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¿Qué se entiende ordinariamente por identidad?

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En sentido amplio, la identidad es un conjunto de notas o propiedades que caracterizan objetivamente a alguien y lo distinguen de los demás.

Pero al ser el hombre inagotable, nunca abarcaremos su identidad:
la persona humana es inidéntica.

Sólo Dios es Idéntico y principio de identidad.

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¿Es originaria la Identidad?

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Tiene razón Juan A. García cuando dice que la Identidad debe declararse Originaria.

La distinción en el Origen no es la distinción Ser-Esencia, (Dios y sus obras), sino Distinción de Personas en la Identidad divina.
 
No hay resquicios en el Ser. Dios no se degrada en su manifestación.
 
Ignacio Falgueras habla de la Identidad del Dar, del Aceptar y del Don supremos.
Dios es Identidad.
 
La Esencia de Dios no es su manifestación. Dios no se esencializa a través de su acción, sino que su Esencia es su Ser.
 
Nótese la diferencia con el planteamiento de Nietzsche que presenta el ser como un yo que se esencializa en sus actos voluntarios.
 
Si no hay resquicios en el Ser, las nuevas esencias (usted y yo, por ejemplo) deben ser creadas mirando a su inserción en el Don que es Dios.
La actividad de las nuevas esencias va dirigida "hacia" la posteridad. Y así se separan, distinguiéndose la esencia que son y el ser que serán (serán siempre en futuro al ser inidénticas). Seguiremos siendo, las criaturas, futuro indesfuturizable, saciándonos sin ser nunca saciados.
 
En el planteamiento poliano la persona esencializa su mundo, añadiéndolo al Ser Originario, al ofrecerlo y ser aceptado.
Comprendan ustedes que no es el yo el que se esencializa con su acción. El yo es el ápice de la esencia humana.
Es la persona (siempre en futuro) la que se manifiesta gracias al yo.
En las criaturas hay siempre distinción entre esse  y essentia.
 
La Identidad debe declararse Originaria. La Identidad es Dios.
 
Si quieren ustedes leer una síntesis de la distinción real esencia – acto de ser, vayan al principio de este blog, a la página (en rojo) ""Esencia –Ser. Su distinción"

 


¿Es la fe una de las dimensiones de la apertura transcendente?

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Sí. La fe intelectual o filosófica (también llamada “personal”) es una de las dimensiones de la apertura transcendente.
 
Las dimensiones de la apertura transcendente, o aperturas iniciales de la persona humana, son cuatro, correspondiéndose con cada radical personal:
 
la gracia personal inicial, humildad o abajamiento primero;
la esperanza, amanecer o alianza primera;
la fe, alumbramiento o luz primera;
la caridad o arrullo del amor primero.
 
 
El primer abajamiento o humildad transcendental, equivale a la verdad del co-existir personal.
 
El amanecer de la persona, o esperanza transcendental, equivale al destinarse de la libertad
 
El alumbramiento o fe personal, equivale a la búsqueda intelectual del destino personal.
 
El primer arrullo o caridad transcendental, equivale a la búsqueda amorosa del encuentro con Dios.
 
Aunque utilicemos el mismo nombre, no deben confundirse la humildad, la esperanza, la fe y la caridad de las que aquí hablamos, con las virtudes a nivel esencial o con las virtudes sobrenaturales de las que habla la teología.
Y tampoco se ha de confundir la gracia personal inicial (el primer abajamiento o humildad transcendental) con la gracia santificante de la teología.
 
Para mejor entendernos hablaremos de virtudes teologales (fe, esperanza, caridad, gracia santificante) y aperturas "iniciales" (gracia o llamada inicial, fe, esperanza y caridad iniciales).
 
También llamadas aperturas transcendentales fruto de la llamada inicial, al ser creados.


