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¿Están las ciencias subordinadas?

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El médico sabe que fumando se corre riesgo de cáncer.
El economista sabe que aumentando los salarios, aumenta la inflación.

Pero si el médico dice que hay que dejar de fumar, o si el economista dice que no se deben fabricar tantos billetes, lo hacen en virtud de una idea que tienen de lo que es una vida buena, que sostienen.

El criterio que aplican no es exactamente extramédico o extraeconómico. Lo que pasa es que la medicina y la economía se solapan con la ciencia de la vida buena, que es la ética.

Polo dice que esos criterios, que aplican médicos y economistas, trascienden los límites de la ciencia médica o económica. (Hemos llamado "solaparse" a lo que Polo llama "trascender").

Las ciencias necesitan una justificación, un criterio, que esté más allá de sus objetos inmediatos.

Eso es lo que el filósofo quiere decir cuando dice que las ciencias se subordinan.


Todas las ciencias se subordinan (sin perder su autonomía) a la ciencia de la vida buena creciente, que es la Ética.

¡Feliz Año 2014! 

¿Por qué la Etica es la subordinante principal de las ciencias prácticas?

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Polo en el capítulo VI de Quién es el hombre, presenta la Ética como la subordinante principal de las ciencias prácticas.

Y lo hace apoyándose en la noción de "alternativa".
La alternativa es un modo de vivir mejor.
Se puede vivir mejor.
Y la Ética es la ciencia de la vida buena. Del vivir mejor.

Podemos acercarnos más a nuestro destino, a nuestro sitio en el banquete de la comunión de personas.

Las diferentes ciencias prácticas (medicina, economía, etc.) buscan conocer las leyes de lo que pasa si actuamos sobre el cuerpo humano, sobre los recursos, etc.).

En sí serían ciencias neutras.
Encuentran su sentido cuando sirven para vivir mejor.
Y la ciencia del vivir mejor es la Ética.

No se anula así la autonomía de las ciencias prácticas, porque cada una tiene su dominio. Pero subordinado al vivir mejor que propone la Ética.

Cada ciencia se justifica por objetivos más altos que los de la misma ciencia. Por la vida buena creciente.

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¿Deben ser neutras las ciencias?

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Las ciencias son neutras.

Los científicos no deben serlo.

La economía, la medicina o la arquitectura no pueden hacer juicios éticos.

El economista, el médico o el arquitecto sí deben hacer juicios éticos, pues deben trascender la autonomía de sus ciencias, subordinándolas a los criterios de la vida buena.

La ética tiene la última palabra.

La biología es también neutra. Pero el biólogo debe conocer la bioética, subordinando su ciencia a la vida buena creciente.


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¿Pueden las ciencias hacerse cargo de la acción humana por completo?

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Cualquiera que sea la ciencia positiva que se ocupe de la actividad humana, la considera siempre de una manera parcial.

La única que realmente la considera por entero es la ética.

Las ciencias positivas como la economía, la psicología o la sociología obtienen averiguaciones importantes sobre la acción humana, pero "anteponen" un postulado que limita su alcance o intensidad.

Son ciencias subordinadas a la ética, distintas de la ética, a la que ciertamente ayudan.
El arquitecto necesita del carpintero, aunque su concepción de la casa sea más cabal que la del carpintero.
Sin embargo, no siempre el pensamiento ético tiene en cuenta todas las dimensiones de la acción humana, cayendo en reduccionismos, sea la ética hedonista (solo bienes), racionalista (solo deberes) o estoicista (solo virtudes).

Ahora bien, si el estudioso de la ética dirige su atención (y encauza su vida) hacia la averiguación de los factores olvidados, advierte cómo el planteamiento global de la ética es coherente.

Esto no puede decirse de las otras ciencias humanas, que al tener que prescindir de factores pertinentes para conseguir sus objetivos parciales (por ejemplo, la economía busca la buena aplicación de los recursos disponibles), no pueden lógicamente abarcar y explicar enteramente la acción humana.

Están subordinadas a la ética cuya vocación es explicar completamente la acción. Mejor dicho, es la ética el camino que recorremos, usted y yo, al crecer. Irrestrictamente.




De esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 24.3

Sobre la ética…………………………..9.0.0
Sobre la ciencia……………………….2.13.0

Sobre economía………………………9.9.0
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¿Es lo mismo el saber ético que el saber práctico?

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No.
El camino que es la Ética está organizado por la Sabiduría (por Dios, al fin y al cabo).

La Ciencia práctica es una organización humana, por muy sabia que sea. Muestra nuestra dignidad, somos responsables de la Belleza (y el confort).

No es lo mismo la ética que el saber-hacer positivo-científico o efectividad histórica.
Ambos saberes se formulan como "felicidad".


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¿Debe la economía regir el comportamiento humano?

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La economía estudia el actuar humano, pero no completamente.

La economía sienta leyes sólo para un cierto tipo de actividades humanas. Estas leyes son pocas y con ellas no se agota el sentido de la acción.

La economía se limita a aclarar lo que pasa según como asignemos los recursos disponibles. Investiga si hay formas mejores o peores de asignar los recursos y cuáles serán los resultados que se obtendrán.

La economía dice: supuesto que se asignen los recursos de una determinada manera, el resultado estará de acuerdo o no con lo que se pretende.
Pero es claro que hay elementos integrantes de la actividad humana que la economía no tiene en cuenta.

La economía no nos dice cuáles deben ser nuestras pretensiones para vivir mejor, o el sentido de la vida. Para ello tenemos una ciencia más alta, una luz más profunda: la luz de la ética.





De esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 20.3

En la nota 4 de la p.21 Polo hace un análisis certero sobre las limitaciones de la teoría del libre mercado y sobre el socialismo.
En la p. 22 apunta el déficit antropológico que supone el guiarse sólo por la economía: el homo oeconomicus sólo intercambia medios, se olvida de la comunión e intercambio de fines.

Para saber más sobre la ética ver Etiqueta 9.0.0
Sobre Ética y ciencias humanas………………….9.1.2
Sobre la ciencia………………………………………….2.13.0

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¿Es la economía una luz?

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La ciencia económica es una luz sobre cómo alcanzar los resultados pretendidos según el modo como asignemos los medios disponibles.

Pero el economista no sabe si los motivos por los que se actúa son buenos o malos, si se adecúan a los fines que se pretenden, y si van a aparecer siempre para las conciencias como un deber.

El economista no alcanza a conocer al cabalmente al hombre que está en el origen de la acción.

Las leyes que asienta la ciencia económica se refieren sólo a ciertos aspectos de la conducta. Sus averiguaciones no son pequeñas e interesan la vida de los hombres, pero hay una ciencia de la acción que es superior: la ética. Y ello no significa ningún desdoro para la economía.

La subordinación de las ciencias es ganancia para todas ellas.






De esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 22

Para saber más sobre la ética ver Etiqueta 9.0.0
Sobre Ética y ciencias humanas………………..9.1.2
Sobre la ciencia…………………………………..…….2.13.0

Sobre economía…………………………………..……9.9.0
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¿Se puede triunfar económicamente sin ética?

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Sí, pero sería un triunfo no propiamente "humano", pues iría en contra de la vida buena.

Técnicamente y lucrativamente se triunfaría, pero humanamente se habría escogido la alternativa falsa que disgrega la comunión de personas. Perder en amor, es perder humanamente.

La ética, saber lo que es bueno para el hombre, no garantiza el triunfo económico, pues si no se entiende de negocios, aunque seas muy buena persona, vas a equivocarte al emplear tus recursos.

Lo que la ética garantiza es el no equivocarse en el camino de la felicidad. Es la Estrella. 
Feliz Navidad !


¿Por qué la sociología no puede aclarar por completo el actuar humano?

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Porque para ser rigurosa debe limitar los factores que intervienen en la acción humana. No puede tener en cuenta las dimensiones más profundas del actuar humano libre.

El método científico exige que adelantemos unos postulados y que verifiquemos si se cumplen.

El postulado que suele utilizar la sociología es "suponer" que la dinámica social depende sólo de factores endógenos.

Quizá quepa hacer sociología de otra manera, pero hoy no se hace así.

Hay un factor extraordinariamente importante, la libertad humana, que es exógeno.

La libertad no es consecuencia de ningún proceso o dinamismo natural.
La libertad nace en el interior de cada hombre y no se ejerce siempre de la misma manera, ni con la misma intensidad.

Las inflexiones históricas no se pueden explicar tan sólo por una dinámica endógena.
La sociedad, la comunión de vidas humanas, no acontece como los procesos naturales. No existe una ley evolutiva de la historia.

