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¿Admiten ustedes mi propuesta de considerar la belleza desde Dios y desde la creatura?

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La Belleza convoca.
 
Desde Dios, la belleza sería "la convocación" que Dios Padre hace a la Creación.

La belleza metafísica es la causa final del universo.
 
La belleza antropológica es distinta. 
Dios crea el acto de ser personal, convocando a la Libertad trascendental que es atraída hacia la Unidad en Dios.

Será Bella en la medida en que su don atraiga a la Bondad divina.

Don Leonardo no admite lo bello como trascendental antropológico, porque la belleza humana para Polo es del orden de la esencia humana (Antropología II, 17), no del acto de ser personal.
 
 
Desde la creatura humana, la belleza sería la Humildad del co-ser que atrae o convoca la mirada de Dios.
 
La humildad transcendental es entonces la apertura convocada por la humildad pura, María.
 
No es un trascendental personal sino la apertura del co-ser que responde a la convocación de Dios.


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