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¿Cómo surge la filosofía poliana del límite mental?

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Surge de un replanteamiento de la doctrina tomista de la distinción real.

Polo es el filósofo de la distinción.

Tomás de Aquino encuentra una distinción radical: la que existe entre ser y esencia en cada criatura.

Un mosquito "es".
Lo suyo es ser mosquito.
Ésa es su esencia.

Pero el mosquito no es eterno. ¿De dónde le viene el ser?
Polo dirá que la distinción mayor es la distinción entre Dios y la criatura.

La filosofía clásica descubre en la criatura una distinción radical: esencia (mosquito) y ser del universo o acto de ser (lo que hace que el mosquito sea).

Pues bien, la filosofía poliana es un ejercicio mental rico, complejo y sabroso, para conocer mejor esa distinción y profundizar, hasta donde se pueda, en el conocimiento de la esencia y en el conocimiento del ser. Decimos "complejo" porque iremos descubriendo la riqueza de lo primero : descubriremos nuevas distinciones. Por ejemplo: no es lo mismo la esencia del universo que la esencia humana y no es lo mismo el acto de ser del universo que el ser de cada persona.

¿Qué método utilizar? Se le ocurre a Polo que, cuando pensamos objetos, pensamos lo que pensamos, es decir, nuestro conocimiento es limitado por lo pensado.

Pero si abandonamos ese límite, es decir, si abandonamos el objeto, podremos conocer mejor la realidad.

Conoceremos la riqueza del ser en su contenido trascendental : sus plurales y jerárquicas distinciones. El ser como Identidad. Y el ser personal humano, sus radicales. Y su Origen.

¿Abandonó Tomás de Aquino el límite mental? Seguramente. Pero no se le ocurrió formular el método.

Es lo que Polo ha hecho y con resultados sorprendentes pues explora nuevas y más altas distinciones partiendo de cuatro modos de abandonar el límite a los que llama las cuatro dimensiones del abandono del límite mental.

Su método es plural, recogiendo la distinción real de Tomás de Aquino la aplica a la antropología con resultados apasionantes.

Anímense ustedes.

Inspirado en Notas y glosas sobre la creación y los trascendentales. Juan A. García González. Miscelánea poliana nº 11. Nota 1, p. 83. Citamos las páginas según la recopilación titulada "Antropología y trascendencia" publicada por I. Falgueras y Juan A. García.

Para saber más:
Etiqueta 1.5.0   distinción
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Louis Cardona ha comenzado una sesión para explicar la dualidad radical, siguiendo la tesis de Adam Solomiewicz.

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Aquí tienen ustedes el enlace para entrar en la Introducción. 26 septiembre 2022.
https://leonardopolo.ch/polo2-sesiones/


Quizás prefieren seguirlo en youtube :
 
https://www.youtube.com/watch?v=As0oFNHgjZs&t=105s

Pueden también visitar la etiqueta dualidad radical.

O la de Adam
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¿Qué es el tiempo?

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El tiempo es una característica de las criaturas. Las criaturas crecen. Es el hecho de no darse enteras, a la vez, sino depender unas de otras, y depender todas de Dios, sucesivamente.

 

Pienso que el tiempo es la medida del crecimiento  en los seres. 

El número del movimiento.

 

El tiempo mide los cambios crecientes o decrecientes.

 

El tiempo histórico mide los cambios de los acontecimientos humanos. Mide el entrelazamiento del tiempo de las esencias humanas.

 

La historia es el relato de los acontecimientos humanos. 




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¿Cuál es el modo puro de ganar el tiempo, o no perderlo?

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Para un viviente, no perder el tiempo es crecer.

Al crecer usamos el tiempo a nuestro favor. El tiempo no nos desgasta, sino que nos viene muy bien.

Copio entero el párrafo segundo de la p. 110 de "Quién es el hombre": La ética es el modo de usar el propio tiempo según el cual el hombre crece como un ser completo, no sólo somáticamente.

El crecimiento orgánico acontece en gran parte en la embriogénesis, el período que abarca desde el zigoto fecundado hasta el nacimiento; es éste un período de crecimiento puro; en el seno de la madre el niño no hace otra cosa que ganar tiempo, se dedica a hacerse a sí mismo, orgánicamente.

