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El ser primero, el ser del universo no es libre.
El ser segundo, la persona humana, es libertad (ATI, p.233, nt 53).
El ser primero es comienzo incesante.
El ser segundo (la libertad personal) es futuro inacabable.
El ser primero es principio.
El ser segundo, continuación.
El ser primero es fundamento.
Es ser segundo, destino.
El ser primero, causalidad.
El ser segundo es libertad, ejercer una actividad enteramente novedosa, no predeterminada in antecedida por ningún factor explicativo.
Futruro interminable.
Pero, dirán ustedes, yo tengo un antecedente: mis padres.
-¡Magnífico!, acaban de descubrir que la persona humana está "situada" en la historia.
Su misión consiste en descifrar el sentido de su vida: vida recibida de los padres y vida añadida (libremente) por cada quién.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 345.5, nota 43
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¿Busca Polo ser original con su propuesta de ampliación de la metafísica?
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La propuesta poliana de ampliación de la metafísica clásica, distinguiendo ahora entre ser primero (el ser del universo) y ser segundo (el ser de la persona humana) tiene una base en la tradición.
Esa base es la distinción clásica entre naturaleza y persona.
La filosofía encuentra muy pronto el problema de cómo armonizar lo uno y lo múltiple.
Existe siempre el peligro de caer en el monismo (Parménides) o pasarse con el dualismo (Descartes).
La noción de persona, que tiene un origen teológico como señala Spaemann en su libro "Personas", resuelve ese problema.
En efecto, del mismo modo que en Dios hay una sola naturaleza divina y se mantiene la distinción entre las personas divinas, debemos nosotros mantener la distinción entre el ser del universo y las distintas personas humanas.
En efecto, por un lado cada persona humana es única en el mundo pues su fuente es la libertad personal. Cada persona es distinta de las otras porque es capaz de aportar novedades no previstas inicialmente.
Y al mismo tiempo, hay algo entre las personas que es común, que posibilita la comunión: el don que nos hacemos, la naturaleza, que es sencillamente lo que es, porque Dios lo ha hecho así o se deja transformar por nuestro obrar.
Los grandes filósofos saben armonizar naturaleza y libertad: la "sencillez" del ser y el "además" que aporta la libertad de cada uno.
Ésta es la propuesta de Polo : debemos distinguir entre el ser del universo y el ser personal.
Ambos son primarios, objeto de la Filosofía primera. Pero uno es sencillo (el ser del universo) y el otro dual (el ser personal humano).
La Metafísica estudia el ser primero y la Antropología el ser segundo. Siendo ambas Filosofías primeras.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 328.4
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La propuesta poliana de ampliación de la metafísica clásica, distinguiendo ahora entre ser primero (el ser del universo) y ser segundo (el ser de la persona humana) tiene una base en la tradición.
Esa base es la distinción clásica entre naturaleza y persona.
La filosofía encuentra muy pronto el problema de cómo armonizar lo uno y lo múltiple.
Existe siempre el peligro de caer en el monismo (Parménides) o pasarse con el dualismo (Descartes).
La noción de persona, que tiene un origen teológico como señala Spaemann en su libro "Personas", resuelve ese problema.
En efecto, del mismo modo que en Dios hay una sola naturaleza divina y se mantiene la distinción entre las personas divinas, debemos nosotros mantener la distinción entre el ser del universo y las distintas personas humanas.
En efecto, por un lado cada persona humana es única en el mundo pues su fuente es la libertad personal. Cada persona es distinta de las otras porque es capaz de aportar novedades no previstas inicialmente.
Y al mismo tiempo, hay algo entre las personas que es común, que posibilita la comunión: el don que nos hacemos, la naturaleza, que es sencillamente lo que es, porque Dios lo ha hecho así o se deja transformar por nuestro obrar.
Los grandes filósofos saben armonizar naturaleza y libertad: la "sencillez" del ser y el "además" que aporta la libertad de cada uno.
Ésta es la propuesta de Polo : debemos distinguir entre el ser del universo y el ser personal.
Ambos son primarios, objeto de la Filosofía primera. Pero uno es sencillo (el ser del universo) y el otro dual (el ser personal humano).
