Olor a yerba seca

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Así se llaman las muy simpáticas memorias que Alejandro Llano ha publicado en la editorial Encuentro.

En la página 392, leo : "Sin estar adscrito a ninguna escuela de pensamiento, Polo es básicamente un aristotélico que se confronta continuamente con hegel, recurriendo para ello a la ayuda de Heidegger, quien la aporta antiobjetivismo y futurición.

Para penetrar en su universo intelectual, es preciso tensar el pensamiento humano hasta el extremo y detectar su límite.

Ahora bien, detectar el límite equivale en cierta medida a trascenderlo.

Y aquí llega el primer y decisivo paso de la filosofía poliana : el abandono del límite mental, es decir, la superación del objetivismo y de la suposición de la realidad que acompañan a la acostumbrada manera humana de pensar.

El tema del límite constituye el más difundido y comentado de entre los conceptos que Polo ha forjado o reformulado. Es en este punto, sobre todo, en el que Eugenio Trías –uno de los filósofos más reconocidos de la España actual– conecta con Leonardo Polo, al que considera su maestro.

Lástima que el encuentro de Alejando Llano con Polo se produjera demasiado tarde…

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