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La esencia humana es el "crecimiento" de la vida de cada hombre, de cada mujer.
¿Cómo crece el ver-yo?
Subiendo y bajando, activado por la libertad.
El ver-yo suscita en cascada nuevos actos que enriquecen a la persona: hacia abajo, manifestando las iluminaciones de la realidad;
hacia arriba, entendiendo la congruencia del mundo.
Gracias a los hábitos adquiridos, englobados por el ver-yo, se manifiestan las operaciones (que son iluminaciones) y es posible la pugna en que estriba la segunda dimensión del abandono, por la que vamos encontrando las cuatro causas del universo, la tetracausalidad, ¡ya sabemos lo que es el universo como esencia!
Y al demorarse en el límite mental (4ª dimensión), podemos acceder a la esencia humana, es decir, a entender ese "crecimiento" personal que aportamos, cada uno, libremente.
Soy responsable de novedades.
El ver-yo, además, engloba y explica el límite mental, que es la presencia. Sin perderlo, permaneciendo en el límite, el intelecto va más allá, trocándose en búsqueda del destinatario del nuevo don: del don de la vida creciente.
Acabamos de describir un capítulo de la metalógica de la libertad: el ascenso y descenso entre la 2ª y la 4ª dimensión del método del abandono.
De esto se habla en Juan A. García. La metalógica de la libertad… Studia Poliana nº 10, 2008, p. 9, 1-2
Para saber más:
Etiqueta 6.8 metalógica de la libertad
Etiqueta 2.1.1 el método del abandono
Etiqueta 6.2.1 ver-yo
Etiqueta 2.1.1.4 abandono. 4ª dimensión
Páginas
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¿A qué hábitos llamamos "personales"?
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A los que son propios de la persona en cuanto persona.
Es decir, no en cuanto que son "adquiridos" al ejercerse la potencia intelectual o al ejercerse la voluntad (virtudes), sino que nacen de la persona en cuanto tal.
Por eso también los podemos llamar "entitativos", por contradistinción a los "adquiridos", que son "operativos".
También los podemos llamar "innatos".
Polo lo hace así para recalcar que su sede no es la potencia, sino el intelecto personal (cuando se trata de hábitos "cognoscitivos" superiores, su sede es el intellectus ut actus).
También los llama "nativos", porque nacen de la persona (en cuanto que es persona y no en cuanto que se manifiesta ejerciendo operaciones, que la visten con hábitos adquiridos).
Juan A. García dice que su denominación más propia es hábitos "personales".
La persona es creada vestida.
Es un quién y no una cosa.
De esto se habla en Juan A. García. La metalógica de la libertad… Studia Poliana nº 10, 2008, p. 7.1
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A los que son propios de la persona en cuanto persona.
Es decir, no en cuanto que son "adquiridos" al ejercerse la potencia intelectual o al ejercerse la voluntad (virtudes), sino que nacen de la persona en cuanto tal.
Por eso también los podemos llamar "entitativos", por contradistinción a los "adquiridos", que son "operativos".
También los podemos llamar "innatos".
Polo lo hace así para recalcar que su sede no es la potencia, sino el intelecto personal (cuando se trata de hábitos "cognoscitivos" superiores, su sede es el intellectus ut actus).
También los llama "nativos", porque nacen de la persona (en cuanto que es persona y no en cuanto que se manifiesta ejerciendo operaciones, que la visten con hábitos adquiridos).
Juan A. García dice que su denominación más propia es hábitos "personales".
La persona es creada vestida.
Es un quién y no una cosa.
De esto se habla en Juan A. García. La metalógica de la libertad… Studia Poliana nº 10, 2008, p. 7.1
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¿Tienen algo que ver los hábitos superiores con la libertad trascendental?
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Del mismo modo que los hábitos inferiores permiten la libertad pragmática (hablo de los hábitos categoriales)
y del mismo modo que los hábitos adquiridos por las potencias espirituales permiten la libertad moral,
del mismo modo, digo, los hábitos superiores permiten el ejercicio de la libertad trascendental (que es una perfección pura del ser personal, es decir, un trascendental antropológico, no metafísico).
Permiten la metalógica de la libertad. (etiqueta 6.8)
La libertad trascendental, nuestro co-ser inagotable, al desdoblarse gracias a los hábitos superiores, coexiste con el mundo, con Dios y con los demás ; y dispondrá libremente dónde y cómo vivir.
Contigo pan y cebolla.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 340
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Del mismo modo que los hábitos inferiores permiten la libertad pragmática (hablo de los hábitos categoriales)
y del mismo modo que los hábitos adquiridos por las potencias espirituales permiten la libertad moral,
del mismo modo, digo, los hábitos superiores permiten el ejercicio de la libertad trascendental (que es una perfección pura del ser personal, es decir, un trascendental antropológico, no metafísico).
Permiten la metalógica de la libertad. (etiqueta 6.8)
La libertad trascendental, nuestro co-ser inagotable, al desdoblarse gracias a los hábitos superiores, coexiste con el mundo, con Dios y con los demás ; y dispondrá libremente dónde y cómo vivir.
Contigo pan y cebolla.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 340
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¿Cómo juega la libertad trascendental?
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1) gracias a la sindéresis "dispone", actuando, con docilidad (hace regalos).
2) gracias al hábito de los primeros principios, "se retira", dejando estar (ama la creación, es ecologista).
3) gracias al hábito de sabiduría "ratifica" su altura, alcanzándose a sí misma (es agradecida).
4) gracias a la gracia y los hábitos llamados sobrenaturales, "cede" su primado para buscar transcendentemente, su sentido último (quiere siempre más).
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 344.2
Para saber más : ver la metalógica de la libertad Etiqueta 6.2
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1) gracias a la sindéresis "dispone", actuando, con docilidad (hace regalos).
2) gracias al hábito de los primeros principios, "se retira", dejando estar (ama la creación, es ecologista).
3) gracias al hábito de sabiduría "ratifica" su altura, alcanzándose a sí misma (es agradecida).
4) gracias a la gracia y los hábitos llamados sobrenaturales, "cede" su primado para buscar transcendentemente, su sentido último (quiere siempre más).
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 344.2
Para saber más : ver la metalógica de la libertad Etiqueta 6.2
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