El australopithecus es considerado como el primer
bípedo, antecesor del género homo.
No habría ningún inconveniente en que los científicos
encuentren otras especies también bípedas. Lo que nos interesa en Antropología
filosófica es caracterizar las diferentes etapas de la evolución biológica.
Aunque el australopithecus no es una de las especies "homínidas"
es muy importante porque el bipedismo
es el carácter morfológico primario del ser humano.
Vivió siempre en el mismo clima. Sólo se han
encontrado fósiles de australopithecus
en el centro sur de África.
Este dato es interesante
pues muestra que el género homo no va
a surgir por adaptación a un nicho determinado. Vivió tres millones de años en
el mismo clima.
Aunque seguramente es una
especie, hay unos australopithecus más robustos que otros, más fuertes, con una
capacidad craneana un poco mayor, para desarrollar el cerebro y poder
utilizarlo en conexión con las extremidades superiores, exentas de la función
de andar.
Por eso el australopithecus
es el antecedente del género homo. A partir de él, el cerebro
puede crecer y conectar con las manos.
Sin embargo, el
australopithecus es un bípedo que no aprovecha su bipedismo. No usaba sus manos
prácticamente para nada, porque no tiene industria lítica (junto a los fósiles
de australopithecus se han encontrado algunas piedrecitas, pero no modificadas
por él; cantos rodados y poco más).
Seguramente agarraba palos
para golpear o arrojaba piedras y cosas así, pero carecía de manos expresivas y
con frecuencia colgarían flácidas.
De
esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas
clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 31.4
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