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¿Azar o Providencia?

 

He aprendido del profesor Sanguineti varias distinciones que me permiten  entender cómo la Providencia divina gobierna la Historia.

 En primer lugar el azar es querido y creado por Dios. El azar, las coincidencias caprichosas, no se opone a la Providencia, al contrario, es un modo del juego de Dios con los hombres.

 En el lado opuesto se encuentra el milagro. Dios se salta las leyes que Él mismo crea, para mostrar su presencia en nuestro beneficio.


Y entre estas dos nociones se encuentran los favores. Si con la tecnología podemos cambiar, sirviéndonos de las leyes naturales, el curso de la historia (inventar el internet y la bomba atómica), mucho más Dios interviene en nuestro favor, sin alterar sus leyes, combinándolas y sirviéndose de ellas.

 

Los milagros pueden ser verificados. Los favores no, pues no cambian las leyes, simplemente se sirven de ellas con inteligencia divina, para darnos lo que nos conviene.

 

Una consecuencia clara es que si yo rezo, Dios puede acordarme lo que le pido, como un favor, o como un milagro, incluso si, tonto de mí, lo considero solamente una casualidad, olvidando que las casualidades también han sido queridas por Dios, es un regalo de Dios (sonó la flauta por casualidad, querida por su Providencia).

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