Genara Castillo lo explica muy bien, dice así:
Aristóteles no sospechó la creación.
Un planteamiento creacionista se asienta gracias a la
distinción real entre acto de ser y esencia.
En Dios no hay distinción real, sino identidad: su
esencia es su acto de ser.
En las criaturas no es así: el acto de ser es
recibido, es un acto de ser "creado".
En la criatura el acto de ser se distingue realmente
de su esencia". Las criaturas
son inidénticas.
Solo Dios "es" por esencia.
Los demás seres somos lo que somos porque Dios nos da
el "ser".
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