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Polo se siente a gusto respirando libertad.
Utiliza con tino el verbo "ampliar".
Denomina a Dios "máxima amplitud".
Y una de las fórmulas con las que describe la libertad trascendental dice así : "la libertad es la inclusión atópica ene el ámbito de la máxima amplitud".
Lo amplio es pues lo trascendental.
Somos libres, trascendentalmente, pues podemos movernos, como en casa, en el barco Libertad.
En esta perspectiva, la vida como tarea, o la tarea de la vida, es una dilatación de la libertad.
Desde la intimidad personal que somos (es decir, desde nuestro ser radicalmente acompañante), no sólo trabajamos para hacer un mundo mejor. Eso ya lo hacen los griegos que buscan, con su visión del hombre libre, los medios para ser felices.
Cuando la vida es tarea, insisto, la libertad se amplía.
No manda ya el fin, sino el otorgamiento amoroso.
Diciéndolo de otra manera : contigo pan y cebolla.
Aunque no consigamos un mundo feliz, respiramos la libertad de quien ancló su esperanza en Dios.
Glosa a Leonardo Polo. Tener y Dar. En "Sobre la existencia cristiana" p. 133.2
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Supongo que ya te diste cuenta de que Benedicto XVI vuelve una y otra vez sobre la "ampliación" de la razón.
ResponderEliminarHay que abandonar el canuto de la razón meramente científica.
El fin no es la ciencia o el progreso. El corazón tiene otras razones.