Después del nacimiento se sigue creciendo, por ejemplo, al domesticar el propio cuerpo, es decir, al aprender a usarlo con la adquisición de los reflejos condicionados básicos.

Luego, a través de la vida, se adquieren más conocimientos, constituyendo los órganos –la imaginación, por ejemplo– cuya formación no es sólo embriogénica (la imaginación es una facultad que crece con su uso, sobre todo en la adolescencia).

El hombre aprovecha el tiempo creciendo: adquiriendo hábitos, desplegando libremente su vida como un don para su Creador.

El mayor crecimiento en esta vida se da en la medida en que el hombre encuentra el valor donal de su muerte, en la que la vida se consuma.

Y si Dios acepta el don, la persona sigue creciendo, según la metalógica de su libertad, jugando, cantando, explorando.

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¿Cómo juega Dios con la presencia mental?

 


Juan A. García escribió un día en su blog que Polo : en su libro póstumo  (Epistemología, creación y divinidad. Eunsa, Pamplona 2014; p. 249) distingue hasta seis tipos de presencia mental.


- la humana limitada por detenida
- la presencia divina eterna e infinita
- la presencia característica del conocimiento humano de Cristo
- la presencia de los ángeles
- la de Adán antes de la caída
- y la de la Virgen santísima.

La presencia mental en la persona humana es, de entrada un límite, pero podemos jugar con ella. Y a mí me gustaría conocer cómo lo hace Dios.

Por lo pronto, y esperando a que alguien me lo aclare diré que :

En la primera dimensión del abandono se excluye a la presencia mental para advertir el ser extramental.

Pero en la segunda dimensión no se excluye a la presencia mental, sino que se la desposee de objeto para descubrir la tetracausalidad.

La presencia mental se mantiene. Vaciándola. Esto implica una pugna para que no aparezcan los objetos.

Se pugna manteniendo habitualmente la presencia, y es entonces cuando la presencia mental es una luz iluminante que coincide con la temática cuádruple.

En la tercera dimensión del abandono, nos desaferramos o alejamos de la presencia mental, pero haciendo pie en ella. Esto no significa volver a la presencia sino precisamente alejarse de ella.

Así se ve que el "presente", no pertenece propiamente al orden del co-acto de ser personal humano, aunque lo necesitemos para alcanzarlo.

Y así se ve también que "desaferrarse de la presencia mental" se equipara con el alcanzar el futuro en su sentido más estricto.

 

Como la humanidad de Cristo no está sujeta al pecado, debe afirmarse que su presencia mental, durante su vida terrena, era susceptible de un perfeccionamiento intrínseco, de un intenso crecimiento "penetrativo", del que carece la presencia mental del hombre caído.

 Para Cristo la presencia mental no era un límite, sino todo lo contrario.

 

¿Cómo funciona el conocimiento habitual adquirido en el hombre caído?

El conocimiento habitual adquirido es simbólico-ideal, es decir, un conocimiento que supera la limitación presencial del hombre caído, por no detenerse.

Por tanto, es inherente al conocimiento habitual culminar en el desciframiento de su carácter simbólico. Dicho desciframiento corre a cargo de los hábitos innatos.

       

Según el planteamiento poliano, el símbolo es un remedio a la limitación del conocimiento presencial humano. En consecuencia, en la medida en que otros conocimientos presenciales, como el de Jesucristo, no son limitados, los hábitos son innecesarios.

 

Jesucristo emplea con gran frecuencia y profundidad los símbolos, que desarrolla en lo que se suele llamar parábolas. Las parábolas son símbolos de especial intensidad, pero no son superiores al conocimiento presencial que tiene Jesucristo.

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¿Qué es el hábito de los primeros principios?

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Es uno de los tres hábitos innatos del intelecto personal. 

Gracias a este hábito conocemos naturalmente los primeros principios reales: los temas de la metafísica (Identidad, Persistencia, Causalidad trascendental).

¿Es la Metafísica la intelección de los primeros principios de la realidad?

 

El método para conocer los primeros principios de la realidad es el abandono del límite mental en su primera dimensión.
No es otra cosa que el ejercicio del hábito innato de los primeros principios.
Polo denomina este ejercicio “concentrar la atención”.
 
