No es una relación simétrica: la inteligencia no
conoce la realidad de modo semejante (como una fotografía) a como la realidad
se realiza.
No es tampoco una relación trascendental, pues al
conocer no conocemos exhaustivamente la realidad.
Es una relación intencional de semejanza. Al conocer
poseemos intencionalmente la realidad.
La voluntad, sin embargo, es relación trascendental
con el bien. Es intención de otro, tal como será. Es intención de alteridad.
De
esto habla Lluis Pifarré en su libro "Entender a Leonardo Polo", p.
63.2
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario