Polo propone el método del abandono del límite mental.
El límite mental es
"la presencia" (la mismidad del objeto pensado : se piensa lo que
se piensa).
Cuando conseguimos
contemplar o admirar, estamos abandonando el límite mental. Dicho de otra
manera, estamos conociendo lo que existe "además" del objeto.
De ahí que Polo llame
"carácter de además" a la dimensión intelectiva del abandono del
límite, que corresponde al hábito innato de sabiduría.
Sin embargo, el límite mental, actualmente, no es un defecto.
Para trabajar debemos introducir el límite mental.
He dicho “actualmente” porque opino que el pecado original es precisamente el límite mental.
Tras el pecado original, si queremos actuar
bien, debemos objetivar, comparando con el mal.
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El límite no es defecto, dada nuestra condición de redimidos y bautizados, pero sí que depende del pecado original, ¿no?
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ResponderEliminarSé que en Pamplona se habló del pecado original y el límite, pero tengo que estudiarlo despacio.
A mi entender el límite no es ningún defecto, pero no porque seamos redimidos sino simplemente porque para trabajar tenemos que pensar. Y el límite es pensar lo que pensamos. Sin pensar no podemos trabajar.
A ver si en octubre podemos hablar de eso.
Merci Joseph K.
Hay que hablar de esto, no cabe duda. Es interesantísimo. El límite nos ayuda en el día a día; sin embargo, quedarnos con el límite a secas lleva al tedio, y conduce a la opacidad para ver lo trascendente. El límite a secas es opaco para ver el futuro. Esto da mucho que hablar... Un abrazo.
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