Querer una cosa es
querer hacer algo con ella.
Querer a una persona
es querer que ella sea.
Esta distinción tiene que ver con la doctrina de Aristóteles sobre las
actividades de poiein y praxis, traducidas después como
producción y acción.
(En la etiqueta
1.2.1 Acto, hablamos ampliamente de los distintos tipos de acciones).
En lo que aquí nos interesa, digamos que en toda acción humana hay una
dimensión productiva (transitiva al mundo físico) y una dimensión inmanente que
es mejora de la propia persona (y de los otros, si lo aceptan).
Las personas humanas
tienen una dimensión corporal, que es la base de la acción productiva, a la que
debemos también atender. Estamos unidos por la red del universo físico y no
está bien tirar de la misma manta en nuestro solo provecho.
De ahí que amar a
las personas exija también una ética que encauce las acciones y las pasiones "físicas".
Amaremos las cosas y
el mundo, haciéndoles contribuir al crecimiento de las personas.
El profesor Juan A. García, me hace el honor de añadir un comentario : Además las personas corresponden al amor, mientras que las cosas no: el amor es recíproco o no es amor.
Merci !
El profesor Juan A. García, me hace el honor de añadir un comentario : Además las personas corresponden al amor, mientras que las cosas no: el amor es recíproco o no es amor.
Merci !
Ideas inspiradas en la
pregunta nº 3 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz
con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista
Miscelánea poliana.
Pinchen aquí para acceder a la entrevista completa: http://www.leonardopolo.net/revista/revista.html
Para
saber más vayan a las etiquetas de este blog:
18.1.1 analítica del amor;
1.2.1 Acto
8.2.0 crecimiento.
Además las personas corresponden al amor, mientras que las cosas no: el amor es recíproco o no es amor
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