Estudiamos la fe sobrenatural en la etiqueta 12.8.1

Las virtudes infusas teologales las estudiaremos en la etiqueta 12.8.0 y también en la etiqueta 5.16.2, en tanto que "nueva" creación.


¿Qué es la potencia obediencial en el ascensor acristalado?

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La potencia obediencial de nuestro ser es el estar abiertos a aceptar más donación (potencia obediencial activa), que no es otra cosa que el estar vivo en el ascensor.
Es el Don de Dios que tiene en cuenta la respuesta humana y esa respuesta, libre, se manifiesta como "disposición", esencialización. Es el Don-don.
 
No “estar dispuesto”, sino “disponer”.
Si el yo no otorga, no habrá entrega. Habrá Don de Dios, pero no habrá Don donado por la persona, sino frustrado.
 
La pura actividad libre y donal que atribuimos al crecimiento "personal" puede ser así asimilada a la respuesta a la vocación, la respuesta al destino, dicho de otro modo, el destinarse.
 
Gracias al mito del ascensor acristalado podemos entender el crecimiento de la persona humana.


¿Qué es la fe sobrenatural?

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La fe sobrenatural es el hábito "infuso", y el acto donal correspondiente, que el hombre ejerce respecto de la sabiduría divina revelada, movido por la gracia sobrenatural.

Lo importante para distinguirla de la fe racional (personal o intelectual) es, por un lado la noción de Revelación, y por otro, la ayuda divina especial de la gracia sobrenatural.

La Revelación es la comunicación de la vida íntima de Dios, de cuya iniciativa procede.


Y la gracia sobrenatural especial es la Luz de Jesucristo, Dios que se infunde en el corazón del hombre para que su voluntad mueva al asentimiento razonable.

¿Qué es ser “además?

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La persona humana es “además”.
 
 Para caracterizar a la persona humana, que Polo llama “además”, no basta decir que es ser alguien en lugar de algo (como dicen los personalistas) o decir que el otro (la persona) no es un ser abstracto (Levinas).
 
Ser además, o sea, ser persona humana, es ser un ser que se acompaña, que sabe de sí.
 
Se le puede llamar co-existente o co-existencia. Ese acompañar es el “carácter de además”.
El además existe acompañándose a sí mismo.
 
Ideas sacadas del “compendio” de Antropología “el hombre como persona” de Juan A. García González.


¿Cuál es la primera descripción que hace Polo de la intimidad?

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La primera descripción que Polo hace de la intimidad es presentarla como subsistencia.
Entendiendo la subsistencia como una radicalidad que se mantiene, que renace, que rebrota, que no se agota.
 
La sustancia, en cambio, se agota en ser lo que es.
Es una radicalidad, que es principio de las operaciones propias de su naturaleza, pero nada más.
 
La intimidad es "además".
Más que dar de sí.
La sustancia llega un momento que no puede dar más de sí.
 
La subsistencia rebrota, al ser acompañante.
Es además.

 
Ideas sacadas de la conferencia de Juan A. García Gz, que pueden ustedes seguir aquí:
16 marzo 2021. Coexistencia y carácter de además. La persona humana. Apertura y libertad.
https://www.youtube.com/watch?v=z3JX3ZEeYRk


Co-existencia. Co-ser. Coexistencia




Vayan por favor a : este enlace

https://glosariopoliano.blogspot.com/search/label/Co-existencia.



¿Propone Polo tres sentidos de la unidad?

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Sí.

- la Identidad del Origen;
- la mismidad del objeto pensado;
- la unidad de orden (el fin) o valor físico de la unidad. (La esencia del universo es la unidad de orden instaurado por la causa final)

Atención: La unidad de la esencia "humana" es distinta de la unidad de la esencia del universo físico, no es ya la unidad del orden ya instaurado, sino la unidad de la vida creciente, que tiende a su consumación, al ser inspirada por la verdad.

Es la unidad aportada por la coexistencia humana (por la persona humana) al hacer crecer su vida,  manifestando la riqueza de su réplica, en la medida en que va encontrándola.