Sucederá, si queremos.






De esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 22.3

Para saber más sobre la ética ver…. Etiqueta 9.0.0
Sobre la ciencia……………………………………………...2.13.0
Sobre economía………………………………………..……9.9.0

Sobre sociología…………………………………..………..9.13.0
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Rápidamente ¿quién es la persona?

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El ser abierto a la trascendencia. Por tanto, radicalmente libre.

Libre para destinarse, si quiere. Responsable.
Su verdad le inspira a dar.

Relación subsistente en el orden del Origen.


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¿Tiene usted una definición poderosa de persona creada?

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Sí.
Persona creada es relación subsistente en el orden del Origen.

Me explico.

Tomás de Aquino tiene una definición de persona en el tratamiento que hace de las personas divinas: en la santísima Trinidad, dice, la persona es “relación subsistente”.

Pero la persona "creada" no es relación subsistente, pues no es una relación originaria.
De suyo, la persona humana no es una relación del mismo modo como "relación" son las Personas divinas.

Sin embargo, tampoco la persona es relación a modo de accidente o como si la relación se debiera a ella, identificando la persona con su operación.

Persona creada significa “relación”, de una manera muy peculiar, relación “subsistente” si se tiene en cuenta el Origen, dependiendo del Origen. La clave es la dependencia.

Dios quiere que existan subsistencias cuya radicalidad no es la misma subsistencia, sino su relación hacia Dios, su insistencia intensificada.

Vean ustedes cómo aparece ya la libertad.
El universo subsiste en tanto que creado, sin embargo, la persona creada es más que subsistir, es una relación, un "además libre" que se intensifica hacia el Origen.





De esto se habla en el artículo de Polo “La persona humana como relación en el orden del Origen”. Publicado en Miscelánea poliana nº 30 y en Studia Poliana 14 (2012).

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¿Cómo saber quiénes son personas?

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El planteamiento clásico sobre el conocimiento de las personas nos dice que conocemos cuándo un ser es una persona humana al descubrir que se manifiesta su "naturaleza".
Como una persona es un animal que tiene razón, cuando un animal habla, es persona. Ahí hay una naturaleza humana.

Desde un planteamiento nominalista las cosas cambian, pues para el nominalismo cada individuo es radicalmente distinto de los demás. No hay una naturaleza común.
Cada uno será lo que manifiesta, lo que es capaz de hacer.
A partir de ese prejuicio se entiende que tengamos que ponernos de acuerdo para decir quién es un hombre y quién no. Somos nosotros los que ponemos la etiqueta "hombre" a ciertos individuos. Habrá que recurrir al consenso o a la autoridad del legislador.

Para unos el determinante será la autoconciencia, para otros el uso de razón y la libertad, para otros la edad.

En la práctica estas teorías derivadas del nominalismo han tenido mucha importancia a la hora de legislar sobre el aborto, la experimentación con embriones humanos, la esterilización de los deficientes mentales, y casos semejantes.

Para poder, sin embargo, reconocer a una persona hay que saber que la persona es un ser con una dignidad superior a los demás seres, pues la persona es un ser abierto a la trascendencia. Aunque a veces no lo manifieste, aunque no hable, aunque no tenga aún la capacidad de conocer  los primeros principios de la realidad, ya los posee.
La persona humana tiene siempre una luz encendida, llamémosle intelecto agente, o "inteligir como persona", o libertad trascendental.
Aunque para ver, tenga que abrir los ojos.

Un embrión humano no conoce (aún tiene los párpados cerrados) pero está abierto por dentro, es una relación subsistente.

El ser no se identifica nunca con sus manifestaciones externas. Con ellas podemos tener indicios. La persona se puede manifestar más o menos…, o nunca, en esta vida.

De ahí que reconoceremos la dignidad que hay en las personas por su semejanza a la nuestra.
Tomás de Aquino diría: cuando hay "forma" humana, hay alma humana.
El óvulo fecundado es persona humana. Ya tiene forma humana (46 cromosomas ordenadísimos).
Tiene un destino trascendente. Es un ser abierto por dentro, aunque aún no lo esté, aún, por fuera.




Ideas sacadas de Rafael Corazón. Filosofía del conocimiento, pp 118-121.
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¿Somos lobos?

