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Sí.
No somos lo que pensamos. No somos nuestro logos.
El logos humano no es persona, sino naturaleza o, más tarde, esencia activada por la persona o que depende de la persona.
Eso no quiere decir que la persona humana sea irracional, o que Polo sea voluntarista, o que conceda primacía a la voluntad. Polo ha confesado que es más bien intelectualista.
En el orden de la esencia sí: el querer-yo es el miembro más alto de la sindéresis.
El querer-yo está más cerca de la persona que el otro miembro de la sindéresis, el ver-yo, pues querer querer-más es futurizante mientras que el pensar es presencializante (no olvidemos que la libertad personal es el futuro no desfuturizable).
La intención de otro (que es la intención de la voluntad) conviene más al ser donal de la persona que la intención unificante (lógica) propia de la inteligencia.
La intención de la inteligencia, al ser de semejanza, busca la mismidad, busca unificar.
Con todo, la excedencia del amor sobre la intelección a nivel esencial no es posible sin luz interior (trascendental).
En efecto, la sindéresis es hábito innato al Inteligir personal. La sindéresis “mira” el bien y vigila su ejecución.
De esto se habla entre otros lugares en Juan A. García. La metalógica de la libertad… Studia Poliana nº 10, 2008, p. 18 a 18.9 y en el artículo "Logos y persona" recogido en la revista digital Miscelánea, nº 6.
Para saber más:
Inteligir: Etiqueta 5.5.2
querer-yo: Etiqueta 6.2.2 la voluntad
metalógica: Etiqueta 6.8
sindéresis: Etiqueta 6.2
naturaleza: Etiqueta 6.1.0 naturaleza humana
esencia humana: Etiqueta 6.1.0
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