No es propiamente unidad, sino puente amoroso entre Dios y el mundo, libremente otorgado por cada persona humana. Vida interminable. Entrelazamiento de sus dimensiones (amistad, trabajo y luz).


Véase Polo, AT, I, 78, 3.

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¿No rompe la coexistencia humana la unidad del ser?

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La unidad del ser es, ante todo, la unidad de la Identidad Originaria, Dios.
 
La plena unidad del ser (Dios) dispone también de interioridad, de intimidad. No se rompe al ser Trina.
 
A la unidad originaria del ser conviene, por tanto, la réplica personal: el Verbo que traspasa a Dios como pensado (el Hijo que traspasa el Entender divino).

Tomás de Aquino dice que el Verbo de Dios no es el Padre entendiéndose a sí mismo, sino "el engendrado" por ese "entenderse a sí". 
Se da cuenta de que el Hijo no se reduce a ser objeto de conocimiento, es decir, a "ser entendido". El Hijo traspasa el "ser entendido", no es una mímesis ideal sino una realidad "personal" (Polo, La verdad como inspiración).
 
 
Pues bien, la dualidad de la coexistencia (que no es otra cosa que el co-ser personal humano o la persona humana en tanto que co-ser) es también interior a la unidad del ser, no la rompe, sino que es justamente su interioridad.
 
Podemos mirar esa dualidad interior, en la que los trascendentales personales se convierten, sin atentar a la unidad, pero igualmente podemos mirar cómo la persona se dualiza también, hacia más adentro que el dentro, buscando su réplica (mejor decir “la Réplica”).

Es así como entenderemos que la persona está incluida en otra unidad a la que no altera: la Identidad de Dios como Origen, es decir, el ámbito de la máxima amplitud de la existencia, que es Dios.
 
La coexistencia humana es así un dentro, en Dios, no localizado, atópico y creciente, indeterminable por interminable.
 
La persona humana no rompe la unidad de Dios.
Y su ser "co-ser", no rompe tampoco la unidad de su vida humana, pues precisamente la vida de cada uno crece gracias a que la persona está abierta por dentro a Dios y por fuera al universo que esencializa en mundo y a las demás personas en comunión de esencias.
 
La unidad de la vida humana es un "hacia" la unidad de Dios, es un gozar, repito, interminable, de la intimidad de Dios.
 
 
 
De esto habla Juan A. García González en Miscelánea poliana n. 43: "La unidad del ser y la coexistencia humana". 11 julio 2013. Jornadas castellanas tras el fallecimiento de Polo.
 
Para saber más sobre la unidad, ir a  la Etiqueta 1.14.0


¿Qué es la "actuosidad"?

 

La "actuosidad" es la  actividad en cuanto fuente que no se detiene. 

Llamamos actuosidad al fontanal de la actividad.


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¿Es la Antropología una parte de la metafísica?

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La Antropología no debe reducirse a metafísica.

La metafísica, ajustadamente tomada, no tiene como fin propio el estudio del hombre.
Aunque se hable de "antropología metafísica", esta denominación no es adecuada, ya que, en sentido estricto, la metafísica estudia las realidades fundantes, es decir, los primeros principios de la realidad extramental (Dios como Identidad, la causalidad trascendental y el ser del universo físico).

La antropología trascendental (que también se puede denominar antropología de la intimidad) tiene como tema la persona humana, realidad que aparece en segundo lugar, después de existir los primeros principios de la realidad (el ser del universo y el de su Creador).

Con todo, no por ser segunda, la persona humana es menos importante que el ser del universo físico, ya que es libre.


Así habla, más o menos, Juan Fernando Sellés en su libro "Antropología de la intimidad", p. 13.3


Para saber más:
1.4.0 Principios;
5.11.0 Intimidad;
2.12.2 Metafísica;
5.1.0 Antropología



¿Qué modalidades presenta la luz intelectual?

