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¿Por qué el hombre puede solucionar problemas?

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El hombre tiene la capacidad de idear.

Puede descubrir propiedades constantes en las cosas, que van más allá del aquí y del ahora.

Aunque las circunstancias cambien, la inteligencia, al tener la capacidad de abstraer de lo particular, encuentra remedios, que puede aplicar frente a problemas complejos.

En el animal esto es prácticamente inexistente.

Polo expone a este propósito el experimento del chimpancé en una balsa.

El hombre es capaz de entender que el agua tiene la propiedad de apagar el fuego.

Gracias a la capacidad abstractiva, el hombre posee más recursos que el animal.

El hombre es un solucionador de problemas.

Los animales no inventan recursos.
El hombre suscita problemas y encuentra soluciones.

El hombre resuelve problemas y además los suscita, los provoca.

El hombre inventa la bomba atómica y encuentra la solución para evitar emplearla mal.

El hombre inventa recursos.
El animal tiene recursos muy limitados. A lo sumo, las especies se adaptan al medio.

Las especies superiores que tienen imaginación (facultad con base orgánica) pueden encontrar soluciones gracias a los "razonamientos" condicionados.



Para saber más sobre la imaginación ir a la etiqueta 8.3.0
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Introducción al 1er capítulo de "Quién es el hombre"

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¿Quién es el hombre? : un espíritu en el tiempo.

En el tiempo actual habrá siempre problemas.
En este mundo siempre habrá crisis, sociales, políticas, económicas.

Los animales no entran en crisis. Los problemas de una especie animal se solucionan adaptándose al medio (o desapareciendo).

El hombre, al ser libre (al estar incluido en el ámbito de la máxima amplitud), al ser un aventurero, es un grandioso creador de problemas.
Polo, para ilustrarlo, en el primer capítulo de "Quién es el hombre" en lugar de presentar dilemas, nos propone un trilema.

El hombre, al ser inteligente, utiliza diferentes métodos para solucionar los problemas. Tres por ejemplo:

1) Un coche se repara analizando sus piezas. Desmontando y montando. Sistema cerrado.

2) El médico analiza, observa, para descubrir los elementos que no funcionan. Sistema abierto.

3) Más dificultades encuentran el político y el economista (pues la libertad interviene en las decisiones sociales). Sistema libre.


La verdad del universo, la verdad de la vida en el tiempo, es un problema. Un trilema.

¿Qué sentido tiene la vida si siempre habrá problemas?
¿No habrá otra verdad?
Sí, existe otra verdad: la verdad personal.

El hombre es espíritu. Su verdad es personal. Es un sistema cerrado, abierto y libre, a la vez. Pero su intríngulis es un "hacia".

Personal quiere decir aquí "importante" para alguien. La persona no existe sola, co-existe.

Resolver problemas es interesante. Pero lo que me importa eres tú.

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¿Cuál sería la estructura básica de un hombre, de una persona humana?

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Juan A. García González, el 1 de julio 2009, en su blog para los polianos, nos propone un objeto de discusión.

Lo enuncia en cuatro preguntas, que trato de responder:

1. ¿podríamos pensar la estructura básica de la persona humana en lugar de como un compuesto de cuerpo y alma, con la dualidad interior-exterior, apertura hacia dentro y hacia fuera?

Respuesta 1: Pensarlo, lo podemos pensar. Pero no me gusta nada eso de "básica", como si la persona tuviera un cimiento, una estructura que hace de base.

Pienso que la mejor vía para pensar la estructura de la persona humana es la de la "comunión".  Las dualidades están al servicio de la comunión.
Cualquier dualidad sirve para hacerse una primera idea de lo que es el hombre, porque el hombre es un "ser dual".

2. ¿qué se ganaría o perdería con ello?

Respuesta 2: Se pierde claridad.
En efecto, lo más inmediato en esta vida es ver los cuerpos. Cuando decimos que el hombre es cuerpo y alma nos situamos sencillamente ante el hombre.

