¿Qué es el ver y el mirar en el crecimiento personal?

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Al decir “ver”, pensamos en el miembro inferior de la sindéresis poliana: ver-yo.
Pero aquí se trata del “ver” sin yo.
Ese “ver” sin yo, es la dimensión personal del crecimiento.
Porque el crecimiento de la persona humana tiene dos dimensiones: el “ver” y el “mirar” (el mirar es el yo).
 
Gracias a la elevación constante e irrestricta, que eso es el crecimiento personal, podemos ver el mundo y la humanidad cada vez mejor, desde más altura, y ese poder “ver” es la dimensión sólo desde Dios, del crecimiento de la persona humana.
Pero, atención, “veremos”, si miramos. Y “veremos” según el modo como libremente miremos.
 
Porque también podemos cerrar los ojos, o desviar la mirada, o caer en las alucinaciones, o, desgraciadamente, malograr el ascensor.
El crecimiento personal debe ser servido por el crecimiento esencial. Los ojos deben abrirse y estar sanos.
Si el yo no dispone, si no otorga desde sus adentros, no habrá don de la persona, no habrá amor donal y la persona quedará inédita (aunque trascendentalmente siga creciendo).
De ahí que podamos decir que si no queremos, no crecemos.
 (El "querer" es manifestación, a nivel esencial, del otorgamiento trascendental, servido por el esencial).
Aunque Dios nos dé incesantemente el Don, elevándonos trascendentalmente (llamándonos, pues somos libres), no crecemos, faltos de "mi" respuesta (del don de mi vida que yo debo otorgar).
El Don queda frustrado, hasta que rectifiquemos.
 
Gracias al mito del ascensor acristalado podemos entender el crecimiento de la persona humana. Se trata de una Página del Blog a la que se accede desde este enlace : https://preguntaspolianas.blogspot.com/p/el-mito-del-ascensor-acristalado.html


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