Los animales viven al servicio de la especie.
Son macho y hembra sólo para la generación.
La hembra existe para poder continuar la especie.
Sin embargo, y esto es grandioso, la diferencia
entre el varón y la mujer no es meramente sexual.
(Recuerden que los bienes del matrimonio son: los
hijos, la fidelidad y el misterio. Si no hay hijos puede haber fidelidad ; pero también, si no hay fidelidad, siempre puede abrirse el compromiso al misterio).
Lo específicamente humano se alcanza de distinta
manera según lo masculino y lo femenino.
La mujer no existe solamente para continuar la
especie, para tener hijos. Aporta su propia modalidad.
La diferencia entre la mujer y el varón afecta a lo
natural y a lo psíquico, a lo sentimental ligero u hondo, a la manera de pensar
y de querer, al modo de manifestarse la persona.
Por eso hablamos de tipo femenino y tipo masculino.
Esta es la primera distinción típica de la
humanidad, la primera modalización de la especie humana, del punto de vista
social.
Eso no quiere decir que el ser mujer o el ser varón
caracterice absolutamente a la persona humana. Cada persona humana es un tipo
completo y lo que la caracteriza es su don entero, su vida cabal, la comunión
que Dios espera de ella y no el modo (femenino o masculino) de realizarla.
Lógicamente, querer hacer algo bien, al modo
femenino, cuando se es varón, es un despropósito, a lo más un juego.
Probablemente una pérdida de tiempo (aunque el tiempo pueda recuperarse, ya que incluso
nuestros desvaríos más absurdos son ocasión para añorar más el hogar).
Para que el don sea cabal, la mujer deberá
esforzarse para realizarlo al modo femenino y el varón al modo masculino. Si
no, es como querer correr a la pata coja. Aunque nos divierta.
Para saber más:
6.1.0 especies y
tipos;
1.11.0 mujer
.
Me encanta este tema y este blog. En esta pregunta me gustaría hacer la siguiente reflexión. Para que la diferencia entre varón y mujer afecte al modo de ser persona, siguiendo una antropología trascendental donde lo inferior es iluminado, activado y definido por lo superior, es lógico, muy lógico, pensar que el ser varón y mujer sea una característica trascendental y no sólo esencial y que la persona se exprese en su esencia tal como es, es decir, desde una modalidad personal. Ya sé que Polo no lo dijo, aunque lo dejó abierto y para el estudio, pues lo ha trabajado poco y al final de su vida, delegando en otros ese trabajo (en concreto a Blanca Castilla). Claramente el acto de ser no es sexuado porque no es material, pero eso no implica que Dios no llame personalmente como varón o como mujer desde el principio y que esto se exprese en la sexualidad, donde el varón y la mujer se expresan como tal en cuerpo y alma.
ResponderEliminarPersonalmente me convence más una postura de este tipo. Después de la muerte, al fin y al cabo, sin cuerpo (aunque momentáneamente) seguiremos sabiéndonos como varón o mujer. Si el alma, que es espiritual, puede vivir esa dualidad, ¿por qué no podría hacerlo desde su núcleo más profundo, el personal?
No veo que la unicidad del acto de ser sea incompatible con su modalidad humana.
Coincido, amigo, en que a mí también me gusta el tema y "mi blog". Merci.
EliminarSin embargo, no estoy de acuerdo con Blanca Castilla cuando habla de persona masculina y persona femenina.
Sobre este tema me parece que hay que ir a don Ignacio Falgueras. Su página web es un tesoro.
Tiene don Ignacio un artículo titulado "La personalización de la sexualidad" que aclara mucho.
Claro que en el cielo estaremos situados según nuestra esencia, pero la sexualidad no la pone la persona sino que la recibimos de nuestros padres, que nos sitúan en la historia.
Todo esto merece una honda reflexión.
Gracias de nuevo