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Las luces que sólo iluminan son las operaciones mentales.

Las luces que iluminan "suscitando" son los razonamientos. (nótese que la suscitación es exclusiva de la iluminación "esencial", no es trascendental).

Las luces iluminantes que buscan y encuentran son el hábito de los primeros principios y la sindéresis.

Las luz que siempre busca es el intellectus ut actus o Intelecto personal, solidario de la sabiduría. Transparente.
Es luz, luz con luz interior (la luz interior es su dualidad con la sabiduría). Son luces solidarias. Polo las llama "luz además luz"

Para saber más:
Etiqueta 5.5.2………………….Intelecto personal
Etiqueta 2.14…………………..sabiduría
Y ver arriba del blog la página "Inteligir humano"

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¿A qué llamamos díada transcendente?

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Llamamos díada transcendente a la dualidad Dios-persona humana.

La persona humana nace de Dios.

La persona humana vale para Dios.

La persona humana es relación, subsistente en el orden del Origen.

 

Y llamamos díada trascendental a la doble dualidad apertura interior y apertura hacia adentro.

La persona humana es además.

La persona humana es intimidad.

La persona humana se abre hacia fuera y hacia adentro.

 

 

La persona humana se abre transcendentalmente hacia dentro, hacia Dios, según cuatro sentidos o dimensiones, que se corresponden con los cuatro trascendentales personales.

 

1. la gracia inicial originaria, humildad o abajamiento primero;

2. la esperanza, amanecer o alianza primera (fidelidad);

3. la fe, alumbramiento o luz primera (filiación);

4. la caridad o arrullo (comunión o servicio).

 

El primer abajamiento o humildad trascendental, equivale a la verdad del co-existir personal. La humildad es la verdad.

El amanecer de la persona equivale al destinarse de la libertad.

El alumbramiento equivale a la búsqueda intelectual del destino personal.

El primer arrullo equivale a la búsqueda amorosa del encuentro con Dios.

 

Aunque utilicemos el mismo nombre, no deben confundirse la humildad, la esperanza, la fe y la caridad de las que aquí hablamos (aperturas transcendentes),  con las virtudes a nivel esencial, y tampoco con las virtudes sobrenaturales de las que habla la teología. 


¿Es la persona humana el hombre o la mujer en su totalidad?

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No.

La persona humana es su acto de ser.
 
Acto de ser, que además, no es ni masculino ni femenino, es simplemente "ademaseidad", ser creciente.
 
Esta pregunta surgió con motivo de las clases impartidas por el profesor Juan Fernando Sellés, por zoom, a partir de septiembre de 2023.
 
Concretamente, esta pregunta fue suscitada escuchando la sesión TEOINC nº1.  La Introducción del libro “Teología para inconformes”.

 


La persona humana, ¿es relación subsistente?

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La persona humana es relación, subsistente en el orden del Origen.

 

Se trata de una dependencia del Origen en el modo de relación insistente e intensiva hacia el Origen (insistencia subsistente en el orden del Origen). Réplica del Origen.

 

La persona es la relación, subsistente en el orden del Origen, llamada a entrar en el orden del Amor.

 

La persona humana es relación, subsistente sólo si se tiene en cuenta el Origen, si se tiene en cuenta su dependencia insistente a la Iniciativa divina.

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¿Dónde está la línea de sutura entre la filosofía cristiana y la filosofía griega?

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En la convicción que tienen los griegos de que el hombre pertenece al universo, considerándolo como un ser intracósmico.

La filosofía cristiana no puede aceptar que el hombre sea un ser que se explique como perteneciente al universo.

Por ejemplo, la idea de que el alma humana es directamente creada por Dios, que es una tesis de la filosofía medieval cristiana, ya saca al alma del universo. Si es creada directamente por Dios no está incluída en la creación del universo.

¿El hombre pertenece al universo? No.