La Metafísica estudia el ser primero y la Antropología el ser segundo. Siendo ambas Filosofías primeras.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 328.4
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¿Hay algún modo de considerar como primaria la distinción entre naturaleza y persona?
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Sí.
Podemos equiparar la naturaleza al ser primero, es decir a la actividad sencilla de la que brotan los entes.
Y podemos equiparar la persona a la actividad que rebrota, que renace, que se añade al ser primero. Es la actividad como iniciativa libre.
El filósofo busca el primer principio (arjé) que explique la realidad entera.
Desde Parménides se sabe que ese prinicipio es el ser.
Pero ¿es el ser uno, monolítico?
Polo, filósofo de la distinción, distingue entre ser primero, el ser sencillo que da lugar a los entes y sus acciones, que hemos equiparado a la naturaleza (llamado por Juan A. García Gz sentido genético del ser), y ser segundo.
Ser segundo es la persona humana. La persona no es la actividad sencilla de lo ya determinado en la naturaleza por las condiciones iniciales del universo. La persona se destaca siempre de sus obras y no se reduce a ellas. La persona es un ser que desborda su actuar. Su actividad es un renacer añadido libremente, que no se aquieta nunca.
Añadiré, para los curiosos de saber más sobre el ser primero, que Polo distingue tres primeros principios reales : Dios, al que llama principio de identidad; la causalidad trascendental como principio; y el acto de ser del universo, al que llama principio de no-contradicción. La conjunción de esos tres principios es el fundamento, el ser sencillo del que brota el paraíso de la realidad que vivimos.
En el otro lado, del lado del rebrotar del vividor, Polo descubre cuatro raíces del ser segundo: son los cuatro radicales personales, que llama "además o co-ser";
libertad trascendental;
entender trascendental y
amar trascendental.
Estos cuatro radicales (el ser personal humano) no son fundamento, pues el fundamento es el ser primero. Son la iniciativa de cada persona.
Eso no quiere decir que sean espontaneidad pura. Cada radical se abre en dualidad con el Creador.
A la apertura del además me gusta llamarla humildad;
A la apertura de la libertad, esperanza;
A la del entender, fe;
Y a la del amar, caridad.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 329.2
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Sí.
Podemos equiparar la naturaleza al ser primero, es decir a la actividad sencilla de la que brotan los entes.
Y podemos equiparar la persona a la actividad que rebrota, que renace, que se añade al ser primero. Es la actividad como iniciativa libre.
El filósofo busca el primer principio (arjé) que explique la realidad entera.
Desde Parménides se sabe que ese prinicipio es el ser.
Pero ¿es el ser uno, monolítico?
Polo, filósofo de la distinción, distingue entre ser primero, el ser sencillo que da lugar a los entes y sus acciones, que hemos equiparado a la naturaleza (llamado por Juan A. García Gz sentido genético del ser), y ser segundo.
Ser segundo es la persona humana. La persona no es la actividad sencilla de lo ya determinado en la naturaleza por las condiciones iniciales del universo. La persona se destaca siempre de sus obras y no se reduce a ellas. La persona es un ser que desborda su actuar. Su actividad es un renacer añadido libremente, que no se aquieta nunca.
Añadiré, para los curiosos de saber más sobre el ser primero, que Polo distingue tres primeros principios reales : Dios, al que llama principio de identidad; la causalidad trascendental como principio; y el acto de ser del universo, al que llama principio de no-contradicción. La conjunción de esos tres principios es el fundamento, el ser sencillo del que brota el paraíso de la realidad que vivimos.
En el otro lado, del lado del rebrotar del vividor, Polo descubre cuatro raíces del ser segundo: son los cuatro radicales personales, que llama "además o co-ser";
libertad trascendental;
entender trascendental y
amar trascendental.
Estos cuatro radicales (el ser personal humano) no son fundamento, pues el fundamento es el ser primero. Son la iniciativa de cada persona.
Eso no quiere decir que sean espontaneidad pura. Cada radical se abre en dualidad con el Creador.
A la apertura del además me gusta llamarla humildad;
A la apertura de la libertad, esperanza;
A la del entender, fe;
Y a la del amar, caridad.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 329.2
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¿Es fijo el ser?
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El ser primero o ser natural es fijo.
