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¿Cuál es la osadía más grande para un filósofo?

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Lo más grande que un filósofo puede osar es pensar a Dios.

Por ahí va la propuesta de Polo.

Y el profesor Falgueras osa pensar a Dios con su filosofía del dar trascendental.

El dar trascendental es un acto puro.

Cuando damos dinero a alguien, se necesita una explicación: se trata probablemente de una compra, o de un encargo, o de una gratificación.
En el dar puro no se pierde ni dinero, ni tiempo, ni nada. No necesita ninguna explicación porque es gratuidad innovadora.

El dar trascendental divino no es contingente. Y no lo es porque no es causado.
Lo contingente es causado por causas que no son necesarias; por eso puede no existir.
El dar trascendental no es causado.
No se da de lo que se tiene previamente, sino que se innova al dar.
Es un dar libre, no porque tengamos un millón de euros y podamos distribuirlos según nuestro capricho, sino porque inventamos el millón de euros para agradar al amado.

La iniciativa, la aceptación y el don son simultáneos e indisociables.

Es un don sin pérdidas que no se temporaliza, sino que es en bloque y de modo integral.

Dios es dar.
Y a usted y a mí nos ama porque le da la gana.








Ideas inspiradas en el artículo "Aclaraciones sobre y desde el dar, de Falgueras, en Miscelánea poliana nº 9. p.55.2. Citamos las páginas según la recopilación titulada "Antropología y trascendencia" publicada por I. Falgueras y Juan A. García


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