¿Cómo se concentra la atención? Excluyendo el límite mental del pensamiento, hasta advertir el tema de la Metafísica: los primeros principios reales que son tres: No contradicción, Identidad y Causalidad trascendental.
 
Excluir el límite mental significa no pensar en “algo” para llegar a darse cuenta, advirtiendo, la existencia, el ser que no cesa, la actividad del ser.
El ser comienza y no se detiene.
 
La Metafísica es, pues, la primera dimensión del método poliano del abandono del límite mental.

Lo que se “advierte” es precisamente los primeros principios de la realidad.

 

¿Por qué "además" equivale a coexistir?

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Porque "además" se mantiene en además, es libertad trascendental.
 
Ser "además" es estar más allá, pero no hacia afuera, sino estar abierto por dentro, estar en la intimidad. Hacia adentro.
 
Y si estamos más allá, por dentro,  coexistimos con el más acá (el más acá es el universo que está hacia afuera) y con el más allá del más allá (con el más allá de mi intimidad, más adentro aún).
 
Mantenerse en el "además" significa ser que coexiste, co-ser.
Ahora bien, no se trata de la coexistencia que estudia la sociología, sino la consideración trascendental de la persona como ser "además".
Ser inagotable hacia adentro y hacia afuera.
 
"Co-ser" es así el primero de los cuatro trascendentales personales descubiertos por Polo.
 
Polo habla de esto en Presente y futuro del hombre. p.199.4 y 202.2
 
Para saber más:
Sobre los trascendentales personales: .…Etiqueta 5.5
Sobre el acto de ser personal : …………....Etiqueta 5.0.0
Sobre el además :………………………………... Etiqueta 5.5.0
Sobre el Co-existir personal :………………. Etiqueta 5.5.1
Sobre el carácter de además: ………..…….Etiqueta 5.4.0

 


¿Por qué caracteriza Polo el ser humano como un ser que co-existe?

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Polo dedica a la co-existencia humana las páginas 203-211 del tomo I de su Antropología trascendental.
 
Que el acto de existir del ser humano sea un acto de co-existir significa, ante todo, que el hombre existe según el modo de la apertura: co-existir para la persona humana significa acto de ser como apertura.
 
Como afirma AERTSEN, J. A.: «... the anima is the being that can accord with every being. Man is marked, we might say, by a transcendental openness» (Medieval philosophy and the transcendentals. The case of Thomas Aquinas, Brill, Leiden 1996, pp. 105).
 
Con la denominación de co-existencia Polo quiere hacer notar que el ser de la persona humana no está constituido o terminado en sí mismo –no es un ser cerrado en sí, o al margen de lo demás–, sino abierto en su radicalidad a la amplitud de lo real.
 
En rigor, «el hombre no se limita a ser, sino que co-es.
 
Co-ser designa la persona, es decir, la realidad abierta en intimidad y también hacia afuera; por tanto, co-ser alude a ser-con» ( Antropología trascendental, I, p. 32).
 
Co-ser-con.
 

Así lo explica Salvador Piá en su magnífico artículo "El carácter filial de la co-existencia humana".
 
Para saber más sobre:
las aperturas:…………………….…………..Etiqueta 5.8.0
el ser de la persona humana:………..Etiqueta 5.0.0
el rasgo de la dualidad:…………….……Etiqueta 5.4.1
el trascendental co-ser:……………..….Etiqueta 5.5.1


¿Qué designa el co- del co-ser?

 .


La persona humana no es un mero existente.
La persona humana sabe de sí.
Y este saber de sí está designado por el prefijo “co-“.
El “co-“ de la co-existencia no es otra cosa que el saber de sí mismo que acompaña al existir de cada persona humana.
El “co-“ quiere decir que la persona humana es intimidad.

 

Ideas sacadas del “compendio” de Antropología “el hombre como persona” de Juan A. García González.


¿Si cada “tipo” es una persona distinta ¿por qué habla Polo de tipos de coexistencia?

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En efecto, cada persona es un coexistente distinto. Un tipo distinto.

Pero cada tipo, cada persona, cada co-ser, se abre hacia afuera, libremente.

 De ahí (de la libertad del tipo) surgen tres maneras de abrirse hacia afuera la persona, que Polo llama “tipos de coexistencia”.

