "ser" personal es la clave para comprender rectamente quién es el hombre. 

El radical personal es la más importante aportación cristiana a la filosofía universal. 

Sin el acceso metódico a esta dimensión humana, sólo con el radical clásico (la naturaleza racional) y el radical moderno (el principio del resultado), la antropología trascendental resultaría imposible.

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El profesor Sellés apunta que actualmente persona y hombre son sinónimos.
La filosofía cristiana ya descubrió que persona y hombre o mujer no son sinónimos.
"Persona" es el acto de ser.

La esencia humana es su alma.

La naturaleza humana es estrictamente su cuerpo.

Los primeros cristianos ya conocían la composisicón tripartita de la persona humana : cuerpo, alma y espíritu.

Es bíblico.
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https://www.youtube.com/watch?v=InRFobbeYxo&t=2072s

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¿A qué llamamos apertura trascendente?

.


Llamamos apertura trascendente al fruto de la llamada inicial de Dios.
 
La llamada inicial de Dios se puede describir según los cuatro radicales personales:
gracia inicial o humildad nativa (según la co-existencia).
esperanza nativa (según la libertad)
fe nativa (según el entender personal)
caridad nativa (según el amor donal).
 
Me explico:
Dios, al crearnos libres, nos llama.
 
La llamada inicial crea, en libertad, los cuatro radicales personales.
 
Y la persona se abre así, en su interior, al nacer, según las cuatro aperturas que llamamos trascendentes y que son el fruto sabroso de la llamada inicial. Las cuatro son nativas al ser creada la persona humana, el acto de ser personal.
 
No son la gracia santificante ni las virtudes teologales de la teología. Son aperturas trascendentes que todos tenemos y que, me parece, ayudarán a los teólogos en su comprensión del organismo sobrenatural.
 
Estas cuatro aperturas se pueden describir como:
1. aceptar. Fruto de la llamada inicial. Es la “humildad nativa trascendente”. (Apertura del co-ser).
 
2. además. Fruto de la llamada inicial. Es la “esperanza nativa trascendente”. (Apertura de la libertad trascendental).
 
3. buscar. Fruto de la llamada inicial. Es la “fe nativa trascendente”. (Apertura del intelecto personal).
 
4. dar. Fruto de la llamada inicial. Es la “caridad nativa trascendente”. (Apertura del amar donal o personal)
 
 
Las virtudes infusas teologales las estudiaremos en la etiqueta 12.8.0 y también en la etiqueta 5.16.2, en tanto que "nueva" creación.

Otras etiquetas sobre el tema:
5.13.2 Humidad o abajamiento
5.13.3 Fe o alumbramiento
5.13.3 Misterio
5.13.4 Esperanza o alianza o amanecer o aurora
5.13.5 Caridad o arrullo

¿Contento con la exposición del profesor Sellés sobre la caridad?

 

Les paso el enlace para seguir la magnífica conferencia del profesor Sellés (con la ayuda del profesor Louis Cardona).

A mí me hubiera gustado que fuera más explícito en la distinción entre caridad natural y caridad sobrenatural.
 
Ya saben que yo pienso que la caridad sobrenatural (la Caridad de la Teología clásica) es una anticipación, mayor o menor, del Amor que viviremos en el Cielo.
 
Y que existe una dimensión natural de ese Amor, es decir, que todas las personas humanas tenemos de entrada, y que forma parte de nuestra Dignidad infinita. Caridad que podemos denominar "nativa". 

Esta dimensión natural no es otra cosa que la apertura trascendente del trascendental personal, descubierto por Polo, llamado "Amar  personal", hacia Dios (concretamente, hacia el Espíritu Santo).

En el Medievo, cuando los doctores cristianos tuvieron que explicar el amor sobrenatural lo vincularon a la voluntad, considerándolo como una virtud “infusa”.

Pero pienso que el amor natural es también infuso, nativamente, concretamente es una de las aperturas trascendentes de la persona humana, fruto de la llamada inicial de Dios al crearnos.

