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Una muy agradabe sorpresa

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He tardado leerme el artículo de Fernando Haya, que forma parte de las II Conversaciones organizadas por Aedos, quizá porque, de entrada, el título se atraganta.
Sostened el aliento y leed : "La anteposición esencial de la persona como a priori del pensar puro del tiempo".

Pero al ponerme en condiciones tales que me permiten entenderlo, debo confesar que me ha cautivado.


En efecto, esa ponencia muestra cómo la filosofía de Polo permite unas aventuras intelectuales indesfuturizables. Ojalá pueda un día contároslo con detalle.


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¿Qué caracteriza a los seres temporales?

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Lo que caracteriza a los seres temporales es la discontinuidad.

El ser que vive en el tiempo no se da de golpe, cambia, se despierta, se duerme.

Las etapas de nuestra vida no pueden presentarse a la vez. Aunque escribamos nuestras memorias, sólo podemos leer capítulo a capítulo.

Al ser dual, el hombre puede ser espíritu en el tiempo.
Vive fuera y dentro del tiempo.


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¿En qué consiste la novedad de la propuesta de Polo sobre la naturaleza de los hábitos adquiridos intelectuales?

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Caminante, no hay camino. Se hace camino al andar.

La razón es camino que la luz suscita.

La potencia intelectual (la inteligencia) alcanza los objetos gracias a sus operaciones, pero no podría proseguir (camino), no podría conocer más profundamente, si esas operaciones no fueran iluminadas o conocidas, si no fueran manifestadas por unos actos superiores a las operaciones.

Esos actos, y ésta es la novedad de Polo, son los hábitos intelectuales adquiridos. (Los hábitos son "actos" y no sólo disposiciones).

Del mismo modo que la operación de la inteligencia necesita de la especie impresa como un a priori, para conmensurarse con su objeto, que será la especie expresa; el hábito necesita de la operación como a priori para proseguir en el conocimiento de la realidad.

Polo dice que los hábitos son afines a la especie impresa y superiores a ella.

No me basta conocer que tengo delante una bicicleta, sino que al saber que la tengo (hábito) podré montar en ella, o pintarla, o regalarla.
Voy conociendo mejor (camino) lo que es la bicicleta.

En cualquier caso, la luz que ilumina es el ver-yo (miembro inferior de la sindéresis.


Glosa a Antropología trascendental. I. La persona humana. p.153.3

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¿Discrepa Polo con el planteamiento tradicional sobre el conocimiento habitual?

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Sí.
Tradicionalmente se considera que el conocimiento habitual es inferior al operativo, mientras que Polo sostiene que los hábitos intelectuales adquiridos son superiores a las operaciones.

La filosofía escolástica opina así por considerar que el conocimiento habitual, al ser tácito o menos claro que el operativo, sería inferior a éste.

Los hábitos adquiridos perfeccionan la potencia intelectual. La inteligencia no "se olvida" de que ha ejercido operaciones; dicho ejercicio queda retenido en ella en forma de hábito.

Se crea así una "familiarización con la temática objetiva de las operaciones que permite volver a pensar de ese modo.

Los hábitos serían algo así como una memoria intelectual, o una especie de depósito, pero sin ser actos cognoscitivos en sentido pleno.

La discrepancia de Polo en este punto se centra en que los hábitos intelectuales adquiridos son también temáticos.
El tema de las operaciones intelectuales es el objeto de cada una. El tema de los hábitos es la manifestación o iluminación de la operación.

Las operaciones no se conocen a sí mismas. La noción de reflexión cognoscitiva es inaceptable. Son los hábitos los que manifestan o iluminan las operaciones.

En suma, el conocimiento habitual no es objetivo, pero no por eso menos temático que él.

Glosa a Antropología trascendental. I. La persona humana. p.153 nota 1

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Olor a yerba seca

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Así se llaman las muy simpáticas memorias que Alejandro Llano ha publicado en la editorial Encuentro.

