La voluntad es una potencia menos fuerte que la inteligencia porque es menos autosuficiente.
La inteligencia ilumina la realidad con su luz propia. Es luz
siempre encendida. Luz que ve a no ser que se le interrumpa el paso cerrando la
ventana.
Sin embargo, la voluntad sola no sabe lo que querer.
Y además, cuando la inteligencia le presenta bienes
deseables, necesita el refrendo de la persona. Los actos de la voluntad no los
puede constituir la voluntad sola, sino que tienen que ser integrados
libremente por la persona.
Cuando pensamos, el yo no constituye lo que pensamos.
En cambio, cuando escribimos con la pluma, nos
"ponemos" a escribir. Este componerse comporta libertad, implica
autodominio.
Todo acto voluntario es una autodesvelación.
Los actos de la inteligencia no son autodesvelantes del todo,
basta que alcancemos una semejanza de la realidad. Nos autodesvelaremos
después, si la verdad nos inspira.
Ideas inspiradas en las preguntas nº 3 y 4 de
"ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo,
que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.
Pinchen aquí para acceder a
la entrevista completa: http://www.leonardopolo.net/revista/revista.html
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18.1.1 analítica del amor;
1.2.2 amor ;
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