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No. Los demás son también personas.
Sus vidas tienen un destino trascendente, como el nuestro.

Hobbes, como nominalista, dice que los intereses de cada quién chocan con los intereses de los demás. Que cada uno va a lo suyo:
Homo homini lupus.
Y por lo tanto:
Auctoritas, non veritas, facit legem. (No es la verdad la que constituye las leyes, sino la autoridad).

Pero si llegamos a entender que las personas tenemos una naturaleza común, que somos todos y cada uno, seres abiertos a una trascendencia de comunión, sabremos que podemos y debemos amarnos unos a otros.

No somos lobos, aunque a veces nos comportemos como lobos.





Ideas sacadas de Rafael Corazón. Filosofía del conocimiento, p. 120.


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¿Es la persona humana co-ser?

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Sí.

La persona humana es la realidad abierta en intimidad y también hacia fuera. Abierta por fuera y por dentro.
Co-ser designa a la persona.

Co-ser no en sentido sociológico (como cuando Heidegger dice que el ser humano es mit-sein), sino como ser que no se limita a ser, sino que se añade refrendando el ser (ratificando, aprobando, confirmando, ser acompañando).

Ser además.





De esto se habla en L. Polo. Antropología trascendental. Tomo I. La persona humana. p. 32.2

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¿Qué es ser persona?

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Estar abierto por dentro.

Persona es un ser distinto en cada caso, aunque abierto, cognoscente y amante (se incluye así una alusión a las perfecciones puras del ser personal, o trascendentales personales, es decir, que se encuentran exclusivamente en las personas). Abierto a la trascendencia.

Un perro no está abierto por dentro. Lo más que puede conocer es lo que le ofrecen sus sentidos, ya determinados a sentir sus sensibles propios. Aunque mucho ladre, no añade nada al universo físico al que pertenece.

Persona es la "novedad" irrepetible. Lo radicalmente distinto, nuevo. El acto más alto.

La persona es la profundidad misma, la radicalidad del ser considerada no en cuanto que cerrada, sino al revés, precisamente en tanto que abierta (por dentro).

Persona es ser espíritu.

Estar abiertos por dentro. (Una persona sola es un absurdo antropológico).

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¿Qué alberga la persona?

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Ser persona es albergar en sí novedades.
(La estricta novedad es Dios).

Ser persona es ser réplica de Dios.

La Sabiduría (el Hijo de Dios) es Persona en Dios.
El Amor (el Espíritu Santo) es Persona en Dios.

La sabiduría humana sabe que somos "además" de Dios.
La sabiduría humana, sin embargo, no es persona, pues no es estricta novedad, sino conocimiento de que albergaremos siempre novedades. Estamos abiertos por dentro.

La réplica de la que la persona humana es novedad no se encuentra en su interior, sino en Dios. Más íntimo a nosotros que nosotros mismos. La alcanzaremos (futuro indesfuturizable) en la medida en que viajemos hacia dentro.

La persona, al acoger cabe sí a las novedades de Dios, le da gloria.
Ser persona es dar gloria a Dios.
Ser persona es dar.

Ser persona es el ser suficientemente distinto para albergar y dar a Dios. Es libre.
No le falta nada para hablarse de tú con Dios.






Agradezco a don Ignacio Falgueras el que me enseñara que, en Jesucristo, hay dos actos de ser, el ser Hijo de Dios y su acto de ser en cuanto Hombre, que no es persona, al no ser estricta novedad.
Sin embargo, y siguiendo una sugerencia de Polo, pienso que el acto de ser humano no es otra cosa que la esencialización de su Humanidad por el Verbo. Acto de ser no creado, sino asumido eternamente.

Para saber más:
Etiqueta  1.0.2      dar trascendental
Etiqueta 5.0.0        la persona humana
Etiqueta 2.14.0      sabiduría

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¿Qué es el mal?

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El mal es encontrarse ante la "nada".
Es lo que se suele llamar un "sinsentido".
De pronto aparece ante nosotros un indescifrable.
La nada como aquello que carece de sentido.

Pues bien, eso es el dolor, eso es el sufrimiento: la experiencia del mal.

Sufrir no tiene sentido.
Duele una muela.








De esto habla Polo en su artículo "Tres dimensiones de la Antropología", aparecido en Studia Poliana, 13, (2011), p. 28.2.