 Por lo tanto, cuando el profesor Sellés expone en esta conferencia lo que es la caridad, opino que está hablando casi exclusivamente de ese amor natural, nativo, trascendente.

  En la conferencia, el profesor Sellés habla muy poco de la Caridad propiamente sobrenatural.
Lo hace a partir de una hora y tres minutos (1.03.20).
 Aquí tienen ustedes la transcripción de lo que dice en la conferencia:
 
“Bueno, (dice), éste es el planteamiento natural ¿qué hay que añadir a todo esto?, pues  la Caridad evidentemente”.
 (va a hablar ahora de la Caridad sobrenatural) :
 
¿Qué es la Caridad?, (se sobreentiende que se trata de la caridad sobrenatural), la caridad es una elevación de eso cuyo tema nuclear son las personas divinas.
(“Eso” son las aperturas trascendentes que nos abren a Dios “naturalmente”).
(Y aquí profesor Sellés hace una estupenda síntesis de lo que es la caridad sobrenatural).

En qué consiste esa elevación que se añade al amor natural trascendente :
 
“En primer lugar ser Cristo.

En segundo lugar, desde Cristo aceptar la voluntad del Padre tal cual la quiere para nosotros para cada uno de nosotros.

Y en tercer lugar manifestar eso con obras es decir que las obras estén suficientemente inspiradas por el Espíritu Santo, de modo que respondan al carácter filial que uno es y el Padre las pueda aceptar  eternamente”.”
(Muy bien, profesor Sellés).
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Me parece una síntesis excelente.

Podríamos nosotros añadir que esa “elevación” sobrenatural  no es otra cosa que una “anticipación” del Amor que viviremos en el Cielo.
 
 
Pongo un ejemplo:
Naturalmente, mi apertura trascendente al Hijo, me lleva a dar una limosna. Es una cierta participación en la vida del Hijo.
 
Si en ese momento recibo una gracia actual, me daré cuenta, más o menos, del significado de esa limosna en la eternidad. Es una anticipación que aparece en mi vida actual. 

La caridad sobrenatual es pues una cierta participación en la plenitud de la Vida del Hijo.
 


Trascendencia y Transcendencia



La trascendencia es la radicalidad del ser creado.

Lo trascendental en la persona humana es lo radical en ella, su acto de ser y los trascendentales personales.

Lo trascendental en el universo físico es el ser del universo y los trascendentales metafísicos.

 

Lo "trascendente" es lo que está más allá del ser creado.

Lo trascendente es más allá de lo radical.

La Trinidad es trascendente.

La persona humana, desde la llamada inicial de Dios, se abre en cuatro aperturas trascendentes.

A saber : humildad nativa; esperanza nativa; fe nativa y caridad nativa.

.


¿Cuántas dimensiones tiene la apertura trascendente?

.


La apertura trascendente tiene cuatro dimensiones:
1. la gracia personal inicial originaria, humildad nativa o abajamiento primero;
2. la esperanza nativa, amanecer o alianza primera;
3. la fe nativa, alumbramiento o luz primera;
4. la caridad nativa o arrullo.

El primer abajamiento o humildad trascendente, equivale a la verdad del co-existir personal. La humildad es la verdad.
El amanecer de la persona equivale al destinarse de la libertad.
El alumbramiento equivale a la búsqueda intelectual del destino personal.
El primer arrullo equivale a la búsqueda amorosa del encuentro con Dios.
Aunque utilicemos el mismo nombre, no deben confundirse la humildad, la esperanza, la fe y la caridad  nativas de las que aquí hablamos (aperturas trascendentes),  con las virtudes a nivel esencial, y tampoco con las virtudes sobrenaturales de las que habla la teología.
Asimismo no se ha de confundir la originaria gracia personal inicial (el primer abajamiento) con la gracia santificante de la teología.
Para mejor entendernos propongo que hablemos de virtudes teologales (fe esperanza, caridad, gracia santificante), que son "sobrenaturales" y aperturas nativas "iniciales" (humildad o gracia inicial, fe, esperanza y caridad nativas o iniciales), que son naturales.

