¿Colisionan la filosofía clásica y la moderna?


Históricamente han colisionado. O se han separado.

La filosofía moderna, buscando la libertad absoluta, no quiere consentir el dictado de la naturaleza.
Entonces, se separan en simetría.
O principio natural o principio libre.

Frente a esa simetría, Polo sugiere mejor una ampliación.
Leonardo Polo prosigue la búsqueda, y gracias al método del abandono del límite mental, propone una solución en la que naturaleza y libertad ni colisionan ni se separan simétricamente.

La filosofía clásica y la moderna no tienen por qué colisionar o separarse.
Si en lugar de pensar la libertad, desde abajo,  como una naturaleza que alcanza a ser libre, la pensamos desde arriba, como una libertad que, gracias a su relación en Dios (y no gracias al despliegue de su naturaleza) eleva y se sirve de la naturaleza, desborda la naturaleza, entonces la persona es libertad “creada” para amar, aumentando libremente su comunión con su Creador, gracias al don mutuo.

El don mutuo no es otra cosa que la vida.

Vida añadida a la vida recibida. La vida recibida de los padres es la naturaleza, semilla que crece gracias a la vida añadida por la persona.


Ideas sacadas del “compendio” de Antropología “el hombre como persona” de Juan A. García González.

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