Es como un caleidoscopio* que podemos girar dando lugar a infinitas combinaciones.
A cada vuelta los cristalitos se fijan, nos deleitamos y volvemos a empezar.
El ser primero, en su sencillez, obedece. Ya está fijado lo que el universo puede dar de sí.
El ser segundo o ser personal es siempre creciente, inagotable. Es la persona que maneja el caleidoscopio a su antojo. Manifiesta su insaciabilibad girándolo a su gusto. Y al no estar sola, puede combinar su caleidoscopio con los caleidoscopios de los demás, proyectándolos, si quieren, para jugar amorosamente.
La persona, dice Polo, crece en tanto que coexiste. El ser segundo o ser persona humana es así, un acto siempre creciente, inagotable, que inventa mundos nuevos con los demás.
* El caleidoscopio es un aparato óptico consistente en un tubo con dos o tres espejos inclinados de tal manera que al mirar por un extremo ciertos objetos puestos en el otro (cristalitos de colores) se ven multiplicados y formando figuras simétricas.
Un misionero me regaló siendo niño un caleidoscopio. No me cansaba de girarlo, asombrado ante las imágenes siempre nuevas que aparecían.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 330
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El ser primero o ser natural es fijo.
Es como un caleidoscopio* que podemos girar dando lugar a infinitas combinaciones.
A cada vuelta los cristalitos se fijan, nos deleitamos y volvemos a empezar.
El ser primero, en su sencillez, obedece. Ya está fijado lo que el universo puede dar de sí.
El ser segundo o ser personal es siempre creciente, inagotable. Es la persona que maneja el caleidoscopio a su antojo. Manifiesta su insaciabilibad girándolo a su gusto. Y al no estar sola, puede combinar su caleidoscopio con los caleidoscopios de los demás, proyectándolos, si quieren, para jugar amorosamente.
La persona, dice Polo, crece en tanto que coexiste. El ser segundo o ser persona humana es así, un acto siempre creciente, inagotable, que inventa mundos nuevos con los demás.
* El caleidoscopio es un aparato óptico consistente en un tubo con dos o tres espejos inclinados de tal manera que al mirar por un extremo ciertos objetos puestos en el otro (cristalitos de colores) se ven multiplicados y formando figuras simétricas.
Un misionero me regaló siendo niño un caleidoscopio. No me cansaba de girarlo, asombrado ante las imágenes siempre nuevas que aparecían.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 330
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¿Sigue el obrar al ser personal?
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Se dice que el obrar sigue al ser (operari sequitur esse).
Esto es sencillamente cierto cuando se trata del ser natural o ser primero.
Las obras, las formas, aparecen en el caleidoscopio que es la naturaleza, constreñidas por las condiciones inciales del ser del universo.
Un peral lo más que puede dar son peras.
La sustancia es así sujeto y agente de las acciones que ejerce. No te acerques al perro que te puede morder.
La mujer y el hombre, las personas humanas somos también seres intraterrestres, sujetos y supuestos de nuestras acciones. En cuanto seres naturales que somos, respiramos, tosemos, ensuciamos y reímos según nuestro ser.
Pero lo que la filosofía poliana de la distinción destaca es, que además de ser natural, el hombre es un ser personal.
El ser personal humano es "además". No es sólo sujeto o sustancia, porque el hombre obra libremente; no obra tal y como es, sino que obra como le da la gana.
Por eso inventa novedades, descubre instrumentos y consigue volar, navegar en internet y hasta soñar despierto.
Las obras no siguen al ser personal. Son amorosamente inventadas por cada quien.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 330.2
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Se dice que el obrar sigue al ser (operari sequitur esse).
Esto es sencillamente cierto cuando se trata del ser natural o ser primero.
Las obras, las formas, aparecen en el caleidoscopio que es la naturaleza, constreñidas por las condiciones inciales del ser del universo.
Un peral lo más que puede dar son peras.
La sustancia es así sujeto y agente de las acciones que ejerce. No te acerques al perro que te puede morder.
La mujer y el hombre, las personas humanas somos también seres intraterrestres, sujetos y supuestos de nuestras acciones. En cuanto seres naturales que somos, respiramos, tosemos, ensuciamos y reímos según nuestro ser.
