Para entender la "separación"
propia del conocer, Polo acude a la noción de "coincidencia":
iluminar e iluminado coinciden, pero no se tocan.
La coincidencia cognoscitiva es la dualidad de método y tema. Conocer
equivale a la coincidencia del método con el tema.
Coinciden sin tocarse. Hay discontinuidad salvada por la remitencia
iluminante.
No confundamos esta remitencia con la coincidencia lógica, que se
formula como comparación entre objetos.
Decir que dos objetos coinciden en algo
es tanto como pensar ese algo como
otro objeto y sentarlo por separado.
Así se piensan las ideas generales.
La coincidencia, en lugar de identificar el pensar y lo pensado,
equivale a su separación.
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