Para saber más.
Sobre el mal:………………….Etiqueta 6.2.10
Sobre el dolor:…………….…Etiqueta 8.5.0
Sobre la muerte:……………..Etiqueta 10.0.0
Sobre la experiencia:…….…Etiqueta 2.2.1
Sobre la nada:………………..Etiqueta 1.5.1 (Ver la página Distinción. Nada. Creación, en lo alto de este blog).

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¿Vive Dios de espaldas al mal?

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Hay gente que vuelve la espalda al mal. Pasan de largo. Ingenuos optimistas.

¿Males? Nada.

Otros inventan antropologías terapéuticas.
La de Habermas lo es. La de Freud también.

Sufrir no tiene sentido porque el sufrir aparece como el sinsentido. No quiere decir nada. Salvo que alguien le dote de sentido.

Esto corresponde al Omnipotente. Si al dolor se le dota de sentido (Amor), entonces el drama terrible del mal es vencido.

Dios transforma la muerte en don.
Desciende a la arena para invitarnos a otorgar a la muerte su sentido donal.

A lo largo de la historia los pensadores dejan de lado el tema del dolor.

Dios lo remedia.





De esto habla Polo en su artículo "Tres dimensiones de la Antropología", aparecido en Studia Poliana, 13, (2011), p. 28.3.

Para saber más.
Sobre el mal:………………..….Etiqueta 6.2.10
Sobre el dolor:……….….….…Etiqueta 8.5.0
Sobre la muerte:……………..Etiqueta 10.0.0
Sobre Dios:………………….…..Etiqueta 1.0.1
Sobre la Antropología……….Etiqueta 5.1.0


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¿Es el nirvana una solución al dolor?

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El dolor provoca toda una serie de antropologías trágicas.
El nihilismo es una reacción al dolor insoportable.
Existe el mal. Luego "nada".

Si somos seres dolientes, aquejados, entonces somos unos desgraciados.

¿Para qué "tener" si todo termina en sufrir?

Buda es otro aterrorizado por el drama.
Por eso se abre a la indiferencia total, el nirvana; ésa es su solución: la nada.





De esto habla Polo en su artículo "Tres dimensiones de la Antropología", aparecido en Studia Poliana, 13, (2011), p. 29.2.

Para saber más.
Sobre el mal:………………….Etiqueta 6.2.10
Sobre el dolor:…………….…Etiqueta 8.5.0
Sobre la Antropología……….Etiqueta 5.1.0

Sobre la nada:………………..Etiqueta 1.5.1 (en construcción)
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¿Qué justifica una antropología teándrica?

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La respuesta al mal.

El dolor es un sinsentido que provoca las antropologías trágicas existencialistas y nihilistas.

La pregunta sobre el hombre entra en crisis ante el drama del sufrimiento.
Sólo una nueva dimensión del ser hombre puede superar la tragedia.

Filosóficamente sólo un Dios-hombre, sólo una nueva vida dará valor a nuestro "tener".

A esa antropología Polo la llama a veces "antropología teándrica".
No basta que el hombre sea capaz de tener y crecer.
El hombre es también capaz de dar.

Es capaz de dar sentido a su dolor, pues el dolor en Dios es Misericordia y en nosotros dolor de Amor.






De esto habla Polo en su artículo "Tres dimensiones de la Antropología", aparecido en Studia Poliana, 13, (2011), p. 29.3.

Para saber más.
Sobre el mal:……………….…..….Etiqueta 6.2.10
Sobre el dolor:………………....…Etiqueta 8.5.0
Sobre la Antropología……….….Etiqueta 5.1.0
Sobre la Filosofía cristiana:….Etiqueta 7.8.0
Sobre el "tener":……………....…Etiqueta 1.9.1

Sobre el "dar":…………………....Etiqueta 1.0.2
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¿Debe el hombre luchar contra el dolor?

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El dolor animal juega un papel central en la supervivencia de las especies y de cada animal.

Se explica dentro la física de causas y es un deber moral el evitarlo o encauzarlo según el orden del universo (según la causa final, en expresión de Jorge Mario Posada).

El dolor humano es en último término irracional. ¿Cómo encauzarlo?

El conocimiento sapiencial aborda el tema del dolor: los mitos.
Platón, al envejecer, amaba cada vez más los mitos.

