Sí.
La persona es luz intelectual. Luz que ve.
Por eso, podemos llamar a la persona humana "además".
a) estar más allá del pensar y
b) ser adverbio de Dios y de los demás.
No es infrecuente encontrar, en artículos que
quieren explicar la sexualidad humana, la expresión “ser hombre o mujer son
modos de ser de la persona”.
A mi entender se debería siempre añadir modos de
ser de la persona “humana”.
Si se dice solamente “modos de ser de la persona”
alguien podría pensar que las “personas” son varones o mujeres.
Las “personas” no tienen sexo.
Los ángeles son personas y no tienen sexo.
La sexualidad es propia de las personas “humanas”
pues es propia del cuerpo humano y no del acto de ser personal.
No podemos dar nuestra
persona porque la persona, simplemente, no “es”, sino que “será”.
Podemos comprometer
nuestro futuro, pero no poseemos el futuro. No nos poseemos completamente.
Siempre seremos “inidénticos” (la Identidad es divina).
La persona se da a
través de su esencia (a través de su vida, porque su vida es su esencia).
Al dar nuestra vida
estamos ratificando nuestra fidelidad.
El amar donal (o amar
personal) será siempre activo, siempre crecerá más.
Y se manifiesta
queriendo, para siempre.
Cuando nos adentramos
en la antropología trascendental corremos el riesgo de despreciar la esencia,
pensando que el acto de ser humano no necesita de ella.
Nos olvidamos de que el
dar donal se da a través de su esencia.
Y, como dijo Juan A. GG,
la esencia es “esencial”.
En la etiqueta 1.16.0
tratamos del Inicio de la Filosofía.
Etiqueta 1.1.4 la esencia.
.
El "conocer" intelectual, es el enterarse de algo cuando el
intelecto agente ilumina, es la “operación” de conocer.
El "entender" consiste en darse cuenta, comprender, darse cuenta
de que conocemos.
El "saber" consiste en discernir entre conocer que conocemos
(entender) y el origen del conocer (soy hijo).
Polo distingue entre "enterarse", "entender" y
"encontrarse con la verdad".
1. "Enterarse" se refiere a recibir
una información que, sin embargo, el entendimiento no llega a comprenderla como
suya.
Es el conocer
"operativo" con el que funcionamos los hombres inteligentes
cuando somos conscientes.
Tiene como base la
función atribuida por los clásicos al entendimiento agente, el iluminar,
abstrayendo. Es una conciencia meramente "objetiva". Polo utiliza
también el término "alteración".
2. "Entender", cabalmente,
implica una movilización mayor de la inteligencia. Es el ejercicio de los
hábitos innatos que nos permite "comprender" lo que conocemos. Así,
con el hábito innato de sindéresis, conocemos que conocemos.
3. "Lo entendido"
puede "además" ser alumbrado como "encuentro con la verdad". Se trata del verdadero
discernimiento. Ser hombre de criterio. Al ejercer la sabiduría, podemos saber quiénes somos: hijos que cantan a
su Padre. Mi vida es mi cantar.
Así, un teorema
matemático puede ser utilizado funcionalmente (enterarse), puede ser entendido,
conociendo que lo conocemos más o menos, pero también podemos caer en la cuenta
de que en él la verdad me ha salido al encuentro.
Tal caer en la
cuenta de que al entender el teorema uno mismo se encuentra con la verdad, no
es simple asunto de la inteligencia sino que corre a cargo de la persona.
Así vivimos con
sentido. Saboreando el vivir.
.
Para
los seres vivos, su ser es vivir, si no viven ya no son lo que son, serían otra
cosa.
Yo
puedo ser alto o bajo, pero no puedo dejar de vivir. La vida no es un
accidente.
Mi
amigo Yepes dice que vivir es un modo de ser.
Vivir
es ser, para los seres vivos.
El
modo de ser más alto es el Ser de Dios, Acto puro. Vida suprema.
Ese "ser" que es la vida, ¿qué es?
¿Es el acto de ser de los seres vivos?
¿Es la esencia de los seres vivos?
En Dios, Ser y Esencia se identifican, no lo olvidemos.
Lo que caracteriza a cualquier ser vivo es su unidad autoactivamente coactual.
"Unidad": un ser.
"Autoactividad": se activa a sí mismo.
"Coactual": rico en novedades.
Dios es Uno y Trino. Rico en Personas.
Dicho de otra manera, la vida es la permanencia de la distinción de actos, en la unidad. A más actos, en unidad, más vida. A más permanencia, más vida.
Ideas sacadas del artículo de don Ignacio Falgueras "La noción de vida en Leonardo Polo", aparecido en Miscelánea poliana nº 55.
Pueden ustedes encontrar
en este blog una Página muy extensa sobre la vida. Basta pinchar aquí :
https://preguntaspolianas.blogspot.com/p/la-vida.html
Este artículo fue
publicado en Miscelánea poliana en 2020 : https://www.leonardopolo.net/docs/MP69-F.pdf
.
La
vida es el cambio sin cambiar.
Me
explico.
Dios
es Fuego.
No
cambia. Pero es Vida. Es crecimiento Originario.
En
su Acto puro no hay potencia.
Es,
a la vez, infinitud de actos inabarcables.
Más
vida, más coactualidad.
La
manifestación de esos actos es su Vida, es su Gloria.
La
infinitud de actos en Dios no cambia, pero cambia su manifestación, cuando
quiere y como quiere.
Puede
crear o no crear.
Es
Amor.
Es
Comunión.
La acción vital no puede ser propiamente un movimiento.
Y es así como se llegó a descubrir lo que llamamos movimiento "inmanente". Un cambio sin cambio. Vida.
El movimiento inmanente no es como el movimiento continuo.
Movimiento continuo es, por ejemplo, construir una casa. Mientras la construimos estamos en movimiento. Una vez construida el movimiento cesa.
Este movimiento continuo se define como el acto "en potencia", en cuanto que está en potencia. Todavía no es el acto que debe ser. Está cambiando. Está en movimiento.
El movimiento inmanente, al contrario, "ya" es. Al ver, ya estamos viendo.
Se le puede llamar movimiento discontinuo. Se ha pasado de acto a acto, sin pasar por la potencia.
En su origen ya está todo lo que puede ser.
Se manifestará en la medida en que el ser tenga libertad, en la medida en que sea dueño de sus actos.
La máxima libertad es la libertad divina.
https://preguntaspolianas.blogspot.com/p/la-vida.html
Este artículo fue
publicado en Miscelánea poliana en 2020 : https://www.leonardopolo.net/docs/MP69-F.pdf