Las virtudes infusas teologales las estudiaremos en la etiqueta 12.8.0 y también en la etiqueta 5.16.2, en tanto que "nueva" creación.
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María del Carmen Barbosa nos habla del corazón. Gracias por su participación :

 


En síntesis apretada, el corazón es lo más activo del alma humana.

El Yo , o Sindéresis , es un hábito nativo y, como hábito nativo activa las demás realidades inferiores humanas : las potencias pasivas, las facultades sensibles y apetitivas, éstas últimas vinculadas al cuerpo humano, lo que se conoce como lo psico-somático del ser humano.

 

Pues bien, el 'corazón', que es espiritual, está en la Sindéresis, en el núcleo del miembro superior de ésta, que es el 'querer-yo'. El otro miembro es el ‘ver-yo’.

 

Éste miembro superior del Yo es el constituyente de los actos humanos de la voluntad del alma humana. El alma, como saben, está en orden a la esencia humana.

 

Por otro lado, claro que la Sindéresis es 'conciencia', pues, ésta o Yo, da razón del estado en que se encuentran nuestras potencias espirituales, nuestras facultades y del cuerpo mismo.

 

(Kabamba : La información que recibimos sobre el estado de nuestro ser, de nuestra alma y de nuestro cuerpo, son precisamente los sentimientos).

 

Asimismo, la Sindéresis activa todas éstas realidades humanas inferiores a ella.

 

La Sindéresis es tema - principio activo, principio vital, también método de conocimiento.

 

Sin embargo, no lo es de la persona humana o del acto de ser; pues, el Yo es inferior al acto de ser del hombre. Todas éstas dimensiones son o constituyen una unidad.

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¿Dónde se desarrolla en este blog el tema de las Aperturas?

 .

Vean primero esta aproximación magistral de Juan A. GG :
Apertura hacia afuera es la extensión de la interioridad, 

Apertura interior es la intimidad y 

Apertura hacia adentro es la búsqueda de su Réplica de Dios.

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Hemos desarrollado ampliamente el tema de las “aperturas” en la Página siguiente del blog:
https://preguntaspolianas.blogspot.com/p/el-profesor-juana.html
 
 
Allí tienen toda la información por extenso.
 
Propongo ponernos de acuerdo en la terminología de 6 aperturas:

0. Apertura trascendente. (5.13.1)
1. Apertura interior. (5.11.0)
2. Apertura hacia adentro (5.11.4)
3. Apertura exterior. (5.12.1)
4. Apertura hacia afuera. (5.12.0)
5. Apertura esencial (5.12.6).
 
He puesto el número "0" en la Apertura trascendente pues sigo la numeración de Juan A. García que no la incluye en su esquema sobre las aperturas.

Una muy buena aproximación al tema de las Aperturas nos la dio el profesor Juan A. García en la conferencia que sostuvo el 16 de marzo de 2021, al participar en Hápax, hablando de "Persona humana: coexistencia y carácter de además".  

 Allí nos facilitó enormemente el estudio de las aperturas reduciéndolas a tres:

Apertura interior. Que hizo corresponder con la descripción de Polo de la libertad como como posesión de futuro no desfuturizable. 

No es otra cosa que la extensión de la interioridad de la persona. 

Apertura hacia adentro. Que hizo corresponder con la descripción de Polo de la libertad como la inclusión atópica en el ámbito de la máxima amplitud.

No es otra cosa que la intimidad de la persona.

Apertura hacia afuera. Que hizo corresponder con la descripción de Polo de la libertad como novedad históricamente situada.

No es otra cosa que la búsqueda de nuestra Réplica de Dios.

 

Aquí tienen ustedes el enlace de la conferencia: 

https://www.youtube.com/watch?v=z3JX3ZEeYRk&t=3465s




¿Puede usted proponer una distinción entre dualidad “radical”, dualidad “trascendental” y dualidad “transcendental”?

 .

Salvador Piá nos explicó la doble dualidad de los cuatro trascendentales personales, descrita por don Leonardo (apertura interior y apertura hacia adentro).