Pero lo que la filosofía poliana de la distinción destaca es, que además de ser natural, el hombre es un ser personal.
El ser personal humano es "además". No es sólo sujeto o sustancia, porque el hombre obra libremente; no obra tal y como es, sino que obra como le da la gana.
Por eso inventa novedades, descubre instrumentos y consigue volar, navegar en internet y hasta soñar despierto.
Las obras no siguen al ser personal. Son amorosamente inventadas por cada quien.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 330.2
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¿Es la persona un ente natural?
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La persona no es solamente un ser natural. Es además.
La persona no se distingue de los supuestos naturales sólo por su elevada índole de operatividad, por su naturaleza racional.
La persona es alguien: un quién personal, la actividad interminable, que se añade perpetuamente. Es adverbio.
La distinción real de esencia y ser es comprendida por Polo, ampliándola. En efecto, la esencia del ente natural es el meollo creciente gracias a la actividad del ser que la hace ser (acto de ser primero o acto de ser del universo, actus essendi).
La esencia del ente personal es distinta, es "manifestación" de un quién (acto de ser personal) siempre creciente.
El ser del universo persiste. El ser personal insiste.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 330.2
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La persona no es solamente un ser natural. Es además.
La persona no se distingue de los supuestos naturales sólo por su elevada índole de operatividad, por su naturaleza racional.
La persona es alguien: un quién personal, la actividad interminable, que se añade perpetuamente. Es adverbio.
La distinción real de esencia y ser es comprendida por Polo, ampliándola. En efecto, la esencia del ente natural es el meollo creciente gracias a la actividad del ser que la hace ser (acto de ser primero o acto de ser del universo, actus essendi).
La esencia del ente personal es distinta, es "manifestación" de un quién (acto de ser personal) siempre creciente.
El ser del universo persiste. El ser personal insiste.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 330.2
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¿Hay en la tradición algún soporte para la noción poliana de "ser personal"?
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Sí. La noción de hábito.
El ser segundo, el ser personal poliano, o segundo sentido del ser, es un ser sobrante, inacabable, que se desborda.
El hábito es un acto, y al mismo tiempo es del orden de lo potencial.
Podríamos decir que es el desbordarse del acto que incrementa su potencialidad.
Si me levanto temprano soy cada vez más capaz de levantarme temprano. Soy más dueño de mis actos, soy más libre.
La persona es así, se viste con hábitos prosiguiendo más activamente su ejercicio.
El ser personal añade. Es además.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 331.2
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Sí. La noción de hábito.
El ser segundo, el ser personal poliano, o segundo sentido del ser, es un ser sobrante, inacabable, que se desborda.
El hábito es un acto, y al mismo tiempo es del orden de lo potencial.
Podríamos decir que es el desbordarse del acto que incrementa su potencialidad.
Si me levanto temprano soy cada vez más capaz de levantarme temprano. Soy más dueño de mis actos, soy más libre.
La persona es así, se viste con hábitos prosiguiendo más activamente su ejercicio.
El ser personal añade. Es además.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 331.2
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¿Es fijo el ser?
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El ser primero o ser natural es fijo.
Es como un caleidoscopio* que podemos girar dando lugar a infinitas combinaciones.
A cada vuelta los cristalitos se fijan, nos deleitamos y volvemos a empezar.
El ser primero, en su sencillez, obedece. Ya está fijado lo que el universo puede dar de sí.
El ser segundo o ser personal es siempre creciente, inagotable. Es la persona que maneja el caleidoscopio a su antojo. Manifiesta su insaciabilibad girándolo a su gusto. Y al no estar sola, puede combinar su caleidoscopio con los caleidoscopios de los demás, proyectándolos, si quieren, para jugar amorosamente.
La persona, dice Polo, crece en tanto que coexiste. El ser segundo o ser persona humana es así, un acto siempre creciente, inagotable, que inventa mundos nuevos con los demás.
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El ser primero o ser natural es fijo.
Es como un caleidoscopio* que podemos girar dando lugar a infinitas combinaciones.
A cada vuelta los cristalitos se fijan, nos deleitamos y volvemos a empezar.
El ser primero, en su sencillez, obedece. Ya está fijado lo que el universo puede dar de sí.
