La persona creada no es verbo, sino adverbio.
Por eso se puede decir que es "nadie".
(Aunque quizá ustedes entiendan mejor si decimos que la persona creada es "semejante" a nadie. Lo que no deja de ser una gran ventaja, pues vivimos "en" otro).
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 350.5
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