Apertura interior = coexistencia personal + libertad trascendental.
Apertura hacia adentro = intelecto personal + amar donal.
Podemos bien llamarla dualidad trascendental.
 
Adam Solomiewicz profundizó la cuestión y propuso que la dualidad radical es el nacer – destinarse. (Prefiero decir nacer destinándo.se). Es, pues, una dualidad más radical que la dualidad que hemos llamado “trascendental”. Y está presente como raíz en todas las dualidades trascendentales.
 
Pero no debemos olvidar que la persona humana, su ser trascendental, su raíz, es creada llamándola a abrirse a su Creador. 
Así descubrimos la dualidad transcendental o trascendente. 

He utilizado frecuentemente en este blog la palabra transcendental, (con “n”) y veo que tiene poca aceptación entre los polianos. 
Así que me decido a sustituirla por “trascendente”.

Lo trascendental, a mi parecer, es del nivel ontológico del ser personal humano.

Lo trascendente, a mi entender, es la vinculación entre el nivel del ser personal y Dios.


¿Qué es la historia de cada persona humana?



La historia para cada persona humana es el camino entre su Origen y su Destino.

 

Debemos distinguirla de la historia del Universo físico, que podemos llamar “historia universal”.

 

Cada caminante tiene su camino, su historia personal, y la historia universal es el ámbito general, insaturable, del hacer práctico, que nos une a todos en el tiempo.

 

El hacer práctico de las personas es insaturable porque abre posibilidades, hace posible nuevas acciones.

 

La historia universal es el ámbito del hacer práctico del hombre en el que la persona humana es capaz de añadir novedades, por ejemplo, con su trabajo.

Hay que agradecer a Juan A. García la publicación del Cuaderno de Anuario Filosófico n. 207 que contiene la edición y presentación de “El hombre y la historia” de Leonardo Polo.


 


¿Monogenismo o poligenismo?

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José Ángel  Gª Cuadrado en el libro de Antropología teológica publicado por Eunsa tiene un capítulo consagrado a la Evolución y un párrafo en el que responde a nuestra pregunta sobre el monogenismo (en la página 222.2).

Allí dice que hay que conservar las fórmulas por prudencia (fórmulas de Pío XII en la Humani generis), pero que si un día la ciencia prueba que el hombre viene de varias parejas, se podría salvar la herencia común del pecado original.

Dice así : Los documentos magisteriales no han llegado a definir como de fe el monogenismo, aunque esta interpretación concuerda más fácilmente con una interpretación literal de los libros revelados.

Concretamente, en un documento publicado en respuesta a algunos errores contenidos en el Catecismo holandés se lee lo siguiente : “Si algún día la ciencia probara el poligenismo, habría que concluir que la verdad de fe, expresada en fórmulas cuyo sentido obvio es monogenista, tendría que ser despojada, como de una escoria, de ese sentido aparente”.

No obstante, la formulación monogenista explicaría de una manera más fácil la verdad de la transmisión del pecado original; por esta razón en ese mismo documento se afirma:
“La Iglesia se mantiene adicta a la perspectiva monogenista, y esta actitud es prudente".

En efecto, los enunciados tradicionales sobre Adán y Eva, y sobre el género humano caído en Adán (aunque en su forma no tengan que tomarse al pie de la letra), la Iglesia sabe que contienen una verdad perteneciente a la historia de la salvación, verdad que el Magisterio tiene la misión de salvaguardar.

No podría decir lo mismo, en estos momentos, de las fórmulas poligenistas. Por consiguiente la Iglesia conserva y pide que se conserven los enunciados tradicionales, considerando que son los únicos que con certeza salvaguardan lo que la fe nos ha dado.

Pero la Iglesia lo hace sin cerrar los ojos ante los problemas que suscitan los descubrimientos científicos.

De hecho los últimos documentos magisteriales no han tratado explícitamente la doctrina del monogenismo como necesaria para la comprensión cristiana de la realidad del pecado original.

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Adán y Eva históricos y a la vez prototipos

 

La doctrina católica afirma la realidad histórica de Adán y Eva como la primera pareja humana, cuyo pecado tuvo consecuencias para toda la humanidad.

