¿De qué modo se añade la vida añadida a la vida recibida?

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Polo habla de vida recibida y vida añadida.
Pero no como dos vidas.
No se pueden dar por separado.
 
Vida recibida, sin alguien que la reciba, no es vida recibida.
 
Y vida aportada, si no es inspirada por la recibida, no es vida.
 
Los hábitos intelectuales y las virtudes morales son el modo en que la vida espiritual se va añadiendo a la vida, (también espiritual en su origen), recibida de nuestros padres.
 
Con ellos se perfecciona y crece la naturaleza humana.
 
La esencia humana es la naturaleza humana "crecida" o creciendo.
La vida humana o esencia humana es susceptible de crecimiento irrestricto.
 
En síntesis : "vita viventis est essentia.
 
La vida humana es la esencia (que no vive sin la persona), el viviente es la persona humana (que vive manifestándose).
 
La vida humana es pues una dualidad: la dualidad de la vida recibida y la vida añadida.
 
La "vida añadida" es el miembro superior de la dualidad (se le puede también llamar vida estrictamente espiritual, alma humana o yo humano).
 
La "vida recibida" de nuestros padres es el miembro inferior, la naturaleza humana: el cuerpo humano y las potencias espirituales y capaz de ser esencializada.
 
En el momento de la concepción de la persona humana, nace una vida dual, en la que podemos distinguir (sin que hayan existido por separado) una vida recibida de nuestros padres y una vida "añadida", que actualiza la persona que acaba de ser concebida.
El añadido inicial y durante el primer desarrollo del niño, no es consciente.
De ahí que podamos hablar de un refuerzo o asistencia permanente de la vida, manifestación de la persona creada.

 
 
De esto habla Salvador Piá en “El hombre como ser dual”, síntesis conclusiva, n. 22.


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