.
Para
entender la estructura donal de la persona humana, debemos tener en cuenta que
el cuarto trascendental personal, el amar donal, es una tríada amorosa
(aceptar, dar, don) que se resuelve en tres estructuras donales:
Estructura
primera.
Dios da el acto de ser a la persona. La persona lo acepta. El Don es
precisamente su acto de ser.
Estructura segunda. La persona da a Dios su vida, esperando que sea
aceptada. El don es la vida humana o esencia, constituida
por la persona.
Estructura tercera. La Salvación o Juicio final. Dios acepta el
don, incorporándolo a su Amor. Es lo que llamamos Don-don.
La clave para entender la importancia "esencial" de la esencia, se encuentra en la estructura segunda: la persona
debe constituir su don. Dicho de otra manera, debe hacer crecer su vida.
La persona es dar. Y da también a Dios.
No puede dar su ser si no es a través de sus dones
esenciales.
De ahí que afirmemos que necesita de su esencia para
completar su estructura donal.
Acepta de Dios, constituye el don, da a Dios.
------------------
Veamos lo
que dice Adam en su punto clave n.44:
PP44. La persona humana no
se limita a la actividad trascendental aceptante, a acoger dones. La persona humana es orientada a dar dones
propios. El hombre da dones a su Creador (en tanto que Él es Aceptación divina) a través de las
propias facultades esenciales: la persona
necesita de su esencia para completar la estructura donal. La persona vehicula el dar personal a través de su
esencia.
Cfr. POLO, L., Antropología trascendental,
I, p. 251.
No hay comentarios:
Publicar un comentario