La interpretación de la antropología como filosofía segunda en rigor es la consideración del hombre como un ser intracósmico, es decir, que pertenece al universo.

De ahí que Polo sostenga que la antropología es filosofía primera.

El hombre no es un modo de ser del universo.

El ser del universo es distinto del ser persona humana.

Metafísica y Antropología son filosofías primeras. Distintas.


La esencia de la persona humana. Notas sacadas de la conferencia dictada el 25-XI-1994 en el salón de grados Mª Zambrano de la facultad de filosofía y letras de la Universidad de Málaga. (Miscelánea poliana nº 4, p.36.3). Citamos las páginas según la recopilación titulada "Antropología y trascendencia" publicada por I. Falgueras y Juan A. García

Para saber más ver
Etiqueta 2.12.1 : filosofía primera y filosofía segunda
Etiqueta 7.8 : filosofía cristiana
Etiqueta 1.10 : el hombre


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¿Por qué dice Polo que Aristóteles es el gran organizador de la Filosofía?

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Porque es el autor de la primera constitución de las diversas ciencias filosóficas que se han mantenido a lo largo de la historia.

Establece que la filosofía primera es el estudio del ente, consecuente al descubrimiento admirativo de lo estable, de lo que no cambia. La ciencia de la realidad radical, de lo primero (que la tradición llamará metafísica).

Sin embargo, el ente se dice de muchas maneras. Esto comporta que la filosofía se abra a una pluralidad temática.

Tema destacable es el ente vivo.

Aristóteles ha entendido la peculiaridad de la vida al descubrir el par potencia-acto.
Se dio cuenta que conocer es despertarse, pasar de potencia a acto. Y eso es vivir, ser ente que crece.

La forma superior de vida es el conocimiento intelectual (crecimiento irrestricto), por eso el estudio del conocimiento forma parte de la filosofía primera.

Las filosofías segundas son las que tienen que ver con el tiempo.
El acto de conocer es atemporal, su ciencia es filosofía primera y es la culminación de una ciencia segunda, la psicología, que es la ciencia aristotélica que estudia el ser vivo.

Otra filosofía segunda es la física, que estudia los entes reales no vivos.

El ente vivo justifica una investigación que constituye un bloque temático en el que confluyen varias filosofías segundas:
la biología, que trata del animal y de los vivientes de nivel inferior, los vegetales.

Otro campo temático es el de las ciencias del hombre, las filosofías segundas del animal dotado de noús (el hombre) que se dividen en dos grandes grupos según tengan que ver con la razón práctica (y la libertad) o con la razón teórica.

La razón práctica es el uso de la razón (en el ámbito de la libertad) para regular la acción :
en vistas a lograr resultados: la técnica;
para asegurar la convivencia: la política;
para bien conducir la vida: la ética.

El estudio de la ciencia, o del uso teórica de la inteligencia, se llama lógica y tiene varios tipos, por ejemplo:
la tópica (las convicciones humanas) y la retórica (comparación de opiniones).

Como una buena ama de casa, Aristóteles sabe organizarse.

Sin embargo, Polo propone considerar la Antropología no como filosofía segunda, sino como filosofía primera.


Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, capítulo 6, p.79..3-82.4

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¿Es la persona humana la totalidad de acto de ser personal, esencia y naturaleza?

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La persona debe ser entendida como “acto de ser”.
 
La persona humana no es una totalidad, o el conjunto de acto de ser personal + esencia humana + naturaleza humana.
 
No son piezas de automóvil que constituyen un compuesto.
No son teselas de un conjunto, más o menos importantes.
La persona no es *el todo*.
 
Pensar la persona como un todo es una “generalización” supuesta por nuestro entendimiento.
 
La persona humana es simplemente “ademaseidad”.

¿Qué es la humildad?

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La humildad es una de las 4 aperturas transcendentales de la persona humana.
Su paradigma es María.
 