Ya ves cómo la gente se complica cuando, como dice san Pablo, explicamos que el hombre es cuerpo, alma y espíritu. No es fácil explicarlo a la gente sencilla.

Si tenemos que elegir, yo me quedo con "espíritu en el tiempo".


3. ¿se puede decir que el organismo y las facultades, la entera naturaleza humana es exterior a la persona?

Respuesta 3: No.
La persona esencializa el universo, haciéndolo su mundo.
Y es gracias a ese mundo como comunicamos, como entramos en comunión con Dios y con los demás.
El mundo nos une.

El organismo y las facultades son exteriores sólo en cuanto que los "pensemos" como creación de Dios a la espera de ser asumidos por la persona.
Incluso la vida recibida de nuestros padres no es completamente intracósmica.
En la realidad de nuestra vida "humana" nada es exterior.

4. ¿sólo en la interioridad e intimidad accede el hombre a Dios?

Respuesta 4: Sí.
Pero para ser aceptado el hombre necesita del mundo, necesita vivir esencializando el cosmos.
Es su regalo, su don, su canto, que le permite gozar de la Comunión.

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¿Cómo podemos llamar, desde nuestra situación, a la entelécheia y a la enérgeia aristotélicas?

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Cabe llamar a la entelécheia "acto constitucional" o "forma real", para dejar claro que se distingue de la idea pensada. Es un acto acabado.

Y cabe llamar a la enérgeia, acto ejercido.

Ejemplo de entelécheia: la patata.

Ejemplo de enérgeia: "saborear" la patata. O si se quiere: "saborear" lo agridulce. Como le gusta a Alemamá.









Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, capítulo 6, p.78.2
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¿Cuál es el otro sentido del acto que halla Aristóteles, distinto del acto de conocer?

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El sentido aristotélico primario de "acto" es el acto de conocer (enérgeia): la mente despierta.

Pero eso no quiere decir que una patata, o construir una casa, no sean "actos".

Son actos también, pero otro sentido distinto del acto. Es el acto como "realidad en sí" el acto acabado, la realidad extramental. O en el caso de la construcción de la casa, el acto que es movimiento físico.

La realidad en sí es el otro sentido del acto hallado por Aristóteles, distinto del acto de conocer.

El acto de conocer también es real, pero es un sentido de la realidad distinto del sentido de la realidad vinculado a lo extramental.

Aristóteles lo dice de muchas maneras: "el fuego pensado no quema" o "la idea de caballo no engendra un caballo".

La enérgeia, el acto de conocer, no es una causa eficiente, sino acto inmaterial, no efectivo: cuando pienso una cosa no la estoy produciendo.

¿Dónde está la idea de caballo?, ¿en el cielo? No, porque entonces sería real extra mentem (entelécheia).

La idea de caballo está en mi mente cuando la pienso (enérgeia). La idea no es efectiva en cuanto que está en la mente.

En el conocimiento no hay "inseidad", pero no por ello hemos eliminado absolutamente el en sí. No decimos que no exista ninguna inseidad, sino que es exterior al conocimiento.

Construir una cosa es una acción real. La casa construida es también real. Pero con otro sentido de lo real distinto del conocer las casas, pues la casa es real al margen de conocerla.

Este sentido de lo real (entelécheia) es eficaz, es capaz de influjo. Es decir, una piedra pensada no hiere a nadie. En cambio, una piedra real puede romperte la cabeza.

La acción de pensar es real. La piedra en sí es real. Son dos sentidos distintos de la realidad.

La piedra pensada, el objeto del pensamiento, es irreal. Se limita a remitir intencionalmente a la realidad de la piedra (entelécheia), cuando la pensamos con un acto de pensar (enérgeia) que es otro sentido distinto de la realidad.

Polo es el filósofo de la distinción. Aristóteles también lo fue (aunque menos).






Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, capítulo 6, p.77.2

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¿Sirve la distinción substancia-accidente para entender la distinción entre la “energéia” aristotélica y la “entelechéia”?

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No.

Energéia es un sentido aristotélico (ver etiqueta 20.4.3) del acto que no es “en sí”, como la substancia.  Energéia es acto ejercido, inmanente, ejerciéndose, no acto “acabado”.
Cuando vemos, estamos viendo.

Tampoco la energéia es accidente. No es algo acabado que existe en un “en sí”. La energéia no está “acabada”, al vivir seguimos viviendo, es acto ejercido, ejerciéndose.

Substancia-accidente es un par que sirve para entender a los entes físicos no vivos. Si se aplica este par al viviente, se dificulta comprender el acto inmanente que existe en la unidad de su vida. Imbricado en su ser.
Respirar no es ser un volcán.
Respira el ser vivo. El volcán sólo está vivo en nuestro pensamiento, metafóricamente, no en la realidad.

Si reservamos la noción de substancia y accidente a los seres no vivos, es decir, a la física, se entiende que ver, oír, entender, vivir, no son accidentes, sino actos del ser vivo, no actos en el sentido físico (entelechéia) sino actos inmanentes (energéia) integrados en la unidad de la vida.

No es lo mismo estar amarillo (porque estoy enfermo del hígado), que es un accidente del cuerpo (entelechéia), que pintarme de amarillo, que es un acto del que somos dueños, incorporado a su ser, por la mujer o el hombre que han decidido amarillearse.

Aunque físicamente el amarillo es accidente. Amarillearme es energéia, mientras que estar amarillo es entelechéia. Son dos actos distintos en la misma realidad física.









Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.71.4
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¿Es el acto de conocer una realidad en sí?

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El acto de conocer es real, pero no como una cosa en sí.

El acto de conocer, la mente en cuanto está en acto, no es "en sí", no es una substancia o un accidente aristotélico.

El acto de conocer (que es enérgeia en terminología de Aristóteles) es un sentido del acto distinto del sentido del acto de la realidad en sí. Es un nuevo sentido del acto que Aristóteles encontró muy joven.

La realidad "en sí" es otro sentido del acto, distinto del acto de conocer. La realidad "en sí" es lo que en griego se llama ousía (substancia); se puede hablar de substancia en acto, y esto significa enteléchéia en el lenguaje del Filósofo.

Si el conocimiento fuera substancia, sería un acto incomunicado. Detenido.

Por tanto, tiene que haber un sentido del acto que no sea substancia (y tampoco accidente).

De ninguna manera se puede admitir que el acto de conocer sea incomunicado.

No somos sólo células organizadas y vivas. Somos seres abiertos por dentro, y por fuera.
Capaces de comunicar.
Y no monolitos "en sí".





Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.70.3

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¿Qué es lo otro que el ser? Abordo aquí un sentido nuevo de la esencia, que no es solamente "potencia" del acto de ser, sino lo que Aristóteles llama entelechéia, acto que debe realizarse, el bien en definitiva.

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Lo otro que el ser es el bien.

No se debe confundir "lo otro que el ser" con la "diferencia pura con el ser" que es la mismidad del pensamiento. ("Lo mismo", "lo que pienso", "lo pensado", que es irreal, que no es ser).

Podemos llamar "lo otro que el ser" a un sentido de la esencia, que también es ser.
Lo que pasa es que el ser se dice de muchas maneras.
La esencia es un bien para el ser.

Lo Otro que el ser, en definitiva, es Dios, la Esencia divina.  Es el bien más alto. También para la criatura.

Los otros también son bienes. El bien común.

Dicho de otro modo:
Una manera de decir el ser es decir: "acto".
"Lo otro que el ser", u otra manera de decir ser, es decir: "potencia", que en la medida que es, la llamamos bien.

El bien es lo otro que el ser en orden a la realización del ser.


