¿Podemos contentarnos con la fe del carbonero?

 


El fideísmo, propio del protestantismo, que pliega las velas de la razón para dar paso a una fe ‘quia absurdum’, tiene su reflejo en una actitud del catolicismo que popularmente se ha venido a llamar ‘la fe del carbonero’.
 
Polo advierte que la renuncia intelectual a que se refiere esta expresión no parece compatible con la altura de la sabiduría cristiana, aunque, a primera vista, parezca asegurar la necesaria humildad ante ella.
 
Asimismo, sostener que se puede vivir la fe prescindiendo de la inteligencia es desacertado, pues, como ya dijo Chesterton, el cristianismo no es compatible con un fideísmo de principio.
 
Ha de tenerse en cuenta que la revelación divina supone la entera naturaleza humana y mira a perfeccionarla.

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