¿No caemos en el idealismo si decimos que verdad y ser se convierten?

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Para evitar el idealismo, Aristóteles acentúa la prioridad de la realidad.

El modo filosófico de mentar la realidad es la noción de ente.

Las cosas, en cuanto que son reales, se llaman entes.

Aristóteles utiliza la palabra ousía para decir que los entes no son meramente ónticos.

Ousía es un abstracto del participio de presente del verbo einai. Es como señalar que la realidad es verdadera, que el ente es onto-lógico, posee en sí mismo su propia consistencia verdadera.

Las verdades no están en el mundo de las ideas, sino en las cosas.

Y ese ser verdad es la esencia, la ousía, que se vierte al latín con la palabra essentia. Esencia es la verdad de cada cosa, su ser en sí, verdadero. (La verdad es el desvelamiento del ser).

Ente verdadero como ousía no es exactamente lo mismo que la entidad que corresponde a la verdad sólo en cuanto conocida. La verdad en mi mente es también real, pero una realidad veritativa. Es el ser veritativo, distinto del ser ontológico.

Ser y verdad se convierten pero distintamente en las cosas (entes reales) y en mi pensamiento (ser veritativo).

No somos, pues, idealistas. Las ideas están en el pensamiento y las cosas tienen su verdad.

Mi pensamiento es verdadero si coincide con la verdad de las cosas.

Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.48.2

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