¿Tiene la noción de "tipo" relevancia en bioética?

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Sí, pues uno de los criterios que permiten discernir si estamos respetando la dignidad de la procreación humana es el no inmiscuirse o alterar la originalidad de cada ser humano.

Lo que la persona esencializa, añadiéndose a la vida recibida de los padres, no es su especie, sino su tipo (lo importante no es que nazca un humano sino que nazcas tú).

Despreciar el tipo, no queriendo ser, por ejemplo, varón; manipular los genes queriendo enmendarle la plana al Creador, convierte la procreación humana en producción de un artefacto.

Las personas que actúan así, médicos, investigadores, padres, no respetan (no saben en el fondo lo que hacen) la originalidad, el deseo amoroso de Dios (y el derecho de cada uno a ser amados como Dios le ama).



Añado unos comentarios de la antigua edición de esta pregunta:
Silva :
¿Está usted queriendo decir que no es ético querer cambiar de raza?
Kabamba :
Las congolesas utilizan pomadas para aclarar la piel.
Las mediterráneas para bronzearla.

No es malo querer mejorar la especie humana (comiendo mejor, haciendo deporte) pero siempre sin detrimento de la originalidad de cada uno, sin detrimento de la persona singular que cada uno somos.

Escoger otra raza es un desprecio a los de la propia raza y, en definitiva, querer enmendarle la plana al Creador.

Padre Roberto :
Leyendo la Dignitas personae el último documento del Magisterio  sobre cuestiones bioéticas, le daba vueltas al argumento sobre la igualdad entre los hombres de los nn. 27 y 29.
Y lo que dices sobre los tipos me ha hecho ver claro la "originalidad" de cada persona humana, también en cuanto a su cuerpo. Me parece un argumento que hace comprender lo de la "igualdad": todos merecemos respeto de nuestras peculiaridades, típicas.
Gracias, Jo.

Silva:
Tengo la impresión de que estamos en el reino de la "casualidad". Nuestra individualidad depende así del azar.
Hay que conformarse con la raza que a uno le toque, con los defectos que heredamos de los progenitores.

Paco Giménez:
Desde mi atalaya me permito intervenir, haciendo alusión, como don Roberto, al evangelio de Mateo 5, 26: "te aseguro que no saldrás de allí hasta que restituyas la última moneda".

Me parece que el gran acierto de esta entrada es el mostrar cómo Dios está en los detalles.
No es que nos obligue a ser de una raza o que nos dé la oportunidad de ser héroes luchando con tal o tal defecto, no, no es eso; sino que Dios nos ama como somos. Tendremos que dar cuenta de cómo hemos usado hasta de la última moneda.

Kabamba:
Sí, por ahí van los tiros.
A ver si encontramos tiempo para explicar la noción de "providencia y cosas pequeña" tal como Polo la trata en el capítulo 20 de "Introducción a la Filosofía" : Lo grande y lo pequeño: la libertad y la providencia.




Para saber más :
Etiqueta 8.7.0  bioética.
Etiqueta 6.1.0  especies y tipos

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