En Dios Ser y Esencia se identifican. Dios es simple.

¿Tienen los sentidos especie expresa?

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Juan A. García : Yo pienso que sí hay especie expresa en los sentidos. Y cada vez con mayor distancia entre impresión y expresión. La inteligencia recibe la vida en que se inspira para añadir vida propia. La persona no recibe, sino que acepta y da.


Los sentidos "internos" superiores necesitan una especie expresa para poder conocer la realidad sensible.

 

En los sentidos "externos", la especie impresa, es "objetivada" cuando el sobrante formal se actualiza en un color determinado tras la modificación del órgano. Y así se conoce su sensible propio.

 

Sin embargo, no pasa lo mismo con la potencia intelectual.

La inteligencia o potencia intelectual es sobrante puro, es una ventana sin cuadro. Todo se puede pensar. Está completamente indeterminada

 

Y se pensará lo iluminado en el objeto sensible (que llamamos especie impresa intelectual). 
Ésa iluminación previa es la especie impresa intelectual.

 

Entonces la inteligencia se actualiza en especie expresa, que es la nueva objetivación de la especie impresa,  la idea concebida.

 

¿Es Dios Principio?

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A Dios, en cuanto que crea el Universo, se le puede llamar Principio. Es el Principio real de Identidad. Es uno de los primeros principios reales.

Pero en cuanto Persona, no es Principio, es mejor llamarlo, en atención a su libertad,  Origen primero.

La persona humana es segunda.

Principio connota ser el primero de una serie. Pero Dios no está obligado a ser principio de ninguna serie.

Además, cuando crea personas, las crea libres. Las personas creadas no están "determinadas" por un principio o fundamento que limitaría su libertad. En atención a las personas creadas le conviene especialmente el nombre de Origen.

Sin embargo, en cuanto que crea el Universo, se le puede llamar Principio. Principio real de Identidad. Las cosas son lo que son porque Dios las ha hecho así.

Dios, en tanto que primero, es pues principio de Identidad.
Dios, en cuanto que libre, es el Origen.


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¿Es lo mismo el principio de no-contradicción que el principio de contradicción?

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Polo distingue claramente el principio de no contradicción (que es real) del principio de contradicción (que es lógico):

El principio de “contradicción” tiene un exclusivo valor mental, y dice así: “lo mismo es lo mismo, a la vez y en el mismo sentido”.
Téngase en cuenta que la mismidad es característica exclusiva de la presencia mental.


¿Cuál es el máximo descubrimiento filosófico de santo Tomás y clave de su pensamiento?

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La distinción real entre esencia y acto de ser, como dos principios del ente.


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¿Qué confusión conlleva el principio moderno de conciencia?

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Los griegos asignaron la principialidad al universo.

Los modernos, "simétricamente" a los griegos, asignan la principialidad al sujeto.

La conciencia pasa a ser el primer principio, la identidad.

Se confunde pues "identidad" con "fundamento".

La aspiración a ser como el universo (error al que lleva el presentar la conciencia como principal)  despoja al hombre de su dignidad.

En efecto, la dignidad del hombre es la de ser hijo que secunda libremente el amor del Padre.
(el universo no es segundo, ni libre).


¿Cómo juega el Inteligir personal con la inteligencia humana?

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El Inteligir personal humano es el entender trascendental.

Es creado.

Dios lo ha hecho luz transparente.

Dios lo ha incluido en su seno, ahí donde su Hijo, que es Entender. Luz de Luz.

El Inteligir personal humano, si quiere, deja transparentar la Luz.
No es idéntico, depende libremente de la Luz.

Pero al dejar transparentar la Luz, es luz que ilumina. Es luz de luz.

Lo iluminado es irrestricto, es potencia intelectual de crecimiento ilimitado. Es apertura infinita en cuanto que es activada por el Inteligir personal.