El co-ser humano (primer trascendental personal o co-existencia), al ser creado, se abre hacia Dios, desde la llamada inicial.
La persona, en tanto que humilde, no se distrae de Dios.
 
La humildad transcendental es coronada por el don del Espíritu Santo llamado “Temor”.


Pueden ustedes acceder a los enlaces pertinentes, entrando aquí en el glosario poliano.

¿Cuáles son los 4 grandes bloques temáticos en los que Aristóteles organiza las ciencias?

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1. La filosofía primera o ciencia de lo radical (que la tradición ha llamado metafísica y que Polo amplía con la antropología trascendental).

2. Las filosofías segundas del ser vivo (psicología).

3. Las filosofías segundas del ser inerte (física).

4. Las filosofías segundas del hombre.

Filosofías segundas prácticas: técnica, política y ética.

Filosofías segundas teóricas: filosofía de la ciencia (lógica).


Pues bien, Polo sostiene que la Antropología no es filosofía segunda, sino primera.


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¿Qué apertura transcendental recibe el nombre de humildad?

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Pienso que, en el orden trascendental,  la humildad equivale a la apertura transcendental del radical "además" (es decir, del co-ser personal).

Es "la gracia inicial" de la persona humana.

Dios abre íntimamente "hacia" Él, a cada persona, al crearla.

Estudiamos la llamada inicial de Dios, o gracia originaria, en la etiqueta 5.15.0. 

La hemos llamado también segunda creación. 

Su fruto en el radical "además" es precisamente la "humildad" transcendental.

Me gusta llamarla "abajamiento"




En la etiqueta 5.13.1 estudiamos las aperturas transcendentales en general.
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¿Qué es ser primero y ser segundo para Polo?

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Según Polo el "ser personal" es distinto de aquél de que se ocupa la metafísica.

La metafísica estudiaría el ser como lo primero, como principio y como causa, es decir, el primer sentido del ser.

El segundo sentido del ser es el ser que se añade libremente, es el ser libre de la persona humana.

La filosofía primera, que trata de lo radical, comprende tanto la metafísica (el ser primero) como la antropología (el ser segundo).

Las filosofías segundas estudian todo lo que tiene que ver con el ser en el tiempo.

No nos debe desorientar la terminología utilizada clásicamente para expresar el orden predicamental (no radical) que distingue entre acto primero, entitativo (la forma substancial) y acto segundo, operativo (los accidentes).

Cuando hablamos aquí de ser primero y ser segundo nos movemos en el orden trascendental, en lo radical.


Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 328.3

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¿Busca Polo ser original con su propuesta de ampliación de la metafísica?

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La propuesta poliana de ampliación de la metafísica clásica, distinguiendo ahora entre ser primero (el ser del universo material) y ser segundo (el ser de la persona humana) tiene una base en la tradición.

Esa base es la distinción clásica entre naturaleza y persona.

La filosofía encuentra muy pronto el problema de cómo armonizar lo uno y lo múltiple.
Pero existe siempre el peligro de solucionar el problema o bien cayendo en el monismo (Parménides) o pasarse con el dualismo (Descartes).

La noción de persona, que tiene un origen teológico como señala Spaemann en su libro "Personas", resuelve ese problema.
En efecto, del mismo modo que en Dios hay una sola naturaleza divina y se mantiene la distinción entre las personas divinas, debemos nosotros mantener la distinción entre el ser del universo y las distintas personas humanas.

Así entendemos que, por un lado, cada persona humana es única en el mundo gracias a su  libertad personal, pues cada persona es responsable.
Cada persona es distinta de las otras porque es capaz de aportar novedades no previstas inicialmente.

Y por otro lado, al mismo tiempo, hay algo entre las personas  que es común, que posibilita la comunión: el don que nos hacemos, la naturaleza, que es sencillamente lo que es, porque Dios lo ha hecho así o se deja transformar por nuestro obrar.

