Decimos que la voluntad es curva porque los actos de la voluntad necesitan
ser constituidos no solo por la voluntad sino también por la persona, que
"aporta" desde su querer-yo.
De ahí que digamos que la voluntad es "curva".
"Curva" quiere decir que no sigue solamente una instancia
rectilínea, sino que tiene en cuenta dos direcciones a la vez: una dirección
marcada por la voluntad (es la "intención sobre"…) y otra dirección
superior, en la que la persona se desvela o comparece.
El yo se lanza hacia el otro, no solo porque la voluntad quiere, sino
porque la persona refrenda con su querer-yo lo que la voluntad quiere.
Ideas inspiradas en las preguntas nº 1 y 2 de
"ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo,
que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.
Para saber más vayan a las etiquetas de este
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18.1.1 analítica del amor;
1.2.2 amor ;
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