- su manera de abrirse hacia afuera a Dios,

- su manera de abrirse al universo físico,

- su manera de abrirse a las esencias de las demás personas (familia) y a la esencia del universo físico (trabajo).

 

Los tres tipos de coexistencia no rompen la unidad de la coexistencia. Nunca se separan aunque sí se imbrican.

 Cada persona es un tipo único, distinto, en su riqueza de aperturas.

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Pero tenemos que añadir algo teniendo en cuenta la siguiente cita de Polo:

AT I, p. 204, nota 1. La apertura hacia afuera no es radical, porque se distingue de la secundarización de la co-existencia: no es íntima. De ahí que la apertura hacia afuera dé lugar a lo que llamaré "tipos de co-existencia".

 

Pienso entonces que en los tipos de co-existencia no debemos incluir a la co-existencia hacia adentro en Dios.

Sin embargo, en la apertura hacia afuera sí que podemos hablar de un tipo de co-existencia con Dios si consideramos que gracias el hábito de los primeros principios, nos abre a la Identidad que es Dios.

 

Entonces, agradecería que me indicaran si están de acuerdo en formular tres “tipos” de co-existencia:

1. Co-existencia con Dios (principio de Identidad).

2. Co-existencia con el ser del universo físico (Persistencia)

3. Co-existencia con las esencias del universo físico y de las demás personas.


¿Es la persona humana “co-existencia” trascendental porque se abre a otra persona humana?

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No.
La persona humana es “co-existencia trascendental” porque nace de Dios y está llamada a destinar.se a Dios.
 
La dualidad transcendental con Dios es el Origen y Destino de la dualidad radical trascendente (nacer – destinándo.se).
 
La co-existencia entre personas humanas es ontológicamente posterior y se realiza mediante el don esencial.
 
La dualidad varón-mujer o entre hermanos aparece a partir del intercambio de dones esenciales, aunque su condición de posibilidad es la co-existencia transcendental de cada persona con Dios.
 
Adán y Eva no son creados en un solo acto creacional.
Cada persona es un acto creacional distinto.
Cada persona es hija, por creación, antes de ser hermana o amiga de otra persona humana.

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¿Cuál es el tema de la Metafísica?



El tema de la Metafísica es el ser.
 
El profesor Fernando Haya explica muy bien de qué “ser” se trata (pues el “ser” se dice de muchas maneras).
 
En El acceso al ser y El ser I, Polo llama a ese ser “existencia”. Ese ser “primero” es, precisamente, los tres primeros principios de la realidad.
 
Pues bien, para acceder a ese ser hay que concentrar la atención. ¿Sobre qué? Sobre ningún “algo” que detendría nuestro pensar en el objeto pensado.
Debemos impedir que el ser se nos aparezca como un qué o como un algo.
 
El tema de la metafísica no es cualquier ente, sino los principios altísimos, el ser en la medida en que el ser es un principio altísimo, no un simple qué, no una cosa u otra cosa, sino el principio altísimo. Ese principio altísimo son los tres primeros principios reales. 


¿El amor?

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El amor es  comunión de personas.

Dependemos libremente unos de otros. No somos nómadas aisladas.

Dependemos según el conocimiento y el don mutuo (es decir, libremente, amorosamente).

En la medida que nos servimos unos a otros formamos una comunión. 




El Amor cabal es la Comunión de las Personas en el seno del Trinidad.
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¿Es la belleza un trascendental?



La belleza es el 4° trascendental metafísico
 Los trascendentales metafísicos están ordenados : 
1° Ser 
2° Verdad 
3° Bien 
4° Belleza. 

 La verdad, el bien y la belleza se convierten con el ser y entre sí. 
Pero cada uno de ellos tiene una característica que lo distingue del ser y de los otros trascendentales. Esa característica o añadido se advierte del exterior y por eso la verdad, el bien y la belleza se dicen trascendentales “relativos”. 
 Somos las personas las que captamos en el ser la verdad, cuando lo conocemos ; el bien, cuando lo amamos; y la belleza cuando lo admiramos. 
Vamos, que nos vuelve locos. .

¿Cómo se puede describir la operación mental?

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La operación mental se puede describir como el ocultamiento que se oculta.

Lo que se oculta es la operación mental (concretamente, se oculta el carácter dual de la operación mental y aparece solo el objeto).

