Se es filósofo como amante y servidor de la verdad.
A partir de la admiración la filosofía pone en marcha
un número creciente de dimensiones humanas, que sin el filosofar quedarían
inéditas. ¡Crecemos por dentro!
La filosofía es descubridora de las dimensiones más
profundas del ser humano.
En las naves griegas se esculpía: "vivir no es
necesario, navegar sí".
No es el filósofo un espectador, como quien asiste a
la maravilla de una verdad que se desvela desde la admiración.
El filósofo está enteramente comprometido con la
verdad, convocado por ella.
"Filosofar es necesario, no sé vivir sin
filosofar".
El que ha empezado la indagación no puede dejarla. Lo
cual sugiere un más alto vivir.
Si se progresa en la formulación del ser, también se
profundiza en el ser humano. Belleza que convoca, amor.
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.41.2
.
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