 

Pero siendo figuras históricas, son, a la vez, figuras emblemáticas que representan el origen y la condición de toda la humanidad.

 

Ser figura emblemática, o prototipo, no va en contra de que sean, a la vez figuras históricas.

En tanto que emblemáticas “representan” o son el prototipo de toda la humanidad.

 

León XIV, en la audiencia del 11 de junio de 2025 tiene una frase en la que habla de “representación” :

 

“Jesús, con su muerte, fue a buscar a este Adán que cayó y que representa a cada uno de nosotros".


Podemos decir que Adán y Eva, a la vez, son figuras históricas y prototipo de cada persona humana.


Adán y Eva como “prototipo” son los protagonistas de la Antehistoria poliana.

 

La naturaleza histórica de Adán y Eva y de todas las personas humanas está marcada por el pecado original, que sucede en la Antehistoria.

 

En la Antehistoria, Adán y Eva son las figuras emblemáticas de lo que sucederá en la historia con cada persona humana.


¿Es Adán el prototipo de la humanidad?

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La noción de "prototipo" ayuda a entender la Antehistoria de la Humanidad.
 

La decisión de crear al hombre libre, a su imagen, implica la creación de un "prototipo" humano que, al ser libre, tiene un defecto de fabricación, pues el pecado es el error peculiar de la libertad.

El demonio, en la Antehistoria, pecó pues era libre.

La persona humana será creada libre, y por tanto podrá pecar, así sucedió en la Antehistoria en la que pecó al ser seducida por satán.

 

Ese prototipo es Adán y Eva.

 

La rectificación del ensayo inicial es un Nuevo Adán, más libre por el Amor sufriente.

 

 Para saber más ir a las etiquetas:

7.0.1 Antehistoria;

12.2.3 Adán y Eva;

12.3.0 pecado original 



¿Es lo mismo Antehistoria que Prehistoria?

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La Antehistoria no es una mera prehistoria.

 La Antehistoria es el Plan de Dios cuando decide autodonarse a nuevas personas creadas.

Por tanto, la Antehistoria no es todavía Historia.

 

Es solamente el Plan de Dios, que debe entenderse como la “integridad esencial” con la que Dios crea al hombre con vistas a su culminación definitiva.

 

Sin embargo, esta integridad es herida en la Antehistoria, porque la posibilidad de pecar es inherente a la libertad humana, el error peculiar de la libertad.

 

En el Plan de Dios, es decir, en la Antehistoria, hay también un Redentor, si se le ama, la persona no puede pecar.

 

La historia del universo físico no es lo mismo que la Historia de cada persona humana.

Cuando Dios crea una persona comienza una nueva Historia personal.

Como la persona creada es libre tiene la posibilidad de pecar. Su Historia comienza al mismo tiempo que su pecado original histórico.

Si en la Historia ama a su Redentor, esa persona, gracias a su Comunión de Amor con el Redentor, no puede pecar.

 

¿Cuándo se cierra la Antehistoria? La Antehistoria nunca se cierra pues Dios no cambia su Plan.

 

La Historia humana es solidaria de la Antehistoria.

Sin embargo, la Historia humana comienza con la creación de cada persona humana que es concebida con el pecado original, la posibilidad de pecar.

En la concepción se unen la Antehistoria y la Historia.

 

En la Historia de cada persona humana no vemos la Antehistoria (es como si estuviera “cerrada”), lo que vemos son sus decisiones libres históricas, que pueden ser pecaminosas, salvo que gracias a la Comunión con el Redentor, sean del agrado de Dios.

 

Es así como puedo entender la frase poliana que dice que “La humanidad es solidaria del primer pecado, que cierra la antehistoria y comienza la historia”. Aquí el primer pecado es, a la vez, el de la Antehistoria y el de la Historia personal.

 

En la Historia de la humanidad el pecado se propaga. Historia que pudo haber sido de otra manera (pues realmente somos libres). Feliz culpa, sin embargo, que mereció, en la Antehistoria y en la Historia, un tal Redentor.