¿Por qué dice Gehlen, en su importante obra "Der Mensch" que el hombre es un ser de instintos poco firmes?

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El hombre es un ser de instintos poco firmes porque los instintos "firmes" son los que están determinados: hacen actuar siempre del mismo modo : abejas, ovejas, perros, gatos, leopardos, hormigas, tienen un cuerpo especializado para hacer siempre lo mismo. Si el medio cambia tienen que adaptarse o desaparecen.

El hombre, y evolutivamente todo el género homo, no se adapta morfológicamente al medio, pues gracias a la técnica, a las conexiones cerebro-manos puede crear instrumentos.

La mano es instrumento de instrumentos. La mano no está determinada a hacer una sola cosa. El instinto va siendo dejado a un lado.
Es notable que el género "homo" no tenga miedo al fuego, mientras que instintivamente todo animal huye del fuego, el hombre cultiva el fuego, lo mantiene y con el fuego va haciendo cosas, lo instrumentaliza.

El proceso evolutivo que llamamos hominización no es una adaptación del cuerpo sino una indeterminación, que permite la técnica, que permite el trabajo.

El organismo humano está hecho para trabajar, destinado a hacer. Y eso no sólo el homo sapiens, también el erectus y el habilis (que son animales) trabajan o desaparecen. Todo el género homo tiene el carácter de faber.

El hombre es un ser de instintos poco firmes porque debe trabajar para vivir. Las hormigas no trabajan, siguen su instinto. El hombre, solamente siguiendo su instinto, se muere. Debe trabajar inventando instrumentos.

La técnica forma parte de nuestra constitución somática. Nuestro cuerpo no está cerrado, sino que está abierto, por el trabajo técnico, a posibilidades inéditas.






De esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 37.3

Para saber más sobre la hominización ver la etiqueta 9.1.0

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