¿Qué es en realidad conocer o entender humanamente?

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Nos referimos al conocimiento humano en general.
La inteligencia es capaz de conocer, pero es también capaz de dejar traslucir su actividad de conocer.
El cómo lo hace, el cómo conoce, no es fácil de entender. Se trata de entender el entender.
Y no es fácil porque el pensamiento humano no es simple como el pensamiento divino que conoce todo en acto. Nosotros debemos avanzar con dificultad por la senda del conocimiento.
Lo primero conocido es lo más opaco, el ente, y de ahí debemos avanzar hasta llegar a darnos cuenta de lo que es la transparencia.
Es bueno hacer ya un esfuerzo y detenerse sobre esta noción: "transparencia", porque ahí está el meollo de nuestra actividad de conocer. Nuestra inteligencia es "transparente" y gracias a esa transparencia podemos conocer todas las cosas.

Quizá sirva una imagen: Los sentidos externos son como ventanas que nos abren a la realidad.
Cada sentido conoce su sensible propio. La vista, el color. El objeto de la vista es el color.
Pero el objeto es irreal. No es una representación. No es una imagen.
El objeto cabe pensarlo como el hueco de la ventana. Gracias al hueco vemos la realidad, nos abrimos a la realidad.
Cada sentido se limita a conocer lo que el hueco de la ventana le permite. No es totalmente transparente pues depende de la forma de la ventana.

Pues bien, la inteligencia es como un hueco sin ventana.
La inteligencia es irrestricta, puede conocerlo todo.

Eso no quiere decir que la inteligencia conozca todo en acto. El conocimiento depende de lo que la luz le traiga. Por eso decimos que la inteligencia necesita una luz, la luz que clásicamente se llama intelecto agente, función que Polo asigna al hábito innato de sindéresis.

La luz de nuestro intelecto es transparente, y gracias a esta transparencia podemos conocer todas las cosas. Podemos hacernos nocionalmente todas las cosas.
Las facultades o potencias sensibles no tienen la capacidad de conocer todas las cosas. El ojo puede ver los colores, pero no puede ver los sonidos.
La inteligencia, al ser transparente, puede conocer todo lo que es iluminado por la luz que la atraviesa.

La inteligencia es potencia, y el conocer es acto. Pero no somos acto puro, no siempre estamos conociendo y no siempre estamos en condiciones de conocer las dimensiones más profundas de la realidad.

El conocimiento "humano" depende de lo que vayamos iluminando.




Estas ideas y muchas de las frases están sacadas del libro de Ignacio Falgueras "De la razón a la fe…" p.52
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