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Tener para dar




En ""tener y dar" Polo caracteriza al hombre como el ser capaz de tener.
Se tiene con el cuerpo, se tiene con las operaciones y se tiene con los hábitos.

Pero atención, no pensemos que es la persona la que tiene.
La persona no es “sujeto” del tener.
La persona es co-ser con Dios. Es trascendental.

El sujeto, por así decir, del tener es el “yo”, (aunque el yo no es sujeto, pues el yo es el ápice de la esencia humana).

Pero podemos decir que es el “yo” el que tiene, haciendo crecer la naturaleza recibida, esencializándola.

Para entrar en la comunión con Dios la persona “humana” debe instaurar un nuevo don, aún inédito.
No su don trascendental, sino su don esencial, su vida, libremente otorgada.

El don de su vida será asi ofrecido a Dios, esperando su aceptación.

Tener para dar.

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