El ser segundo o ser personal es siempre creciente, inagotable. Es la persona que maneja el caleidoscopio a su antojo. Manifiesta su insaciabilibad girándolo a su gusto. Y al no estar sola, puede combinar su caleidoscopio con los caleidoscopios de los demás, proyectándolos, si quieren, para jugar amorosamente.
La persona, dice Polo, crece en tanto que coexiste. El ser segundo o ser persona humana es así, un acto siempre creciente, inagotable, que inventa mundos nuevos con los demás.
* El caleidoscopio es un aparato óptico consistente en un tubo con dos o tres espejos inclinados de tal manera que al mirar por un extremo ciertos objetos puestos en el otro (cristalitos de colores) se ven multiplicados y formando figuras simétricas.
Un misionero me regaló siendo niño un caleidoscopio. No me cansaba de girarlo, asombrado ante las imágenes siempre nuevas que aparecían.
Ah ! Feliz Navidad...
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 330
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Sorpresa
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He recibido el nº 95 de Anuario Filosófico (2009-2) y me he reído muchísimo con el colapso tusígeno de Juan Arana.
Después es interesante lo que Juan Cruz Cruz cuenta sobre la vergüenza trascendental.
Pero la sorpresa ha sido encontrarme con el artículo de Juan A. García González "Existencia personal y libertad". Es sencillamente estupendo.
Espero poder contarlo algún día.
El artículo de Tomás Melendo titulado "la libertad: crecimiento y plenitud" es un buen exponente del punto de vista de una línea de autores (Cornelio Fabro, Carlos Cardona, Tomás Melendo) que consideran el acto de ser como un acto intensivo.
Describe, pues, la libertad en su dimensión moral, que aparece cuando la voluntad apunta al fin último, y va creciendo en intensidad.
No alcanza el autor a distinguir el acto de ser suficientemente de la esencia, por lo que considera el acto de ser como intensivo.
Así no descubre la libertad como trascendental personal.
En esa línea se llega a decir (p.360 1) : "Cuando se trascienden las condiciones empobrecedoras de la materia, nos topamos con el acto de ser personal".
Desde la perspectiva poliana la materia no empobrece nada, pues el ser personal la eleva a su altura.
Y dice también que solo Dios es absolutamente libre.
Es cierto desde su punto de vista, como bien aclara.
Pero ¿no podemos vislumbrar que los hijos de Dios somos divinizados siendo, en comunión, también absolutamente libres?
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He recibido el nº 95 de Anuario Filosófico (2009-2) y me he reído muchísimo con el colapso tusígeno de Juan Arana.
Después es interesante lo que Juan Cruz Cruz cuenta sobre la vergüenza trascendental.
Pero la sorpresa ha sido encontrarme con el artículo de Juan A. García González "Existencia personal y libertad". Es sencillamente estupendo.
Espero poder contarlo algún día.
El artículo de Tomás Melendo titulado "la libertad: crecimiento y plenitud" es un buen exponente del punto de vista de una línea de autores (Cornelio Fabro, Carlos Cardona, Tomás Melendo) que consideran el acto de ser como un acto intensivo.
Describe, pues, la libertad en su dimensión moral, que aparece cuando la voluntad apunta al fin último, y va creciendo en intensidad.
No alcanza el autor a distinguir el acto de ser suficientemente de la esencia, por lo que considera el acto de ser como intensivo.
Así no descubre la libertad como trascendental personal.
En esa línea se llega a decir (p.360 1) : "Cuando se trascienden las condiciones empobrecedoras de la materia, nos topamos con el acto de ser personal".
Desde la perspectiva poliana la materia no empobrece nada, pues el ser personal la eleva a su altura.
Y dice también que solo Dios es absolutamente libre.
Es cierto desde su punto de vista, como bien aclara.
Pero ¿no podemos vislumbrar que los hijos de Dios somos divinizados siendo, en comunión, también absolutamente libres?
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¿Cuál es la aportación más importante de Aristóteles?
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La distinción potencia-acto.
La filosofía avanza resolviendo dificultades, saltando obstáculos, abriendo aporías.
No es filósofo el que no se considera a menudo tonto, al constatar que, una vez más, ha perdido las llaves : no sé entrar o salir al encuentro de la verdad.
