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¿Cómo juega el espíritu en el tiempo?

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Juega a tres bandas.

Como el tiempo es la percepción de los cambios (la medida del movimiento), el espíritu tiene que tener en cuenta los "cambios" de los distintos seres (es decir los cambios de los tres seres "distintos": el ser del universo, el de las personas y el designio de Dios).

Primero, los cambios del universo (también los de su cuerpo, que forma parte del universo).

La segunda banda exige considerar los cambios introducidos por las personas (las intervenciones o llamadas de los demás y por nosotros mismos).

Y para concluir la jugada, tiene que tener en cuenta el querer eterno de Dios.

Añado, pues le gusta a Sandra, que aprovechar el tiempo no es sólo hacer muchas cosas, sino acertar en lo que el otro desea.

Contamos con la bendita memoria selectiva de Patricia.
Las avispas, al contrario, se equivocan de agujero cuando les cambian las piedrecitas que le servían de guía.
Nosotros sí que sabemos encontrar lo que agrada al otro.


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¿Se puede comparar un tipo humano a un tipo animal?

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La especie humana está tipificada, pero no al estilo de un animal, que realiza su naturaleza según la esencia del universo.

Cada hombre realiza un tipo singular.
Cada hombre modaliza la especie, realiza la naturaleza humana, siendo un tipo distinto, según su esencia humana.

Esencia que es el disponer propio de la persona humana.

Adviértase cómo este planteamiento, introduce la libertad en la esencia y en la naturaleza.

El cuerpo humano y todo lo que alcanza dependen ahora de la libertad.
No estamos determinados.


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¿Por qué llama Polo "disponer" a la esencia humana?

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Para distinguirla de la esencia del universo.

En efecto, la esencia del universo es la tetracausalidad, que depende del ser del universo, que no es libre, es un ser sencillo.

La esencia humana, no depende del acto de ser del universo, sino del acto de ser personal. La persona es libre y libremente "dispone" según su esencia.


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¿Qué tiene que ver la esencia humana con la esencia del universo?

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La esencia humana es independiente de la esencia del universo, aunque está en contacto con ella a través del cuerpo.

Lo que sí debemos decir es que la esencia humana se ejerce respecto del universo.

Es la persona la que dispone del universo, elevándolo a ser un mundo.

Y ese disponer, ese ejercicio, es la esencia humana. Es lo que cada hombre aporta a la creación.

La persona humana le da al universo unas perfecciones que éste no pude darse. El hombre es el perfeccionador que se perfecciona o perfeccionador perfectible.

Al perfeccionar el mundo, ejerce su esencia, la hace crecer.

La esencia humana es el autoperfeccionamiento que se consigue al perfeccionar el mundo (nótese el valor del trabajo).


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¿En qué se diferencia la acción teórica de la acción práctica?

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La acción teórica posee su fin. Pensar es una acción inmanente.

La acción práctica es configurada por el objeto ideado en el pensamiento, pero se plasma en el exterior.

En la práctica, en la acción transitiva, el término es exterior.


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¿Es el crecimiento una noción unívoca?

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No.

Aunque decimos, por ejemplo, que un pantano crece, propiamente no "crece" aunque acumule más agua.

Crecen los seres vivos. Y no crecen de la misma manera.

El crecimiento de las plantas culmina en la sencillez de la vida vegetativa, como cuando el césped cubre la explanada.

El crecimiento animal culmina en el crecimiento del cerebro, con la aparición de las neuronas libres que permiten el conocimiento sensible.

El crecimiento orgánico del hombre culmina cuando la imaginación, que es facultad con base orgánica, ya no crece más.

El crecimiento habitual libre del hombre, sin embargo, es irrestricto. Las facultades espirituales, la inteligencia y la voluntad, que dependen de la libertad, siempre pueden crecer más.

Las facultades espirituales son principios, pero no son principios fijos, sino que mejoran o empeoran. Y la mejora es un crecimiento que Polo llama hiperformalización.


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