Los grandes filósofos saben armonizar naturaleza y libertad: la "sencillez" del ser y el "además" que aporta la libertad de cada uno.

Ésta es la propuesta de Polo: debemos distinguir entre el ser del universo físico y el ser personal.
Ambos son primarios, objeto de la filosofía Primera. Pero uno es sencillo (el ser del universo) y el otro dual (el ser personal humano).

La Metafísica estudia el ser primero y la Antropología el ser segundo. Siendo ambas filosofías Primeras.






Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 328.4

Para saber más:
Etiqueta 1.12.1 filosofía primera y segunda

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¿Qué es la llamada inicial?

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La llamada inicial es la creación de cada persona humana. Se le llama también creación segunda.

La creación primera es la creación del universo físico.

La persona humana se caracteriza por su crecimiento según sus elevaciones. (Estudiamos las elevaciones trascendentales en la etiqueta 5.7.0)

La elevación de base es la creación. Las otras cuatro elevaciones son la llamada inicial, la insistencia o mantenimiento de la llamada, la santificación y la glorificación

La creación de la libertad de lapersona humana exige la llamada inicial (vocación según Piá).

La persona es libre, debe responder a una llamada. No está determinada.

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La llamada inicial es pues una de las "elevaciones" trascendentales de la persona humana.

Es la creación segunda.

 

A la llamada inicial podemos también llamarla gracia inicial (que abre el radical co-ser hacia Dios. Esta gracia es una apertura transcendental que llamamos humildad trascendental) y podemos también llamarla gracia primera (en tanto que abre, con tres aperturas, los otros tres trascendentales hacia Dios. La esperanza transcendental es la apertura de la libertad. La fe es la apertura del inteligir personal. La caridad es la apertura del amar transcendental.

 

La llamada inicial es pues  el modo peculiar como Dios crea cada persona humana. Dios la crea, "llamándola".

 

Noten la exquisita ternura de un Dios que no nos crea despóticamente, sino en libertad. Nos "llama".

 

El fruto de la llamada inicial es, por lo tanto, una apertura transcendente (vean las etiquetas que empiezan por 5.13).

 

La persona humana es creada con una intimidad orientada de suyo al auto-transcendimiento, a vivir-con o en Dios.

 Vista desde la criatura humana, la llamada inicial es potencia obediencial. Vocación.

 Tras la decisión divina de crear, podemos considerar pues, trascendentalmente, esta elevación que llamamos "llamada inicial" (denominada también, como hemos dicho, gracia inicial como referencia al radical co-ser y gracia primera referida a los otros tres radicales).

 Los seres libres somos creados a modo de "llamada". Somos seres "segundos". El ser primero es el universo físico, que es como es, y no tiene nada que decir, sencillamente se despliega.

 Y la "llamada" fructifica en cada radical humano:

 

- en cuanto ser libre, se abre el ser en esperanza;

- en cuanto inteligir personal, se abre en fe;

 - en cuanto amar, se abre en caridad;

 - y en cuanto co-ser, se abre en humildad (gracia inicial).

 

Son "las aperturas transcendentales" (la n designa el cómo el ser personal se abre a Dios, respondiendo a la llamada).

 

Otra cosa distinta es la apertura "trascendental" (sin n) o apertura íntima, que designa las dualidades íntimas del ser personal. Es decir, nuestro estar abiertos por dentro (la estudiaremos en las etiquetas 5.11).

 

Ya saben ustedes que la intimidad personal poliana  comprende:

-  la dualidad entre  la apertura interior y la apertura hacia adentro.

 

La apertura interior es la dualidad entre co-ser y libertad,

y la apertura hacia adentro,  es la dualidad entre el inteligir personal y el amar.

 Con la llamada inicial vamos más allá de nuestra intimidad. Por eso decimos trans.

Entramos en contacto con nuestra réplica.