Y al mismo tiempo la operación mental es un ocultamiento, pues cuando pensamos objetivamente queda oculto el carácter objetivo de lo pensado. No nos damos cuenta de que solo conocemos, así, el objeto.

Al pensar objetivamente se supone el objeto. Es como si el objeto existiera aislado, en el aire.

De ahí que, habitualmente, sigamos pensando, sin pararnos en la simple operación mental.

¿De los cuatro trascendentales personales, cuál es el trascendental radical?

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El co-ser.
 
Nótese que "radical" no equivale a primero.
 
La co-existencia es acto de ser segundo.
 
 
(La dualidad radical propuesta por Adam S. es nacer-destinarse)
 
 
De esto se habla en L. Polo. Antropología trascendental. Tomo I. La persona humana. p. 203.3.
 
Para saber más sobre:
los trascendentales:………………..etiqueta 5.5.0


El amar donal en la tesis de Adam Solomiewicz

 

39. El cuarto trascendental personal es el amar donal. La persona humana no sólo tiene la capacidad de amar, sino que es amar: la actividad trascendental personal es amorosa o no es personal.

 

40. El amar personal es donal: dar es la actividad trascendental por antonomasia. Es lo que quiere decir el carácter de además: efusividad, siempre ir a más, puro sobrar sin consumarse, no agotarse nunca.

 

41. Toda la actividad donativa es triádica, puesto que siempre la constituyen tres miembros: la persona que otorga el regalo (el otorgar), la persona que lo acoge (el acoger) y el regalo (el don). Los dos primeros miembros (el otorgar y el acoger) siempre son personales. El tercer miembro (el don) es infra-trascendental y siempre tiene cierta manifestación material, cuando la persona que regala es humana.

 

42. En la actividad donativa trascendental (el amar donal) los tres miembros de la estructura donal son: la persona como dar, la persona como aceptar y el don.

 

43. La primera tesis acerca del amar donal es ésta: aceptar no es menos que dar. En la estructura donal de la persona humana el aceptar y el dar son trascendentales. Lo primero en la persona humana es aceptar al propio Creador, debido a su carácter de criatura: su ser es el regalo del Dios personal.

 

44. La persona humana no se limita a la actividad trascendental aceptante, a acoger dones. La persona humana es orientada a dar dones propios. El hombre da dones a su Creador (en tanto que Él es Aceptación divina) a través de las propias facultades esenciales: la persona necesita de su esencia para completar la estructura donal. La persona vehicula el dar personal a través de su esencia.

 

45. La segunda tesis acerca del amar donal es ésta: el don humano no pertenece al orden trascendental, sino que está en el nivel esencial. Dar dones trascendentales significa crear, donar existencia, y lo hace sólo Dios. La persona humana es capaz de dar dones esenciales, con lo que el dar humano tiene siempre sentido de devolución: la iniciativa donante primordial arranca de Dios, y al hombre corresponde devolvérsela de acuerdo con su ser y con su esencia.

 

46. El dar trascendental es dar sin perder, la actividad superior al equilibrio de pérdidas y ganancias. El dar trascendental puro es el Dar divino que da sin reservas ni pérdidas y con ganancias. Las ganancias en Dios no son crecimiento, sino híper-crecimiento.

 

47. La persona humana no es dar puro (sería Dios). El dar trascendental humano siempre es con pérdidas: tiene su coste a nivel de la naturaleza del hombre. El amar donal siempre requiere en esta vida alguna renuncia (la renuncia de bienes inferiores para el Bien mayor).

 
48. El dar personal humano es dar trascendental verdadero en virtud de su referente: el Dios personal que lo acepta. El Aceptar divino otorga el valor trascendental al don humano según su infinita Bondad y Misericordia. La persona humana no es capaz de darse, pero se da en Dios.


Aquí está el enlace para la tesis.

Rápidamente ¿Qué es un símbolo?

 

Símbolo es la formulación de un Misterio

El símbolo real incoa la realidad. 

El símbolo ideal continúa el conocimiento operativo 

(Polo indica cuatro símbolos ideales de la experiencia intelectual: conciencia concomitante, distinción real, axiomas vigentes y deidad).

¿Es la conciencia concomitante un símbolo ideal?

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Polo habla de cuatro símbolos de la experiencia intelectual (conciencia concomitante, distinción real, axiomas vigentes y deidad).