Pues bien, Aristóteles, al aportar la distinción potencia-acto nos entrega un modo poderoso de resolver dificultades.
Por ejemplo : ¿es el universo infinito?
Potencialmente sí ; en acto, no.
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.66.2
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La distinción potencia-acto.
La filosofía avanza resolviendo dificultades, saltando obstáculos, abriendo aporías.
No es filósofo el que no se considera a menudo tonto, al constatar que, una vez más, ha perdido las llaves : no sé entrar o salir al encuentro de la verdad.
Pues bien, Aristóteles, al aportar la distinción potencia-acto nos entrega un modo poderoso de resolver dificultades.
Por ejemplo : ¿es el universo infinito?
Potencialmente sí ; en acto, no.
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.66.2
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¿Cómo encontró Aristóteles la distinción potencia-acto?
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La encontró al afrontar una dificultad platónica.
En efecto, Platón nos ha mostrado que las cosas tienen su verdad. La verdad de las cosas es su esencia, la idea de cada cosa (1.16) .
Mi mente es también verdadera.
La esencia o idea que es mi mente es, pues, otra verdad en sí.
La dificultad platónica es la siguiente: ¿cómo comunican la idea de una cosa con la idea de mi mente?
Platón resuelve el problema de modo insatisfactorio pues alude a otra idea que abarca tanto a la cosa como a la mente.
El conocimiento se realizaría en la unidad de las ideas.
Aristóteles, a una edad muy temprana, se da cuenta de que la mente no es sólo una cosa en sí, una idea en sí.
La mente puede "despertarse".
La mente, en potencia, puede devenir acto.
Conocer es acto.
La mente está en potencia de poseer la verdad de las cosas.
Chapeau !
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.66.3
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La encontró al afrontar una dificultad platónica.
En efecto, Platón nos ha mostrado que las cosas tienen su verdad. La verdad de las cosas es su esencia, la idea de cada cosa (1.16) .
Mi mente es también verdadera.
La esencia o idea que es mi mente es, pues, otra verdad en sí.
La dificultad platónica es la siguiente: ¿cómo comunican la idea de una cosa con la idea de mi mente?
Platón resuelve el problema de modo insatisfactorio pues alude a otra idea que abarca tanto a la cosa como a la mente.
El conocimiento se realizaría en la unidad de las ideas.
Aristóteles, a una edad muy temprana, se da cuenta de que la mente no es sólo una cosa en sí, una idea en sí.
La mente puede "despertarse".
La mente, en potencia, puede devenir acto.
Conocer es acto.
La mente está en potencia de poseer la verdad de las cosas.
Chapeau !
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.66.3
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¿Queda Parménides malparado tras el descubrimiento de la distinción potencia-acto?
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Completamente.
Parménides dice : lo mismo es ser y pensar.
Aristóteles escinde la filosofía monolítica. Hemos abandonado así la mismidad realidad-pensamiento de Parménides.
No es lo mismo el noús dormido que el noús despierto.
La mente dormida es noús como capacidad de conocer, como potencia (dynamis, capacidad, aptitud); se puede, pero todavía no se actúa.
Cuando conoce lo inteligible, el noús está en acto.
El ser se dice de muchas maneras.
No es lo mismo el ser en potencia que el ser en acto.
Es un aviso para los comodones.
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.67.2
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Completamente.
Parménides dice : lo mismo es ser y pensar.
Aristóteles escinde la filosofía monolítica. Hemos abandonado así la mismidad realidad-pensamiento de Parménides.
No es lo mismo el noús dormido que el noús despierto.
La mente dormida es noús como capacidad de conocer, como potencia (dynamis, capacidad, aptitud); se puede, pero todavía no se actúa.
Cuando conoce lo inteligible, el noús está en acto.
El ser se dice de muchas maneras.
No es lo mismo el ser en potencia que el ser en acto.
Es un aviso para los comodones.
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.67.2
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¿Cuál es el meollo en el que surgió el par potencia-acto?
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Fue intentando explicar el conocimiento como Aristóteles descubrió la distinción entre mente dormida y mente despierta : potencia-acto.
Cuando esta pareja de nociones se aplica inconsideradamente a cualquier dificultad, no se entiende bien su significado.
