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¿Es distinto el crecimiento de la persona humana en esta vida y en la otra?

 .

Notemos que la vida, como actividad esencial, crece de distinto modo mientras vivimos en este universo físico y en la eternidad.

En esta vida :

En el tiempo del ahora, va creciendo la  virtud, de la que podemos disponer, si queremos.

Pero a veces no podemos ejercer la virtud, porque carecemos aún de ella (sin falta nuestra) o porque las condiciones temporales impiden su ejercicio.

 

Utilizamos pues la expresión “a modo de virtud” para indicar la iniciativa humana en el crecer (empleamos esta expresión “a modo de virtud” para indicar ese “si queremos”). Quien quiere es la persona, desde su amar donal.

 

Utilizamos la expresión “a modo de don” para indicar la docilidad humana al Don de Dios.

El Don de Dios es nuestro ser que, para que sea Don, la persona debe aceptarlo (mediante el ejercicio de la actividad esencial).

 

En la vida eterna:

En la otra Vida, cuando Dios acepte nuestro don (nuestra vida como esencia), seguiremos incluidos en el ámbito de la máxima amplitud (pero, y esto es lo más bello, sin el temor al pecado, que es el error peculiar de la libertad huérfana).

 

Entonces, en el Cielo, la Vida “esencialmente” crece de otra manera, siendo también un crecimiento intrínseco sin culminación, jugaremos con ella, cantando con los Ángeles o paseándonos con quien “queramos” (por el sendero sombreado que bien conozco).

 

En el Cielo la actividad esencial de algún modo prima. Mejor, es concomitante con la actuosidad trascendental o, dicho de otro modo, Dios tiene en cuenta nuestro querer, al donarnos el ser. En eso consiste el Juego.

¿Quién juega?: el hijo que somos.

A modo también de virtud.

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Concentrémonos ahora en el crecimiento “también” esencial.

 

La persona humana crece también, en esta vida, en la medida en que su esencia (su acto vital) se retroalimenta apoyándose en su mundo.

 

Y, además, en la medida en que encuentra trascendentalmente su verdad personal, (al ir encontrándose con su réplica), dispone mejor, va creciendo a modo de don. Con docilidad.

 

Recuerden que no es lo mismo crecer a modo de virtud (esencial) que a modo de don (trascendental).

 

Para alcanzar a conocer nuestro crecimiento trascendental, Polo propone el método del abandono del límite mental.

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En la otra vida, cuando nuestro don (que es nuestra esencia o acto vital personal humano) es ya aceptado por Dios, nuestro crecimiento será intrínseco y sin culminación.

 

¿Cómo jugaremos?

Juan A. García me hizo una valiosísima indicación:

“Polo dice que en la otra vida cambiará el orden de los hábitos innatos, incluso hasta difuminar su distinción; porque la esencia se elevará al orden de la persona, al ser aceptada por Dios.

Esto nos acerca de manera muy análoga al Espíritu Santo. Porque en Dios el Don es persona; pero en la criatura siempre se distinguirán esencia y existencia, incluso cuando fuere elevada, porque no dejará de ser criatura, ni aunque participe de la vida divina”.

 

Entonces, digo yo, (Kabamba) mi esencia (que es mi valor potencial) jugará un papel semejante (de manera muy análoga) al Espíritu Santo en la Trinidad.

Seré, en el Verbo, réplica de Dios, según como quiera, libremente, jugar o cantar (que también podemos llamar metalógica de la libertad).

Observen cómo al jugar se conjugan el crecimiento esencial y el crecimiento trascendental. (Virtud y Don).

 

Añado otro comentario del profesor Juan A. García :

Yo pienso que en la plenitud la esencia estará al nivel de la persona, no por encima de ella. Por encima de la persona suena a éxtasis, a salir de sí. En cambio, si la persona culmina su coexistencia con la visión directa de Dios, cara a cara, personal, sin mediación de inteligibles, por tanto no a través de la esencia, entonces la esencia será traspasada por el encuentro de la réplica, y elevada al nivel de la persona. Esto es lo que creo que dice Polo.

 

Añade Kabamba : Veo claro que la esencia no estará por encima de la persona.

Y me reafirmo en que estará elevada al nivel de la persona.

Otro punto que me intriga es ese ser "traspasada" por el encuentro de la réplica.

Pienso que se trata del don cabal del ser personal.

Ahí es donde me parece que se encuentra su divinización (Réplica) por el Espíritu Santo.

Perichoresis? ¿Mutuo redundar? ¿Juegos teándricos de Vargas? ¿Metalógica de la libertad?

Es el auto-transcendimiento. El vivir en Dios, traspasados por el ser que seremos toda la eternidad. Un ser que crece incesantemente en Dios.

 

Recapitulemos: El acto de ser personal (su ir cada vez más hacia Dios) crece de una parte como crecimiento absoluto en el orden del Origen (Dios lo eleva sin cesar. Es el Don de nuestro acto de ser personal o inclusión atópica en el ámbito de la máxima amplitud. Comunión).

Y por otra parte el acto de ser personal crece según su esencia. Ya sea disponiendo hacia abajo en esta vida o jugando en la otra, al ser traspasado por la Réplica.

 

La persona humana es además, siempre más. Inagotable. Carece de culminación.

Su crecimiento es irrestricto.

 

El crecimiento de la persona humana depende de Dios, (de su futuro o destino) y también de su "disponer". Es siempre, y también, esencial.

 

La persona se abre dualmente a los distintos temas, si quiere.

Ese "querer" es esencial.

Su esencia, su vida, es el "fruto" que Dios espera de cada uno.

 

Fue en septiembre 2012, en el congreso sobre Polo en Pamplona, cuando oí a don Ignacio Falgueras decir que la esencia, en la otra vida, estará por encima del acto de ser personal.

Me pareció una averiguación genial.

Parece ser, según el profesor Sellés, que Polo no estaba de acuerdo con esa tesis.

Pero pienso que se entiende con las aclaraciones que acabamos de hacer.

Quizá, en lugar de decir que la esencia estará entonces por encima, podemos decir que la esencia abre el juego.

 

En esta vida la esencia es manifestación (está por debajo), pero en la otra es la Vida, en el Espíritu Santo, la que rige.

Y nos arrastra.

Él va por delante.

Y nosotros aceptaremos su amoroso Cantar.

 

El acto de ser personal, la persona que soy, hace siempre pie en la esencia, hacia abajo (en esta vida) o jugando, como don en el Hijo (en la otra).

 

Para una información más completa sobre lo que es la vida : ir a la página “la vida”, he aquí el enlace :  http://preguntaspolianas.blogspot.com/p/la-vida.html

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