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¿Qué es la potencia obediencial en el ascensor acristalado?

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La potencia obediencial de nuestro ser es el estar abiertos a aceptar más donación (potencia obediencial activa), que no es otra cosa que el estar vivo en el ascensor.
Es el Don de Dios que tiene en cuenta la respuesta humana y esa respuesta, libre, se manifiesta como "disposición", esencialización. Es el Don-don.
 
No “estar dispuesto”, sino “disponer”.
Si el yo no otorga, no habrá entrega. Habrá Don de Dios, pero no habrá Don donado por la persona, sino frustrado.
 
La pura actividad libre y donal que atribuimos al crecimiento "personal" puede ser así asimilada a la respuesta a la vocación, la respuesta al destino, dicho de otro modo, el destinarse.
 
Gracias al mito del ascensor acristalado podemos entender el crecimiento de la persona humana.


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