En la página 392, leo : "Sin estar adscrito a ninguna escuela de pensamiento, Polo es básicamente un aristotélico que se confronta continuamente con hegel, recurriendo para ello a la ayuda de Heidegger, quien la aporta antiobjetivismo y futurición.

Para penetrar en su universo intelectual, es preciso tensar el pensamiento humano hasta el extremo y detectar su límite.

Ahora bien, detectar el límite equivale en cierta medida a trascenderlo.

Y aquí llega el primer y decisivo paso de la filosofía poliana : el abandono del límite mental, es decir, la superación del objetivismo y de la suposición de la realidad que acompañan a la acostumbrada manera humana de pensar.

El tema del límite constituye el más difundido y comentado de entre los conceptos que Polo ha forjado o reformulado. Es en este punto, sobre todo, en el que Eugenio Trías –uno de los filósofos más reconocidos de la España actual– conecta con Leonardo Polo, al que considera su maestro.

Lástima que el encuentro de Alejando Llano con Polo se produjera demasiado tarde…

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¿Es la inteligencia una facultad?

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Polo no llama facultad a la potencia intelectual o inteligencia.

Las facultades tienen realidad orgánica.


Prefiere llamar a la inteligencia, sin más, intellectus ut potentia.

El decir "ut potentia" tiene la ventaja de que así se indica que pertenece a la esencia del hombre y no al acto de ser personal, pues la esencia es potencial, mientras que el acto de ser de la persona humana (co-ser) no es potencial.


Ya la filosofía tradicional supo distinguir entre la potencia intelectual y las facultades congnoscitivas sensitivas, aunque siguió llamando "facultad" a la inteligencia.

Glosa a Antropología trascendental. I. La persona humana. p.152.2

¿Qué nombres recibe la inteligencia?

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La Inteligencia ha recibido muchos nombres a lo largo de la historia.

Los griegos la llamaban NOUS.

Aristóteles llama a la potencia intelectual « Entendimiento posible ».

En la Edad Media, explica J.F. Sellés, recibe los nombres de razón, intelecto, inteligencia, mente, entendimiento paciente, potencia racional, mente cognoscitiva, potencia de la parte intelectual (e incluso alma intelectiva, alma racional, etc).

Hoy se la llama inteligencia, razón o entendimiento.

A nosotros nos interesa explicitar la significación de la ratio (logos) y del intellectus (noús)

Razón (logos en griego) es el camino que partiendo de lo inmediatamente conocido crece, actualizando nuevos conocimientos.

La razón posee una notable versatilidad : a veces es deductiva, otras veces no, y además los niveles cognoscitivos se entrelazan.

Hay muchas modalidades racionales.

Crecemos y los niveles cognitivos se entrelazan.

Entendimiento (noús) se refiere más bien al hecho de alcanzar el tema conocido. Es la luz que conoce.

Polo propone tres distinciones respecto del entendimiento :

El intellectus ut potentia (lo que se entiende como potencia intelectual, que es del orden esencial)

El intellectus ut habitus, que, tomado estrictamente, es el conocimiento de los primeros principios o hábito innato de los primeros principios. Y más ampliamente incluye la sindéresis (el yo) y el hábito innato de sabiduría.

El intellectus ut actus, que, en cuanto contrapuesto al intellectus ut potentia, es el intelecto agente (Polo sostiene que el intelecto agente es la persona, y es por tando del orden trascendental. Es el radical personal Entender).


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¿Qué son las ideas?

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Las ideas son los objetos poseídos por las operaciones intelectivas.

Su valor cognoscitivo es intencional : el objeto remite a la realidad.


Para que haya ideas en la inteligencia se ha de añadir el ejercicio de actos a la potencia intelectual.

No hay ideas innatas.

Los aristotélicos rechazan el innatismo de las ideas diciendo que la inteligencia es semejante a una tabula rasa in qua nihil est scriptum.

Glosa a Antropología trascendental. I. La persona humana. p.152.2

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