La persona humana, de
entrada, sabe muy poco de sí.
Su saber de sí se reduce
a la apertura interior de su intimidad (co-ser + libertad).
No se conoce a sí misma
perfecta, completa y exhaustivamente.
Este saber precario
indica que la persona humana es creada.
Necesita saber más de sí.
Alguien se lo tiene que decir.
Entonces hay dos caminos:
o bien la persona se realiza a sí misma (es lo que llamamos “pretensión de sí)
o se trueca en búsqueda de su réplica, para saber quién es.
Se abre entonces a su
Creador.
Ideas
sacadas del “compendio” de Antropología “el hombre como persona” de Juan A.
García González.
La apertura interior... se continúa en apertura hacia dentro
ResponderEliminarMerci.
ResponderEliminarEs un gran descubrimiento...