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¿Es el co-ser, acto?

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Sí, pero es mejor llamarlo co-acto.
 
Polo lo explica acudiendo a Aristóteles, que descubrió la coactualidad del pensar.
 
Cuando pensamos tenemos lo pensado. Ya.
 
Así se abandonan dos modelos dualistas:
 
a) el sustancialismo, que considera que el pensamiento es un añadido, un accidente.
 
b) el modelo relacional, que ve al otro (al objeto) como la imagen de un espejo.
La imagen no es "íntima" al espejo. El ejemplo no nos sirve para describir el co-acto poliano.
 
El co-ser, la dualidad personal, es más que una relación. Soy-con el otro, comunión. Soy-en Dios.
 
La imagen que nos puede servir es la del pulmón, como puerta abierta de mi cuerpo.
Mi ser también es creado abierto en Dios y a los designios personales de Dios (los otros).
 
Aunque no lo sepa, soy hijo de María, coexisto con mi ángel, dependo de Napoleón, Judas y Sócrates.
 
Pero atención. No dependo de los demás como depende un cocotero del clima.
Dependo de la aceptación libre de sus destinos. Ellos aceptan y yo también. Si quiero. Si queremos.
Las patatas no son co-actos. Si no hay libertad, no hay co-ser.
 
De esto hablan  Alfredo Rodríguez Sedano y Juan Carlos Aguilera en su artículo " La intersubjetividad a la luz de la apertura íntima personal", aparecido en Studia Poliana, 13, (2011), p. 32.2.
 
 
Para saber más:
Sobre  el rasgo de la dualidad:…….…Etiqueta 5.4.1
Sobre el trascendental co-ser:…….….Etiqueta 5.5.1
Sobre el carácter de además:………...Etiqueta 5.4.0
Sobre la relación:……………………….…….Etiqueta 1.5.2


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