Los símbolos son cuatro verbos en trance de levantar el vuelo, a saber:

la conciencia concomitante,

la distinción real,

los axiomas vigentes y

la deidad.
 
La conciencia concomitante es la iluminación de una operación abstractiva cuyo objeto no es un tiempo articulado.
Se convierte con una imagen regular: la circunferencia.
 

La presencia no se da cuenta de la concomitancia de la conciencia. Es el hábito que la ilumina la que se da cuenta.

 

La conciencia concomitante es el hábito inferior, pero juega a favor de los otros.

Y juega a favor de los otros símbolos.

La conciencia concomitante es un símbolo que pertenece al ver-yo. Juega a favor mirando y englobando.


¿Qué es un misterio?

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Un misterio es una iniciativa divina.
Rom 11, 38: "sus decisiones son insondables y sus caminos impenetrables".
De Juan Fernando Sellés he aprendido que más que realidad indescifrable, misterio significa realidad inagotable.

Coloquialmente, misterio es lo que la razón no puede abarcar.
No lo puede ante la imposibilidad de culminar la intelección de su Origen.
La máxima amplitud en la que se incluye nuestra libertad no tiene límites. La vida es así aventura interminable. Cascada hacia adentro.
El Misterio cristiano es la iniciativa divina para salvar a los hombres por el sufrimiento de Cristo.
Los sacramentos, misterios, son acciones de Cristo para salvarnos.

¿Es el Misterio un enigma a resolver?

 


No.
El Misterio no es un enigma a resolver o un problema al que hay que encontrar la solución.

El Misterio es una realidad en la que se puede siempre profundizar.

¿Es la belleza un trascendental personal?




No 
La belleza en el orden de las personas es "esencial". 

Será trascendental en la medida en que la incorporemos a nuestro ser. 

 La Belleza de Dios, como su Bondad y su Verdad son también esenciales. 

Pertenecen a su Esencia divina, que se identifica con su Ser. 

 La persona humana es radicalmente co-existencia, libertad, conocer y amar trascendentales, pero sólo será bella en la medida en que crezca y se haga hermosa. 

¿Es temporal la presencia?

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Presencia significa estar ya al margen del tiempo.

No estar en la realidad física.

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¿Por qué aparecen los símbolos al encontrar la verdad?

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Al encontrarse con la verdad aparecen los símbolos por dos razones.

Por lo pronto, porque el despliegue de la inspiración no es enteramente realizador. La verdad es tan bella que nunca acabaremos de cantarle. También porque no sabemos hacerlo, faltos de recursos. La inspiración mantenida irá haciéndonos crecer y podremos materializar el canto.

Pero hay una segunda razón: la verdad que sale al encuentro no es la verdad entera (no es mujer fácil).

El símbolo es lo operado en esas condiciones, es decir, el remitir a una verdad que todavía no ha salido íntegra al encuentro, desde una verdad patente mas no operada por completo.

El artista queda insatisfecho de su obra, pero su entusiasmo no cesa, siempre quiere más.


Para saber más leer: Polo, "La verdad como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, pp. 197-206
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¿Cómo caracteriza Polo a la belleza?

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Diciendo que la belleza es la capacidad de convocatoria

 Cuando una realidad es capaz de reunir muchas otras, entonces tiene la belleza. 

 La belleza metafísica del universo nos reúne. Nuestro mundo es bello porque reúne y congrega, en armonía, infinitas dimensiones. 

 María, como dijo el almonteño, es el sol. 
Su belleza nos convoca
En ella se reúnen cielos y tierra. Cuantas más cosas se unen en virtud de otro, mayor es la belleza. 


  Glosa a La persona humana y su crecimiento, p. 75 .

Le pregunté a Jorge Mario Posada ¿Es la belleza un trascendental?

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Le he hecho esta pregunta al profesor colombiano de la universidad de la Sabana,  Jorge Mario Posada.

Su respuesta, aunque coincide con lo que otros profesores me dicen, no está de acuerdo con lo que he ido escribiendo en este blog.
Agradezco cualquier explicación.

Me ha respondido así :

“Pues a primera vista me parece que es la unidad de los demás trascendentales, tanto del ser personal cuanto también del ser extrapersonal”.


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