¿Por qué la esperanza forma parte de la libertad?

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Porque la libertad es horizonte abierto y la apertura es esperanza.

La libertad nativa es filiación y la libertad de destinación apertura del futuro feliz. (En las etiquetas 5.5.4 se habla de la libertad nativa y de la libertad de destinación, los dos miembros de la libertad trascendental).

Fíjense ustedes en que el horizonte se despeja porque hay camino, al aparecer la verdad.

En virtud de su conexión con la verdad, la esperanza forma parte de la libertad.

El camino que se abre con la esperanza (porque al fin y al cabo una ventana tiene dos lados) es tanto antecedente (al ser hijo sé que habrá camino: esperanza escatológica, veo lo que siempre será), como consecuente (quiero caminar, quiero más verdad: esperanza vertical, que lleva la libertad a la vida; miro hacia mi vida iluminándola al abrir la ventana) .

La libertad se vive en esperanza, abriendo la ventana. Uno espera ser más libre, y al ser libre espera más, más verdad.

La vivencia eufórica de la libertad es señal de que se han descubierto sólo los bordes de la libertad. Si la libertad se descubre a fondo, entonces el hombre es instado a sacar de sí todo lo que es, es invitado a despertarse.

El bastón flexible del peregrino, decía Péguy, es la esperanza. Apoyo duro e impulso tras el esfuerzo.

No basta conocer el camino, debemos recorrerlo.


De esto habla Polo en el último capítulo de "Quién es el hombre" p. 251, 3-4

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