Sostenemos que para estudiar la Ética en su estado naciente, es decir,
desde el inicio de la vida humana, es conveniente adoptar el punto de vista de
la teoría de la evolución.
Destacar sus averiguaciones más seguras y significativas nos ayuda a
comprender la diferencia entre el animal y el hombre ético.
Sin embargo, es una teoría "limitada" porque muchos aspectos
del hombre no se pueden explicar con ella.
La biología puede explicar el surgimiento de especies nuevas, pero la
humanización no se puede explicar así, porque la inteligencia humana trasciende
la especie, es propia de cada ser humano y no se transmite genéticamente.
El hombre no está determinado solo por su especie, genéticamente. Es
capaz de descubrir novedades.
La inteligencia humana no es una propiedad de la especie, sino que
reside solamente en cada uno. El hombre, desde el punto de vista de la
humanización, no es una especie explicable por el proceso de hominización.
La teoría de la evolución trata de explicar cómo aparecen las
especies, y si tiene éxito lo logrará. Pero sería un error extrapolar a la vida
del espíritu los resultados que su metodología permite abordar.
De esto
habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas
clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 47 y 58
Para
saber más:
sobre
la ética, ver etiqueta 9.0.0
sobre
la evolución, ver etiqueta 9.1.0
sobre
la humanización, ver etiqueta 9.2.1
sobre
la aparición de la inteligencia, ver etiqueta 6.2.1
.
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