Por ejemplo, se dice que unos trozos de madera son una mesa en potencia; alguien los lija, los acopla, etc., y la mesa ya está en acto.
Así no se entiende el sentido primario del par potencia-acto, que es la solución realista al problema del conocer.
Yo no estoy "en potencia" de ser ceniza, aunque un día me pueden quemar vivo.
Nótese el fácil deslizamiento (típico de la modernidad) en que podemos incurrir, confundiendo la potencia con la posibilidad.
No por mucho madrugar amanece más temprano. La realidad es testaruda.
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.67.3
Fue intentando explicar el conocimiento como Aristóteles descubrió la distinción entre mente dormida y mente despierta : potencia-acto.
Cuando esta pareja de nociones se aplica inconsideradamente a cualquier dificultad, no se entiende bien su significado.
Por ejemplo, se dice que unos trozos de madera son una mesa en potencia; alguien los lija, los acopla, etc., y la mesa ya está en acto.
Así no se entiende el sentido primario del par potencia-acto, que es la solución realista al problema del conocer.
Yo no estoy "en potencia" de ser ceniza, aunque un día me pueden quemar vivo.
Nótese el fácil deslizamiento (típico de la modernidad) en que podemos incurrir, confundiendo la potencia con la posibilidad.
No por mucho madrugar amanece más temprano. La realidad es testaruda.
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.67.3
¿Es Aristóteles el padre de la biología filosófica?
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Sí.
Aristóteles descubrió la noción potencia-acto, al estudiar el conocimiento.
Y conocer es una forma de vivir.
La noción de potencia-acto se extiende ante todo a la biología (etiqueta 1.8.0).
La ciencia del ser vivo (la biología) comienza cuando entendemos que hay seres en potencia de vivir.
Ya son embriones, pero todavía no han actualizado sus capacidades.
La esencia de los seres vivos, en cuanto que es principio de operaciones, se llama naturaleza.
Cada ser vivo pertenece a una especie, según sus potencias y facultades.
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.67.3
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Sí.
Aristóteles descubrió la noción potencia-acto, al estudiar el conocimiento.
Y conocer es una forma de vivir.
La noción de potencia-acto se extiende ante todo a la biología (etiqueta 1.8.0).
La ciencia del ser vivo (la biología) comienza cuando entendemos que hay seres en potencia de vivir.
Ya son embriones, pero todavía no han actualizado sus capacidades.
La esencia de los seres vivos, en cuanto que es principio de operaciones, se llama naturaleza.
Cada ser vivo pertenece a una especie, según sus potencias y facultades.
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.67.3
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¿Es peculiar el acto de conocer?
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Sí.
Porque no es un acto para conseguir algo.
No se trata de mover los ojos para ver.
El acto de conocer (energéia) posee "ya" lo conocido.
No es un medio para conseguir lo conocido.
Cuando conocemos "ya" conocemos.
Solamente se conoce en acto. Y ese acto "posee ya" lo que está conociendo.
La vida no está en el movimiento exterior hacia algo.
La vida es vida interior, inmanencia, riqueza por dentro.
Hasta el gusano incorpora a su gusaneidad el placer de rozarse.
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, capítulo 6, p.75.3
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Sí.
Porque no es un acto para conseguir algo.
No se trata de mover los ojos para ver.
El acto de conocer (energéia) posee "ya" lo conocido.
No es un medio para conseguir lo conocido.
Cuando conocemos "ya" conocemos.
Solamente se conoce en acto. Y ese acto "posee ya" lo que está conociendo.
La vida no está en el movimiento exterior hacia algo.
La vida es vida interior, inmanencia, riqueza por dentro.
Hasta el gusano incorpora a su gusaneidad el placer de rozarse.
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, capítulo 6, p.75.3
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¿Es acto una patata?
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La patata en sí es, efectivamente acto. Pero un sentido del acto distinto del acto de conocer.
La patata en sí es, para Aristóteles, entelechéia, substancia.
Es otro sentido de la actualidad que deslumbrará a Aristóteles de tal manera que toda la filosofía realista se sentirá empujada hacia posturas substancialistas.