El cristianismo revela el sentido del dolor. Juan Pablo II lo explica en su carta Salvifici doloris.


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¿Qué es el espíritu?

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Hegel, en su Fenomenología del espíritu, nos hizo ver que el espíritu consiste en "saberse".

Estudiamos la sabiduría del espíritu, el hábito de sabiduría, en la etiqueta 2.14.0

Se entiende por espíritu lo contrapuesto a la materia. Así se denominan espíritus los seres que no tienen cuerpo. Que existen sin materia.

Los hebreos entienden el espíritu con la imagen del viento que ayuda a las cosechas, algo invisible, secreto, creador.  ruah, es el espíritu que da la vida, el aliento de Dios que hace vivir.

Siempre llevará consigo la idea de iniciativa invisible, misteriosa, íntima.

Espíritu en antropología es "ser persona".

El Espíritu de Dios es su intimidad, su Misterio, su iniciativa secreta.

Me gusta llamar espíritu a la "actividad" libre del ser creado. Por lo tanto no es sólo "saberse", como dice Hegel, sino también "darse".

Actividad libre, siempre insatisfecha, incluida atópicamente en el ámbito de la máxima amplitud.

Actividad que no depende de la materia. Depende "libremente" de su Origen.

Es una actividad que da frutos nuevos pues se añade, libremente, al moverse en el ámbito de la máxima amplitud, que es Dios.

El espíritu en el tiempo que es el hombre, puede aprovechar las oportunidades que le ofrece la vida, para hablar con Dios.

Vida que podemos llamar "alma" y que como todo en el hombre es dual:
Vida recibida de nuestros padres, que es la vida que anima nuestro cuerpo.
Y Vida añadida por la persona, que es la vida espiritual.

Persona es, pues, sinónimo de espíritu.







Para saber más:
Persona : Etiqueta 1.0.4


Intimidad : Etiqueta 5.11
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¿Podemos imaginar el espíritu?

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A veces imaginamos el espíritu como si fuera un fantasma. Un ser de materia etérea, pero materia al fin y al cabo.

La materia es potencia pura, no existe sin una forma que al menos sea cantidad "partes extra partes", partes que podemos denominar "átomos" relacionados.

Espíritu es lo que puede existir sin materia.

Lo inmaterial no tiene partes. No podemos pues, "imaginar" lo inmaterial, o dibujarlo en un ordenador con la forma de un fantasma.

Lo inmaterial podemos "sentirlo". Como el pato puede sentir el dolor o el placer de la humedad. Porque "sentir" es un acto de conocimiento (conocimiento sensible) y todo acto de conocimiento es, él mismo, inmaterial, aunque necesite de un órgano que al inmutarse presente la forma sensible.

Sin embargo, el pato y la pata no están abiertos por dentro. Sus sensaciones inmateriales van siempre unidas a los cambios de sus átomos, de sus órganos sensibles. Sus representaciones imaginativas están siempre unidas a las condiciones materiales concretas. Por ejemplo, imaginamos un perro, pero no podemos imaginar "el" perro, la esencia de perro.

Las mujeres y los hombres, las personas, sí que podemos despertarnos. Y pensar el placer o el dolor, sin sentirlo. "Sabemos" lo que es.


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¿Un espíritu, es una cosa?

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No.
Una cosa es real por su acto de ser, que es un acto de ser "sencillo".

Un espíritu es real de modo distinto.
Su acto de ser no es sencillo.
Su acto de ser se convierte con su acto de conocer y, libremente, con su acto de amar.

La sustancia material (una "cosa") no ejerce jamás el conocimiento.
Si los animales pueden conocer sensiblemente es porque poseen facultades inmateriales (en soporte material).

El actus essendi y el actus cognoscendi son distintos, aunque Dios los confiera a la criatura en estricta propiedad privada, en su raíz. Son radicales, del orden ser ser.

La cosa no tiene nada que ver con el conocer.
El conocer es inmaterial, también en los animales.

En los espíritus, el conocer se convierte con el ser, pero siendo siempre distintos.

De ahí que los filósofos que parten de la idea de "sujeto", tengan tantas dificultades para comprender lo que es el conocimiento. La unidad que piensan es prematura e ignora la distinción.

Una cosa no es un acto de conocer, salvo que su ser sea un acto de conocer (al convertirse el uno en el otro), como es el caso de la persona; pero entonces no es una "cosa".







