¿Reproducción
artificial de la imaginación?
Es una
opción.
Para mí
también son técnicas que buscan simular la vía generalizante de la
inteligencia (p.ej. en la estructuración de la información a partir de
Internet) y la simulación del funcionamiento de los hábitos adquiridos de la
razón (al transformar los programas en "datos", esos sistemas son capaces
de "autoprogramarse": p.ej. "recordándose de conversaciones
pasadas" para adaptar su modo futuro de conversar con cada uno, o para
seguir jugando a ajedrez con una "estrategia coherente": son los
algoritmos generativos; pueden conocer que conocen...)
De hecho, los
mecanismos del así llamado "lenguaje natural" buscan simular la
comunicación humana.
Desde hace
pocas semanas están apareciendo los "agents" que, a mi modo de
entender, buscan simular el querer-yo. Porque formulan estrategias de
resolución de problemas en las que hay objetivos en distintos niveles. El
utilizador indica lo que desea (la causa final), y el sistema decide los medios
(fines intermedios) para satisfacer ese deseo. Es mucho más que un
"jugador de ajedrez".
Como sucede
con todo conocer humano aquí en la tierra, es necesario el uso de la
imaginación.
Así que lo
que he dicho no está en contradicción con lo que dice Juan A. García.
Pero reducir
el conocer humano a la imaginación me parece un poco extremo.
Está claro que la inteligencia es inmaterial y
la imaginación tiene soporte orgánico y sobrante formal: por eso se podría
asimilar un sistema de IA a la imaginación.
También se
puede buscar un paralelismo con el instinto animal. A mí me parece que esos
sistemas, sin ser inteligentes, tienen inteligencia suficiente para simularla
parcialmente de modo artificial (y, en las últimas semanas, también algo más
que la inteligencia).
Lo que no se
puede simular es la libertad. Porque, para ello, el sistema tendría que saber
de sí, y no sólo simularlo. La dimensión personal es la que no se consigue
simular, aunque se consiguiese simular la individuación de cada sistema.
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Y
el profesor Juan A. García respondió :
Bastante
conforme.