Pues bien, el Inteligir personal va jugando, descubriendo y relacionando los principios, va formalizando la inteligencia humana (la capacidad irrestricta de nuestro conocimiento) gracias a los principios, ya sean primeros principios o principios segundos.

La inteligencia humana se refiere a principios.

El Inteligir personal humano juega, como con un caleidoscopio, formalizándose según los principios. Un caleidoscopio irrestricto. Pues El Inteligir personal es "además".




Pueden ustedes ir a la página "inteligir humano", en lo alto del blog.

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¿Es la libertad un principio fundante?

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Dios, en tanto que primero, es principio de Identidad.
Dios, en cuanto que libre, no es principio, pues en tanto que obra libremente, no está "obligado" a ser el principio de una serie. Lo llamamos entonces Origen.

Dios es Acto. Actividad. Comunión de actos.
Dios es Principio sin fin, gracias a la libertad. Su Amplitud es máxima, impensable.

Al crear al hombre lo incluye en su amplitud. Y eso es la libertad: la inclusión atópica en el ámbito de la máxima amplitud.

La libertad no es primera, sino segunda. La libertad no es principio, la libertad "sigue" al ser. Sigue libremente a su Origen. Podríamos describirla como "el seguimiento que sigue y es seguido".
La libertad no es principio de espontaneidad, sino lo que hace que el principio no tenga fin.

Fundamento es lo que da estabilidad a un edificio (ser-principio-naturaleza). La libertad es, si se quiere, principio "originante" (actividad-origen-libertad).






De esto se habla entre otros lugares en  Juan A. García. La metalógica de la libertad… Studia Poliana nº 10, 2008, p. 17.2

Para saber más:
Etiqueta 1.0.1    Dios
Etiqueta 1.1.2   libertad
Etiqueta 1.4.0    Los principios
Etiqueta 2.1.1   método del abandono
Etiqueta 6.8.0   metalógica de la libertad

Etiqueta 5.5.4   libertad personal
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¿Es Dios Principio u Origen?

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Principio es lo primero.
Lo primero es el acto de ser.
En cuanto "ser", principio designa la estabilidad, lo que no es mordido por el tiempo.
En cuanto "acto", principio designa el "dar" propio de la actividad o actuosidad. Entonces es mejor llamarlo "origen".

Sabemos que el acto de ser es jerárquico: Dios, personas, universo físico.
Dios, en tanto que primero, es principio de Identidad.
Dios, en cuanto que libre, es el Origen.

El acto de ser del universo físico, en tanto que primero, es principio real (no mental) de "no contradicción". Polo lo llama "persistencia" y lo describe como el "comienzo que no cesa ni es seguido", indicando así su distinción de la nada.

La libertad no es primera, sino segunda. La libertad no es principio, la libertad "sigue" al ser. Sigue libremente a su Origen. Podríamos describirla como "el seguimiento que sigue y es seguido".
La libertad no es principio de espontaneidad, sino lo que hace que el principio no tenga fin.
Fundamento es lo que da estabilidad a un edificio (ser-principio-naturaleza). La libertad es, si se quiere, principio "originante" (actividad-origen-libertad).

Dios es primer principio fundante y originante.

En Metafísica, tan principio es el fundamento como el fin. Son los dos cabos de una misma cuerda. Los griegos atribuyen la perfección a la circunferencia. Otros hablan de eterno retorno. Hegel había dicho una sola palabra: Dios.

Esta consideración no incluye la Libertad, la estricta novedad del futuro inagotable. (La Antropología es también filosofía primera).

Dios es Principio sin fin, gracias a la Libertad, gracias al encuentro amoroso con el Hijo
En términos de Libertad, Principio es Inspiración.

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¿Cuál es el principio de la libertad?

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El principio de la libertad es la inspiración.



Hablamos de la inspiración en la etiqueta 6.9.5 y hablaremos más aún a partir del 11 de octubre 2014 cuando editemos la etiqueta 5.2.1 La verdad y su encuentro.