Habrá que responder: los negocios no son los negocios,
sino que los negocios son negocios, si son éticos.
Y si no lo son, no son negocios, sino malos negocios.
¿Por qué? Porque no hay una autonomía de la actividad
económica.
Toda acción humana proviene de su raíz y repercute en
su raíz: la persona libre.
Si intentásemos aislar "el negocio", lo
arrancaríamos de sus raíces y ya no sería un negocio "humano", sino
un conjunto de hierbajos.
Y el hombre, o la mujer, que siguiera negociando sin
raíces, estaría alienado o alienada al no saber el porqué negocia.
Ya se ve que eso es imposible. La ética no es una
cataplasma. Todas las acciones humanas provienen del núcleo personal libre, por
eso son "humanas".
Los negocios son también "humanos": o nos
mejoran o nos deterioran.
De
esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas
clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 19.2
Para
saber más sobre Ética, vaya usted a la etiqueta 9.0.0
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.
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