Pero eso es otra historia
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La patata en sí es, efectivamente acto. Pero un sentido del acto distinto del acto de conocer.
La patata en sí es, para Aristóteles, entelechéia, substancia.
Es otro sentido de la actualidad que deslumbrará a Aristóteles de tal manera que toda la filosofía realista se sentirá empujada hacia posturas substancialistas.
Pero eso es otra historia
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¿Cuál es el otro sentido del acto que halla Aristóteles, distinto del acto de conocer?
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El sentido aristotélico primario de acto es el acto de conocer (energéia).
Pero eso no quiere decir que una patata, o construir una casa, no sean actos.
Son actos también, pero otro sentido distinto del acto. Es el acto como "realidad en sí" el acto acabado, la realidad extramental.
El acto de conocer también es real, pero es un sentido de la realidad distinto del sentido de la realidad vinculado a lo extramental.
Aristóteles lo dice de muchas maneras: "el fuego pensado no quema" o "la idea de caballo no engendra un caballo".
La energéia, el acto de conocer, no es una causa eficiente, sino acto inmaterial, no efectivo: cuando pienso una cosa no la estoy produciendo.
¿Dónde está la idea de caballo?, ¿en el cielo?. No, porque entonces sería real extra mentem (entelécheia).
La idea de caballo está en mi mente cuando la pienso (energéia). La idea no es efectiva en cuanto que está en la mente.
En el conocimiento no hay "inseidad", pero no por ello hemos eliminado absolutamente el en sí. No decimos que no exista ninguna inseidad, sino que es exterior al conocimiento.
Construir una cosa es una acción real. La casa construida es también real. Pero con otro sentido de lo real distinto del conocer las casas, pues la casa es real al margen de conocerla.
Este sentido de lo real (entelécheia) es eficaz, es capaz de influjo. Es decir, una piedra pensada no hiere a nadie. En cambio, una piedra real puede romper la cabeza a alguien.
La acción de pensar es real. La piedra en sí es real. Son dos sentidos distintos de la realidad.
La piedra pensada, el objeto del pensamiento, es irreal. Se limita a remitir intencionalmente a la realidad de la piedra (entelécheia), cuando la pensamos con un acto de pensar (energéia) que es otro sentido distinto de la realidad.
Polo es el filósofo de la distinción. Aristóteles también lo fue (aunque menos).
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, capítulo 6, p.77.2
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El sentido aristotélico primario de acto es el acto de conocer (energéia).
Pero eso no quiere decir que una patata, o construir una casa, no sean actos.
Son actos también, pero otro sentido distinto del acto. Es el acto como "realidad en sí" el acto acabado, la realidad extramental.
El acto de conocer también es real, pero es un sentido de la realidad distinto del sentido de la realidad vinculado a lo extramental.
Aristóteles lo dice de muchas maneras: "el fuego pensado no quema" o "la idea de caballo no engendra un caballo".
La energéia, el acto de conocer, no es una causa eficiente, sino acto inmaterial, no efectivo: cuando pienso una cosa no la estoy produciendo.
¿Dónde está la idea de caballo?, ¿en el cielo?. No, porque entonces sería real extra mentem (entelécheia).
La idea de caballo está en mi mente cuando la pienso (energéia). La idea no es efectiva en cuanto que está en la mente.
En el conocimiento no hay "inseidad", pero no por ello hemos eliminado absolutamente el en sí. No decimos que no exista ninguna inseidad, sino que es exterior al conocimiento.
Construir una cosa es una acción real. La casa construida es también real. Pero con otro sentido de lo real distinto del conocer las casas, pues la casa es real al margen de conocerla.
Este sentido de lo real (entelécheia) es eficaz, es capaz de influjo. Es decir, una piedra pensada no hiere a nadie. En cambio, una piedra real puede romper la cabeza a alguien.
La acción de pensar es real. La piedra en sí es real. Son dos sentidos distintos de la realidad.
La piedra pensada, el objeto del pensamiento, es irreal. Se limita a remitir intencionalmente a la realidad de la piedra (entelécheia), cuando la pensamos con un acto de pensar (energéia) que es otro sentido distinto de la realidad.
Polo es el filósofo de la distinción. Aristóteles también lo fue (aunque menos).
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, capítulo 6, p.77.2
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