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La persona, trascendentalmente, se abre hacia afuera y hacia adentro.
La apertura es posible gracias al
desdoblarse del ser personal (cosa que no puede hacer el ser del universo, pues
al contrario del ser personal es un ser sencillo, no dual).
Ese desdoblamiento del ser personal se
inicia al dualizarse el ser por sus
hábitos superiores, es decir, al dualizarse gracias a la sindéresis, gracias al
hábito de los primeros principios, gracias
al hábito de sabiduría y gracias a la gracia.
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Llamaremos apertura hacia afuera a la generosidad de la persona (apertura exterior) y a la docilidad de la persona (apertura inherente o manifestativa).
Según
el hábito de los primeros principios,
la persona se abre generosamente al exterior, a la creación y al
Creador, reconociéndolos (no olvidemos que los primeros principios reales
advertidos gracias a este hábito son tres: el ser del universo, la causalidad
trascendental y el principio de Identidad u Origen).
Según
la sindéresis, la persona se abre inherentemente, disponiendo del universo, por su
acción. Manifestando también su ver y su querer.
(Aquí se habla de la docilidad de la persona
porque la sindéresis es la voz del deber: "lo tuyo es obrar", dice.
Otros la llaman ley natural o voz de la conciencia).
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Según
el hábito de sabiduría, la persona se abre íntimamente,
conociéndose.
Sabe que es dual, que tiene intimidad.
Esa intimidad tiene dos miembros: la apertura interior y la apertura hacia adentro.
La apertura interior es la dualidad entre co-ser y libertad.
La apertura hacia adentro es la dualidad entre el intelecto personal y el amar personal.
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Según la llamada inicial, la persona se abre en Dios, hacia Dios, gozando de su filiación.
Es la
apertura transcendente.
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Finalmente, debemos hablar de la comunión más alta y definitiva: la glorificación de la persona o encuentro futuro con Dios. Nuestro destino.
Glosa a
Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº
95. 2009
Para
saber más sobre
la apertura hacia afuera:………… Etiqueta 5.12.0
la apertura inherente o manifestativa : Etiqueta 5.12.5
la apertura íntima:…………….…..Etiqueta 5.11.0
la apertura transcendente:……..Etiqueta 5.13.0
La persona, trascendentalmente, se abre hacia afuera y hacia adentro.
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Llamaremos apertura hacia afuera a la generosidad de la persona (apertura exterior) y a la docilidad de la persona (apertura inherente o manifestativa).
Según la llamada inicial, la persona se abre en Dios, hacia Dios, gozando de su filiación.
Finalmente, debemos hablar de la comunión más alta y definitiva: la glorificación de la persona o encuentro futuro con Dios. Nuestro destino.
la apertura hacia afuera:………… Etiqueta 5.12.0
la apertura inherente o manifestativa : Etiqueta 5.12.5
la apertura íntima:…………….…..Etiqueta 5.11.0
la apertura transcendente:……..Etiqueta 5.13.0
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