De esto habla Lluís Pifarré en su libro "Entender a Leonardo Polo", p. 61.3
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¿Se transmite la inteligencia genéticamente?

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No.
La inteligencia no es una propiedad específica que aparezca porque pertenecemos a la especie humana.

La inteligencia es una dimensión de mi vida. Con ese "mi" señalamos que existe un "quién" que se manifiesta precisamente en la "posesión" de las ideas. La posesión exige un poseedor. Alguien que "tenga" conciencia.

Es cierto que genéticamente podemos tener un cerebro más o menos eficaz, podemos ser más o menos sentimentales, activos, imaginativos… lo que lógicamente condicionará nuestra manera de pensar.
Pero el poder de poseer ideas es extracósmico. Somos libres trascendentalmente. Somos personas.

Mi piel puede ser negra genéticamente. Mi memoria heredada, potente.
Mas la persona que soy,
no es ni negra ni potente. Soy además. Soy libertad.





De esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 58
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¿Qué es lo bueno y lo malo?

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Primaria, estricta y propiamente, decimos bueno y malo
de lo que hacemos según las decisiones libres.

Bueno, si nos mejora. Malo, si nos empeora.

Si nos mejora respecto de la vida lograda o si nos empeora respecto de la vida lograda.

La vida lograda es la que será aceptada por Aquél que no puede morir. El bien y el mal se miden, en último término, según el grado de Comunión (de Amor) que aseguran.

Originariamente, la alternativa "bueno y malo" es ética.

Aunque el animal percibe las situaciones de agrado o inconveniencia con su estado biológico y los estima (estimativa) como convenientes o inconvenientes, es decir, por alcanzar o por evitar, ese sentido de bueno y malo no es lo bueno y lo malo moral.

Es un sentido secundario, como cuando decimos buena salud o mala salud. No tiene que ver con la libertad. No es una opción que esté en mis manos.

Muchas veces nos encontramos en la vida en situaciones que nos parecen malas, pero nos damos cuenta de que si esas situaciones no dependen de nosotros, no son malas en el sentido primario, que es el sentido moral, aunque mucho nos perturben.

Es bueno encontrar un tesoro, pero no es un bien que se derive de una decisión libre.




De esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 63.3-4


Para saber más:
sobre normas, bienes y virtudes, ver etiqueta 9.1.4
sobre la ética, ver etiqueta 9.0.0
sobre el arranque de la ética, ver etiqueta 9.1.0
sobre la ley natural, ver etiqueta 6.2.0
sobre la virtud, ver etiqueta 6.2.5

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¿Nace la norma moral con la inteligencia humana?

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Sí, pero en correlación con el bien y la virtud.

La correlación sistémica entre las tres dimensiones de la ética (normas, bienes y virtud) no se entiende si se pierde de vista que somos libres.

Las leyes físicas, biológicas, psicológicas, no se pueden conculcar.

La luz de la inteligencia, sin embargo, no es luz física, es apertura (chispazo libre, cosa de dos) en el ámbito de la máxima amplitud. La luz física nos llega, y nos llegó. La luz intelectual es "posesión", conciencia y darse cuenta, aceptación.

Por ser libres, conocemos, más o menos, conduciendo nuestra vida. Para conocer inteligentemente hay que prestar atención, consentir en un bien, porque sabemos que nos conviene (amor).

La conciencia moral no es un imperativo categórico. Más que "haz el bien", la luz de la sindéresis nos indica : "lo tuyo es hacer el bien".

Somos seres que tenemos en las manos nuestro propio existir. No estamos finalizados por una determinación finita, sino que tendemos sin límite (actividad irrestricta: libertad).

El nacimiento de la norma moral muestra que llevamos nuestro existir a cuestas. No tenemos ninguna dotación previa según la cual podamos descansar en nuestro acontecer temporal, como descansa un animal. O como descansa un astro. El astro está reclinado en su órbita; el astro no hace nada de sí, si lo hiciera, podría salirse de su órbita, pero el astro no es libre.





De esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 64. 2-3


Para saber más:
sobre normas, bienes y virtudes, ver etiqueta 9.1.4
sobre el arranque de la ética, ver etiqueta 9.1.0
sobre la conciencia moral, ver la etiqueta 9.6.0

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