 

Se habla de las aperturas en la etiqueta 5.8.0

Se habla de la réplica en la etiqueta 5.4.2


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¿Cómo es creciente el acto de ser de la persona humana?

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Silvia Martino ha tenido la amabilidad de enviarme la respuesta de nuestro profesor Juanfer Sellés en el coloquio de las Jornadas Universitarias sobre Leonardo Polo de este año 2023.

Deja muy claro que el acto de ser personal es constitutivamente creciente.

Si nos limitamos a “pensar” el acto de ser, lo detenemos y ya no le conocemos realmente.

Cada uno somos crecientes hacia Dios.

Cada uno somos únicos hacia Dios.

Dios eleva a la persona sin cesar, la abre a su Intimidad, para que entremos en ella siempre además.


¿Cómo se realiza la llamada inicial de Dios a la humildad?

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El fruto de la elevación trascendental que denominamos “llamada” de Dios, no es otra cosa que las aperturas transcendentales de la persona humana (humildad, esperanza, fe y caridad trascendentales).

Siguiendo la intuición de Adam Solomiewicz, cada trascendental personal es abierto por Dios teniendo en cuenta la dualidad radical nacer-destinándo.se.

Por ejemplo, el amar personal comprende un doble don: Dios da el don del "ser personal" que la persona acepta trascendentalmente y el don de la esencia humana que la persona da esencialmente a Dios.

Pues bien, la llamada de Dios también abre el primer trascendental personal “co-ser”.
Esta apertura es la humildad trascendental, que siguiendo la intuición de Adam es también doble: es un nacer humilde y un destinar.se humilde.

Ya ante, Salvador Piá notó que la llamada inicial se realiza según los cuatro radicales íntimos. 

El radical personal que está a la base de los demás es el Co-ser. Pues bien desde el co-ser la llamada inicial, decía Piá, es un re-nacimiento, es actividad re-naciente. Gracia inicial u original
Es un estar siempre abiertos al futuro o nuestra vinculación a Dios. Es la docilidad de la humildad.
Por eso propongo llamar a esta gracia inicial  "humildad trascendental".

La apertura transcendente del ser humano corre enteramente a cargo de Dios según el nacer (pendiente del destinar.se acabado que es la aceptación de Dios).
Ése nacer trascendental es el modo en que Dios se introduce inicialmente en la persona humana: elevando la apertura trascendental de los radicales personales con la apertura transcendente.
Por ese motivo, a la llamada inicial del además se la denomina gracia inicial  de la persona humana, porque es Dios quien en atención a Dios le da la gracia inicial a la persona humana, es decir, la llama.

Desde esa observación, la condición creatural del además  se dilucida como adverbio.

La persona humana es imagen de Dios como adverbio; por tanto ser imagen humana no significa ser verbo, ni tampoco ser pronombre. Y, justo por eso, como imagen o adverbio es como se muestra la índole creada de la actividad personal humana. A su vez, desde el carácter adverbial del además queda mostrado que Dios es persona como Verbo.


De esto habla salvador Piá en “El hombre como ser dual” p. 384-424
Y explicamos la llamada inicial en la etiqueta 5.15.0

¿Cómo son elevados los cuatro trascendentales personales descubiertos por Polo?

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1. El co-ser es el subir incesante hacia Dios (de ahí la dignidad de cada persona humana). Gracias a su elevación el acto de ser personal (co-ser) es “actuoso”, “además”, se añade, encontrando cada vez más compañía.
 
2. La libertad es el juego. El trascendental “libertad personal” es elevado jugando. Cuanto más alta está la persona, mejor juega. La libertad trascendental es el juego del amor, que engendra, en la belleza, nuevos juegos.
 
3. El entender personal crece al crecer transparentemente sus contenidos, al abrirse el panorama en la medida en que toma altura, elevado por Dios.
 
4. El amar personal es elevado en la medida en que Dios acepta su don, al destinarse libremente a Dios.